¿Cuáles son los temas de innovación para 2023 y más allá?

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El éxito del mañana se basa en las decisiones de largo plazo del ahora. En un entorno en el que no dejan de aparecer ruidos tales como recesión, subida de tipos de interés, inflación y mucho más, poner el foco en las oportunidades que están por venir quizá sea la alternativa que pueden plantearse los inversores.

Es una de las conclusiones que se pueden extraer del evento celebrado en Miami de la presentación del informe de Global X, Temas de innovación para 2023 y más allá, presentada por Rodolfo García Calderoni, Director of Institutional Relationship Latam de la casa, y analizado en detalle por Pedro Palandrani, Director of Research.

A lo largo de la ponencia se destacó una serie de tendencias que, con el prisma de largo plazo, pueden resultar de interés para los inversores en términos de rentabilidad constante. Es decir, siempre bajo el paraguas de la filosofía de Global X que, desde hace más de una década, su misión ha sido facilitar a los inversores soluciones inteligentes e inexploradas, hasta llevar a los 44.000 millones de dólares de activos bajo gestión con más de 140 estrategias de ETFs.

Global X ETFs es una filial al 100% de Mirae Asset Financial Group, líder mundial del sector con 50 oficinas y más de 12.000 empleados en todo el mundo. Fundada en 1997 como una de las empresas de gestión de fondos pioneras de Asia, el grupo supervisa actualmente 482.000 millones de activos de clientes en una cartera que incluye bienes inmuebles, seguros, capital privado y capital riesgo.

¿Y ahora cuáles son esas temáticas que pueden ser más disruptivas pensando en el futuro? En la presentación, Palandrani se centró en las siguientes: movilidad, inteligencia artificial, big data y desarrollo de las infraestructuras estadounidenses.

La oportunidad en la movilidad

Palandrani concretó que la política gubernamental acomodaticia y las mejoras tecnológicas apoyan el rápido aumento de la adopción por parte de los consumidores de opciones de transporte electrificadas. “Este cambio estructural en curso en la movilidad también llama la atención sobre la importancia de las cadenas de suministro de materiales críticos, especialmente el litio”, aseguró.

En esta línea, la penetración de los vehículos eléctricos en el mercado podría seguir creciendo en 2023: la adopción de vehículos eléctricos ligeros y de pasajeros ha aumentado drásticamente en los últimos años. “A pesar del difícil contexto económico y de la interrupción de la cadena de suministro, se espera que las tasas de penetración de los vehículos eléctricos aumenten en la mayoría de los principales mercados”, afirmó sobre la oportunidad en este espacio.

Las ventas totales de vehículos eléctricos alcanzaron los 4,1 millones de unidades en el primer semestre de 2022, lo que supone un aumento del 57% respecto al periodo comparable de 2021. El aumento de las ventas de también se produce cuando se prevé que el mercado automovilístico en general disminuya un 4% interanual.

“Dado que el crecimiento de las ventas de VE supera al de los motores de combustión interna, los fabricantes tradicionales de equipos originales (OEM) están ofreciendo una gama más amplia de modelos de VE, invirtiendo miles de millones de dólares en la renovación de las fábricas y apuntando a porcentajes más altos de ventas de VE”, argumentó Palandrani.

El reto de la Inteligencia Artificial

La tecnología de inteligencia artificial en el ámbito del hardware y el software sigue avanzando a pasos agigantados. Es una tendencia que también Global X tiene en su punto de mira. El rendimiento de las unidades de procesamiento gráfico (GPU) es 10 veces superior al de hace 10 años, y tecnologías como el trazado de rayos en tiempo real están creando entornos cada vez más realistas. Mientras tanto, la comercialización de vehículos autónomos y la computación cuántica se acercan rápidamente, espoleadas por la inversión de los sectores público y privado.

“Con la evolución de ChatGPT y otros LLM que pueden comunicarse en inglés, escribir y revisar texto y código, la IA se está volviendo más útil para una población más amplia de personas… Esto tiene enormes implicaciones: las personas pueden producir más trabajo, más rápido que nunca”, describió Palandrani.

Ligando con todo esto, los vehículos autónomos recogen y procesan constantemente miles de millones de puntos de datos procedentes de un conjunto de cámaras con sensores, radares y sistemas LiDAR. “Los AV utilizan estos datos para mejorar continuamente las habilidades de conducción de la red de AV y reducir los casos de eventos de desconexión de software y accidentes”, ejemplificó.

La importancia del Big Data

Asimismo, el crecimiento exponencial de los datos generados, almacenados y procesados no cesa. “Para que la economía digital prospere, es fundamental el desarrollo de un procesamiento centralizado a hiperescala, suministrado a través de centros de datos a gran escala”, relató Palandrani.

Las aplicaciones empresariales modernas se están construyendo de forma nativa en la nube. Las redes periféricas están trabajando con infraestructuras a hiperescala para permitir experiencias de baja latencia y ricas en medios. “Y para que la participación digital sea segura, la ciberseguridad sigue evolucionando con inversiones agresivas”, agregó el experto.

El resultado del crecimiento exponencial de dispositivos, aplicaciones y puntos finales es la creación de cantidades masivas de datos en sentido descendente. Se espera que una persona conectada de media registre más de 4.900 interacciones de datos al día en 2025.

Por otro lado, los retos de la ciberseguridad crecerán en sincronía con la economía digital. El trabajo a distancia y el amplio aumento de la actividad digital amplían la superficie defendible y crean nuevos puntos de entrada para los ciberdelincuentes. La piratería patrocinada por el Estado también presenta riesgos significativos. “En consecuencia, el gasto en ciberseguridad podría seguir acelerándose, y los gobiernos podrían ser especialmente agresivos”, dijo Palandrani.

El ecosistema de la ciberseguridad es complejo, con muchos sectores verticales. “Las empresas están pasando de proveedores especializados a soluciones integrales, lo que impulsará la actividad de fusiones y adquisiciones y acuerdos en todo el sector hasta 2022”, ahondó.

Los rápidos cambios en el panorama de las amenazas, el trabajo remoto y el riesgo de ataques de ransomware y pérdidas de datos son fuertes vientos de cola para el gasto en ciberseguridad. Las soluciones de software estandarizadas tienen un largo recorrido de crecimiento.

El desarrollo de las infraestructuras estadounidenses

Tras décadas de uso y abandono, las infraestructuras estadounidenses luchan por adaptarse a las necesidades actuales de la sociedad y no están suficientemente preparadas para la dinámica futura.

Sin embargo, se está volviendo a prestar atención a las infraestructuras tradicionales y de nueva generación. La aprobación de la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo a finales de 2021 podría empezar a cerrar la brecha crónica en la financiación de las infraestructuras nacionales.

El Presidente Biden firmó la ley bipartidista IIJA el 15 de noviembre de 2021. El paquete de 1,2 billones de dólares incluye un gasto de 550.000 millones de dólares en una amplia gama de áreas de infraestructuras del Siglo XXI que podrían transformar Estados Unidos.

“La financiación de la IIJA ya está marcando la diferencia a nivel de proyectos preexistentes. Algunos proyectos paralizados hace tiempo están avanzando, mientras que otros podrían utilizar los fondos de la IIJA para avanzar según lo previsto”, analizó Palandrani.

Se espera que los principales proyectos de construcción se aceleren hacia 2025. Los recientes acontecimientos de cisne negro han llevado a las empresas estadounidenses a reconsiderar sus cadenas de suministro descentralizadas. “Muchos equipos directivos esperan aumentar la capacidad de fabricación nacional, lo que podría crear oportunidades en todo el espacio de infraestructuras estadounidense”, concluyó el experto de Global X.

Tres ideas para diversificar las carteras de renta fija en 2023

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En este artículo, Amar Reganti -Fixed Income Strategist- de Wellington Management, identifica tres tipos de estrategias que considera bien posicionadas para reforzar la diversificación de las carteras de renta fija, al tiempo que pueden generar rentas atractivas con un riesgo controlado.

Estrategias macro de tipos y divisas

En 2022, la evolución macroeconómica y de los mercados se vio afectada en buena medida por la persistencia de altos niveles de inflación, a la que siguió el consiguiente endurecimiento de la política de tipos de interés por parte de los principales bancos centrales del mundo. Ante este panorama, muchos activos de renta fija generaron pérdidas, lo cual, a su vez, llevó a muchos gestores a darse cuenta de que sus carteras de deuda carecían de una adecuada diversificación de riesgos.

En nuestra opinión, una importante lección de todo esto es que, para afrontar los próximos años, puede ser fundamental contar con cierta exposición a estrategias de tipos y divisas (FX) de retorno absoluto, dirigidas a obtener rentabilidades totales positivas en cualquier entorno macroeconómico. Tales estrategias intentan sacar partido de las fases de volatilidad macroeconómica y del mercado, así como de las diferencias más marcadas que puedan surgir en el futuro entre economías menos sincronizadas con el ciclo global.

En 2023, creemos que la volatilidad del mercado seguirá siendo intensa, lo que elevará la dispersión dentro de las clases de activos, pero también la disparidad entre los países y las empresas. Todo ello debería traducirse en una mayor demanda de flexibilidad y de verdadera diversificación en las carteras que principalmente permita a los inversores adaptarse a la coyuntura del mercado en cada momento y aprovechar las correcciones en cuanto tengan lugar. Para responder adecuadamente a los altibajos del mercado antes de que sea demasiado tarde, puede ser decisivo disponer de liquidez suficiente en la cartera.

En este sentido, podrían ser muy útiles las estrategias macro de retorno absoluto, las cuales pueden aportar estabilidad a la cartera cuando los mercados lidian con los bancos centrales, que de contener la volatilidad en el pasado se han convertido en un factor que puede desencadenarla. En función de cómo se ejecuten, estas estrategias pueden complementar las inversiones tradicionales de bonos core y del Tesoro estadounidense.

Estrategias de bonos core y bonos core plus

Dada la actual desaceleración en algunos sectores de la economía mundial, en 2023 puede ser conveniente recurrir a estrategias que inviertan en bonos core, especialmente a medida que se consolide el endurecimiento de la política de tipos de interés. Bajo nuestro punto de vista, la caída del dólar estadounidense el año pasado, la ralentización de la inflación, el aumento de los riesgos geopolíticos y la amenaza inminente de recesión mundial dotan hoy de mayor atractivo a los títulos de renta fija de alta calidad.

Los títulos de renta fija de alta calidad siempre han desempeñado un papel fundamental en la diversificación general de las carteras al aportar duración y rentas fiables. De hecho, la duración puede actuar como contrapeso de otros activos de la cartera; por ejemplo, las fases de aversión al riesgo, que pueden afectar negativamente a la renta variable, suelen provocar un alza de los precios de los bonos de alta calidad. Por su parte, las rentas pueden reforzar la solidez del retorno absoluto de estos bonos, incluso cuando fluctúan los diferenciales crediticios.

En el entorno de tipos persistentemente bajos de los últimos años, los inversores pagaban un coste de oportunidad por tener bonos de alta calidad en detrimento de los activos de mayor riesgo y rentabilidad. Sin embargo, dicho coste se ha reducido por el significativo aumento de los rendimientos, por lo que, en nuestra opinión, ha llegado el momento de revisar el papel fundamental que desempeña el crédito de alta calidad en una cartera de renta fija diversificada. Cabe recordar, igualmente, que un bono de alta calidad con convexidad positiva gana más valor cuando bajan los tipos del que pierde cuando estos aumentan. Si bien es posible que el inversor asuma un mayor riesgo de duración, normalmente se beneficia de una mayor revalorización del capital durante las fases de búsqueda de activos más seguros y, además, mitiga el riesgo de reinversión en situaciones de tipos sustancialmente más bajos: una razón de peso para invertir en títulos de renta fija de alta calidad.

Estrategias de bonos de corta duración

A determinados inversores puede resultarles contradictorio exponerse a bonos core y bonos core plus y, a la vez, a estrategias de bonos de corta duración. No obstante, estamos convencidos de que el universo de la corta duración tiene cabida en muchas asignaciones de renta fija, sobre todo ante la persistente incertidumbre en torno a la política de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en 2023.

En 2022, el endurecimiento de la política monetaria de la Fed fue rápido y agresivo, con una subida los tipos de los fondos federales del 4,25 % en el cómputo del año y con la probabilidad de que se produzcan nuevas subidas en 2023. Si bien esta postura más restrictiva desató una considerable volatilidad en el mercado y la caída de los precios de los activos, un segmento sacó partido de ello: la renta fija de corta duración. Tanto los bonos de corto vencimiento como los activos equivalentes a la liquidez están teniendo ahora mejores rendimientos que en ningún otro momento desde que empezó la crisis financiera global en 2008. Esto es más evidente por la forma invertida actual de la curva de rendimientos, en cuyo extremo corto los tipos también han aumentado y brindan un atractivo carry por unidad de duración. Además, debido a los vencimientos más cortos, estas participaciones permiten a los inversores redistribuir la liquidez disponible en otras oportunidades de mercado potencialmente más interesantes.

Por último, actualmente los mercados de futuros están descontando una política de la Fed más expansiva de lo que las previsiones de la entidad sugieren. Si esta finalmente llevara los tipos a niveles más altos —y los mantuviera ahí— de lo esperado por muchos analistas, la inversión en títulos a corto plazo puede ayudar a los inversores a aprovechar el diferencial entre ese escenario acomodaticio anticipado por el mercado y otro en el que la Fed pondría en marcha más medidas restrictivas.

Para conocer más sobre la gestión de la renta fija en Wellington Management visite su página web.

 

¿Miedo a la inversión de la curva de tipos?

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La pendiente actual de la curva de tipos del mercado de bonos de Estados Unidos está invertida. Las rentabilidades de los bonos a dos años son más altas que los rendimientos de los bonos 10 años y, para nosotros, eso significa que los inversores se están centrando en algunas cosas.

En primer lugar, es probable que la Fed continúe aumentando los tipos de interés en el corto plazo. El año pasado, la Fed subió 425 puntos básicos las tasas. Los mercados esperan que la Reserva Federal suba otros 25 puntos en febrero, otros 25 puntos básicos en marzo, y eso significa que los inversores continúan ejerciendo presión alcista sobre el extremo corto de la curva de tipos.

Lo segundo que nos dice la inversión de la curva de tipos de Estados Unidos es que los inversores están preocupados o cada vez más preocupados por una desaceleración del crecimiento en el país norteamericano a corto plazo. Es decir, en la segunda mitad de 2023, es muy probable que la economía de Estados Unidos se acerque mucho más al 0% de crecimiento o a la recesión.
Estamos empezando a ver una desaceleración en los sectores sensibles a los tipos de interés, más pronunciado en la vivienda de Estados Unidos. Y si eso continúa, es probable que provoque el fin de la subida de los tipos de interés por parte de la institución monetaria norteamericana y, eventualmente, que la Reserva Federal realmente ejecute una política monetaria contracíclica, lo que se traduzca en una bajada de tipos.

Para nosotros, eso se configura de distintas formas. Una, si quieres ser líquido en ese ambiente. En ese sentido habría que tener un poco de sobreponderación en la duración, en el caso de que el crecimiento de Estados Unidos se desacelere más rápido y más de lo que la gente, las expectativas del escenario base, presentan en la actualidad. Por otro lado, habría que plantear la diversificación en diferentes sectores, con algo de exposición al high yield.

En concreto, centrarse en el high yield de mayor calidad. No esperamos que los defaults aumenten significativamente, pero si nos equivocamos al respecto, habría que limitar el riesgo potencial de la posibilidad de impago al tener menos exposición a las calificaciones CCC. Los mercados emergentes también tienen sentido. Son el único sector que ofrece un repunte significativo en términos de diferenciales en comparación con la media de largo plazo.

También nos parece atractivo tener activos titulizados en Estados Unidos, tanto inmobiliarios comerciales como residenciales. En Estados Unidos los activos residenciales tienen incorporada toda la apreciación anterior del precio de la vivienda, lo que significa que los LTV o la relación préstamo-valor se han desapalancado de manera bastante agresiva en los últimos cuatro o cinco años. El riesgo potencial de morosidad en la vivienda es extremadamente pequeño.

Entonces, para nosotros, la forma de la curva de tipos de Estados Unidos se traduce en estar en liquidez, poseer cierta duración, y diversificar la exposición de ingresos en todos los sectores. Puedes jugar a la ofensiva en este campo. Si la Fed comienza a dar marcha atrás con su política monetaria, la oportunidad de retorno parecerá bastante atractiva para los activos sensibles al retorno en 2023.

¿Hay más volatilidad por delante? Abróchese el cinturón con valores defensivos

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Después de un tumultuoso 2022, los inversores esperan que finalmente se ponga fin al endurecimiento monetario y, con ello, llegue un respiro a la brutal volatilidad del mercado. Sin embargo, dado que los beneficios empresariales aún se están ajustando a un nuevo régimen, el camino estará lleno de baches. ¿Qué pueden hacer los inversores para reducir el riesgo?

La volatilidad del mercado del año pasado fue impulsada principalmente por la incertidumbre sobre la inflación y los tipos de interés. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, no ha dicho cuándo la Fed dejará de subir los tipos, pero ha señalado la intención de la institución monetaria de moderar el ritmo de los incrementos de los mismos en los próximos meses.

Una vez que vemos una tasa terminal, la pregunta es: ¿la renta variable volverá a estar a toda máquina?

No necesariamente.

Los riesgos actuales podrían alterar los mercados

Los mercados aún se están ajustando a la pérdida de las fuerzas estabilizadoras clave que dominaron la era anterior al Covid. Esto no significa necesariamente una repetición de 2022, pero en nuestra opinión, los inversores harían bien en prestar atención a los posibles catalizadores de la continua volatilidad del mercado: inflación continua, tipos de interés en aumento y un sector de la tecnología de la información en maduración que no está garantizado para seguir creciendo a un ritmo vertiginoso.

Cabe empezar con la inflación.

A pesar de la evidencia de que la inflación se está enfriando, incluidos los precios más bajos en las gasolineras y la desaceleración de los precios al consumidor, la inflación está lejos de extinguirse. El Índice de Precios al Consumidor de Estados Unidos aumentó un 6,5% en diciembre con respecto al año pasado, justo en línea con las expectativas, pero no lo suficiente como para calmar las preocupaciones sobre las presiones inflacionistas. El indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, el índice de precios PCE, también muestra que los aumentos de precios se están moderando, pero persisten. En la zona del euro y el Reino Unido, la inflación de los precios al consumidor todavía supera un incómodamente alto 10%.

Incluso si llegamos al final del ciclo de ajuste monetario en 2023, los bancos centrales de todo el mundo siguen aumentando los tipos al ritmo más rápido de las últimas dos décadas. En nuestra opinión, la Fed se encuentra en la segunda fase de su ciclo de ajuste, con un par de aumentos de 25 puntos básicos que todavía son probables en 2023. Cuando la inflación finalmente se modere, las empresas y los mercados tardarán en adaptarse a la nueva realidad de tipos más altos y un crecimiento económico más lento. Los inversores deberían esperar más volatilidad a medida que se desarrolla este proceso.

Las acciones tecnológicas ya no son presagios del crecimiento

En la recesión del año pasado, las acciones tecnológicas estuvieron en el epicentro de la volatilidad del mercado. Después de años de beneficios recurrentes, los inversores ahora reconocen que los valores tecnológicos no crecerán para siempre. Pero creemos que las preocupaciones generales sobre el sector están fuera de lugar.

Hace veinte años, la tecnología se caracterizó por un crecimiento explosivo, pero poco en cuanto a madurez o rentabilidad. Hoy, la rentabilidad ha mejorado considerablemente junto con la expansión dentro del software, los semiconductores y los servicios de pago.

Las empresas de hipercrecimiento, que incluyen muchas compañías tecnológicas de alto vuelo, surgieron durante la pandemia, pero fueron rechazadas en la reorganización del 2022. El factor clave de la baja rentabilidad de la tecnología fue una reducción de la calificación de las empresas que carecían de rentabilidad. Tanto en 2020 como en 2021, muchas firmas del sector orientadas al crecimiento que no tenían un historial de rentabilidad vieron cómo sus acciones alcanzaban valoraciones elevadas. A medida que el mercado cambió su enfoque del crecimiento a la rentabilidad en 2022, estos títulos se desplomaron.

Los nombres tecnológicos rentables han experimentado menos volatilidad

Pero muchas empresas de tecnología rentables y de alta calidad que operan entre bambalinas no se enfrentan a los mismos riesgos que los gigantes orientados al consumidor. A menudo se pasan por alto, por ejemplo, los habilitadores de la tecnología de bajo perfil y las empresas de servicios de pago que tienen modelos comerciales sostenibles y grandes flujos de ingresos recurrentes. Si bien puede parecer contradictorio, pensamos que las acciones tecnológicas seleccionadas con estos atributos exhiben características defensivas, que pueden ayudar a amortiguar los picos de volatilidad del mercado.

El software es un caso de estudio interesante. Muchas empresas de software de alto perfil que estaban creciendo rápidamente pero que no tenían perspectivas de lograr una rentabilidad a medio plazo alcanzaron alturas increíblemente elevadas en 2021 en las bolsas. A medida que el mercado se centró más en la rentabilidad el año pasado, estas acciones cayeron en desgracia de manera sorprendente. Sin embargo, varios nombres estables y de alta calidad que pasaron desapercibidos evitaron esta montaña rusa. Son estos tipos de compañías las que creemos que aún pueden acumular a tasas atractivas, con menos volatilidad general.

Además, los sectores defensivos tradicionales, como el cuidado de la salud y los productos básicos de consumo, en general, han proporcionado menos riesgo de beneficios durante las recesiones económicas.

Calidad, Estabilidad, Precio: Claves para navegar en tiempos inciertos

Entonces, ¿cómo pueden los inversores identificar acciones con el potencial de capear episodios de volatilidad del mercado? Creemos que un enfoque disciplinado y de baja volatilidad para comprar empresas estables y de alta calidad al precio correcto (QSP) brinda a los inversores múltiples formas de mitigar el riesgo mientras siguen participando en las ganancias del mercado.

En primer lugar, los inversores pueden darle un mordisco a la inflación con calidad. Las empresas de calidad con un fuerte poder de fijación de precios suelen demostrar una rentabilidad constante, incluso en entornos inflacionarios. Compañías como estas se ven a menudo en sectores defensivos tradicionales, como los servicios públicos y los productos básicos de consumo.

Los inversores también pueden compensar la desaceleración del crecimiento con estabilidad. Las empresas estables tienen un colchón a la baja porque normalmente tienen una beta más baja (sensibilidad al mercado más amplio) que las empresas de crecimiento tradicionales. El análisis fundamental puede descubrir empresas con características de estabilidad en una amplia gama de sectores, incluidos el financiero, el energético y el de tecnología de la información.

Nuestro análisis sugiere que las empresas que califican alto tanto en calidad como en estabilidad tienen una caja sustancial y menos deuda en sus balances que incluso los baluartes defensivos tradicionales. De hecho, en 20 recesiones del mercado entre el 1 de enero de 1970 y el 31 de diciembre de 2021, nos encontramos que las acciones del S&P 500 segregadas en el quintil más alto para las características del QSP obtuvieron buenos resultados durante las recesiones del mercado.

A la calidad por sí sola le fue mal en 2022, pero la calidad junto con la estabilidad funcionó mejor, al mismo tiempo que mitiga el riesgo. En el caso de la tecnología, este diferencial de comportamiento fue particularmente llamativo. Las estrategias de baja volatilidad que buscaban equilibrar el riesgo y el rendimiento a través de la selección de acciones bottom-up en las defensas tradicionales, así como en sectores como tecnología, finanzas y energía, tenían más palancas para manejar la volatilidad.

Por supuesto, identificar estas empresas de alta calidad y resistentes a los shocks puede ser un desafío. Creemos que un enfoque de alta convicción que utiliza la gestión activa puede ayudar a identificar empresas con características de calidad y estabilidad que tienen precios competitivos porque el mercado no las aprecia por completo.

Este marco para la selección de acciones puede ayudar a los inversores a reducir las pérdidas en una recesión mientras participan en la mayor parte del alza durante una recuperación. Incluso si la inflación y la volatilidad siguen siendo elevadas, los patrones de rendimiento más suaves pueden ayudar a animar a los inversores a seguir invirtiendo en acciones durante las recesiones y posicionarse para obtener mejores resultados a largo plazo.

Encontrando oportunidades en 2023 después de un año de mercado inolvidable

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La mayoría de los inversores probablemente estén felices de ver 2022 en el espejo retrovisor. Mirando hacia 2023, la inflación y la posibilidad de recesión siguen siendo el punto focal del mercado global. Nuestro escenario base es que la inflación retrocederá aún más a medida que disminuyan las presiones de la cadena de suministro y los bancos centrales seguirán comprometidos con una política más estricta. Sin embargo, es probable que el resultado de esta política sea una desaceleración de la economía. Esto podría crear oportunidades para los inversores.

Es probable que Europa ya esté en una recesión y que Estados Unidos caiga en una, con suerte una leve. Los perfiles de riesgo/beneficio parecen favorecer la renta fija sobre la renta variable mundial, especialmente durante la primera mitad de 2023. Cualquier recesión y la recuperación posterior bien pueden ser rápidas y crear volatilidad en el mercado. Pensamos que será tan importante como siempre estar diversificado y seleccionar inversiones activamente, particularmente cuando se incline hacia activos de riesgo.

Como discutimos en nuestras Perspectivas Macro más recientes, los precios caros de las acciones y el potencial de un techo en las tasas de interés han estado impulsando una preferencia hacia la renta fija. Esperamos que los inversores busquen calidad y tal vez aumenten la duración en 2023, con algunas ideas a considerar: extender la duración puede brindar oportunidades de ingresos atractivas, y los bonos del Tesoro de EE.UU. podrían ser el núcleo para construir la duración.

Asimismo, las empresas con grado de inversión (IG) nos parecen un lugar atractivo para los inversores que buscan ingresos relativamente seguros. El crédito de alto rendimiento (HY, por sus siglas en inglés) parece atractivo para los inversores con un horizonte temporal de varios años, en nuestra opinión, ya que los rendimientos actuales y la selección activa brindan un colchón para incumplimientos potencialmente más altos a corto plazo en el sector.

La Fed marca el ritmo

La conclusión clave: «No luches contra la Reserva Federal». Es probable que los bonos se recuperen a medida que la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) logre sus objetivos, ya sea que el aterrizaje de la economía de EE. UU. sea suave o duro. Es menos probable que las acciones rindan tan bien, a menos que el aterrizaje sea suave. De lo contrario, la caída de las ganancias compensará la caída de los rendimientos de los bonos y es poco probable que las acciones avancen. Ese resultado es también una receta para una elevada volatilidad de las acciones.

Algunas inversiones pueden actuar como cobertura contra la inflación y posibles rebajas en los beneficios. El impacto de la inflación en las infraestructuras cotizada en 2023 debería ser silenciado, en particular para los activos regulados, que a menudo tienen cláusulas de ajuste por inflación. Las ganancias en este espacio parecen estar mejor protegidas en general que las rentabilidades de las acciones globales, en nuestra opinión.

En última instancia, históricamente, la inversión en bienes raíces comerciales de Estados Unidos ha tenido un desempeño favorable en períodos de aumento de los tipos de interés e inflación. Los riesgos macro actuales y las dislocaciones del mercado pueden crear oportunidades de compra atractivas durante los próximos 12 a 18 meses en algunos sectores de activos inmobiliarios comerciales.

Tribuna de Stephen Dover, estratega jefe de mercado de Franklin Templeton y director del Franklin Templeton Investment Institute

Apoyo activo a la descarbonización de los servicios públicos

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Inversión sostenible

Las compañías de servicios públicos de energía representan solo una pequeña parte del universo de la renta variable mundial, de aproximadamente un 3%, y sin embargo, contribuyen de forma importante a la huella de carbono total del mercado (gráfico 1). Dada la enorme huella de carbono del sector en relación con su tamaño, muchos poseedores de activos y gestores de carteras tienden a limitar o evitar la exposición a los servicios públicos. No obstante, creemos que esto no ofrece una visión completa de la situación.

Gráfico 1: Servicios públicos: una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero

Fuente: MSCI. Todos los datos son relativos al MSCI All Country World Index (ACWI) | Datos a 1 de noviembre de 2022.

La visión completa

Si bien es cierto que estas compañías de servicios públicos siguen dependiendo de los combustibles fósiles para generar una parte importante del calor y la electricidad necesarios para el funcionamiento de la sociedad moderna, el sector eléctrico es también, con diferencia, el mayor inversor en energías renovables, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE)1. La agencia estima que, en las próximas décadas, la combinación de redes eléctricas y energías renovables requerirá una inversión de capital superior a 1 billón de dólares anuales.

El gráfico 2 muestra la magnitud de la inversión mundial anual necesaria en nuevas energías renovables y redes eléctricas para alcanzar el “Escenario de Desarrollo Sostenible” de la AIE. En este escenario, los servicios públicos serán responsables de la mayor parte de las inversiones requeridas. Pensamos que esto genera un importante potencial para las empresas de servicios públicos que no se refleja en las actuales huellas de carbono, ya que estas son esencialmente métricas retrospectivas.

Gráfico 2: Los requisitos de inversión siguen aumentando

Fuente: World Energy Outlook 2021, Escenario de desarrollo sostenible de la Agencia Internacional de Energía y Wellington Management. Todos los datos están en miles de millones de dólares.

Teniendo en cuenta lo anterior, creemos que los inversores tienen dos opciones: desinvertir y transmitir una señal única o invertir de manera selectiva e impulsar el cambio en aquellos actores críticos que también pueden favorecer la lucha general contra el cambio climático. Como inversores activos que se basan en la investigación, consideramos que nos encontramos en una buena posición para recurrir a la segunda opción. En nuestra evaluación y diálogo activo con las empresas, no excluimos automáticamente de nuestros fondos a aquellas que hoy en día emplean el carbón para producir energía. En cambio, utilizamos los resultados de nuestra investigación para comprender mejor la tendencia y la trayectoria futura de la huella de carbono de una compañía. Antes de invertir en una compañía, queremos estar seguros de que cuenta con un plan para reducir drásticamente sus emisiones de carbono. Para ello, evaluamos la velocidad a la que invierte activamente en energías renovables a fin de reducir su dependencia del carbón, así como el compromiso de su consejo de administración y de la dirección para alcanzar los objetivos de descarbonización. En este sentido, las empresas que actualmente dependen del carbón, pero que invierten de forma más acelerada en alternativas sin combustibles fósiles, son las que más pueden contribuir a la descarbonización de nuestras economías. En muchos casos, están destinando prácticamente todo su capex a este fin.

Como inversores activos, tratamos de acelerar aún más esta transición comprometiéndonos explícitamente con estas empresas en base a los resultados de nuestro análisis. Por ejemplo, a raíz de que una gran empresa eléctrica estadounidense anunciara recientemente sus planes de reducir su huella de carbono en un 80% para 2030, debatimos sobre cómo podrían ser aún más ambiciosos y fijar un objetivo de reducción del 90%. En otra ocasión, entablamos un diálogo activo con una gran empresa europea de energía que, debido a la crisis energética, tuvo que aumentar el uso de plantas de carbón, animándoles a adelantar la fecha prevista de retirada de estos activos de 2038 a 2030.

Creemos que las empresas de servicios públicos que están en proceso de transición de un alto nivel de emisiones de carbono a uno bajo ofrecen el mayor potencial de rentabilidad durante la próxima década, ya que la transición se traducirá en mayores tasas de crecimiento que, a su vez, les permitirán atraer un capital inversor más sostenible, lo que podría dar lugar a múltiplos de valoración más elevados.

Esta transición secular también se beneficia del creciente apoyo gubernamental. En la Unión Europea, el próximo informe sobre Taxonomía destacará a las empresas que invierten el mayor porcentaje de capex en la consecución de los objetivos globales de descarbonización. Desde este punto de vista, esperamos que el sector global de servicios públicos se beneficie de un sentimiento de mercado más positivo que el que existe en la actualidad si lo cuantificamos con parámetros de medición de carbono retrospectivos.

En EE.UU., creemos que la recientemente aprobada Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) también será positiva para las compañías de servicios públicos gracias a la prórroga de 10 años de los créditos fiscales para las energías renovables, que reducirá aún más el coste de las mismas y acelerará la transición energética.

Conclusión: un enfoque activo a largo plazo tiene un papel que desempeñar

En nuestra opinión, la transición a la energía neta cero no puede lograrse únicamente mediante la desinversión o restricción de la exposición a los grandes emisores de carbono. En cambio, consideramos que los inversores activos orientados al largo plazo pueden alinearse mejor con aquellas empresas de servicios públicos que puedan ser futuros líderes en la descarbonización. El diálogo activo puede acelerar las iniciativas de descarbonización de estas empresas de servicios públicos sin afectar a las aspiraciones de rentabilidad de los inversores ni a otros objetivos económicos. Al apoyar a los líderes de la descarbonización y colaborar con los rezagados para que adopten las mejores prácticas, creemos que los inversores podrán reducir los riesgos de la transición climática de sus carteras y favorecer la creación de valor, además de ayudar a avanzar materialmente en la descarbonización de la economía en general.

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El potencial del uranio para invertir

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La energía nuclear es una fuente de electricidad limpia, eficiente y esencial que se utiliza para satisfacer la creciente demanda mundial de energía. Puede producir electricidad a mayor escala y al mismo tiempo minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto ayuda a los países a expandir su red y uso de electricidad, al tiempo que limita la contaminación del aire.

Tal y como señalan los expertos de Global X, aproximadamente el 10,4% de la electricidad mundial se generó a partir de la energía nuclear en 2020, lo que representa “aproximadamente un tercio de la electricidad baja en carbono del mundo”. Hubo un aumento de 0,5 GW(e) en la capacidad instalada neta desde finales de 2019 con proyecciones anticipando aumentos del 17% sobre los niveles actuales a 456 GW(e) para 2035, y del 71,5% a 669 GW(e) para 2050.“El combustible de uranio permite que las plantas de energía nuclear generen electricidad. Una sola pastilla de uranio, un poco más grande que la goma de borrar de un lápiz, contiene la energía equivalente a una tonelada de carbón, tres barriles de petróleo o 17 000 pies cúbicos de gas natural”, exponen estos expertos.

La producción mundial de energía nuclear impulsa principalmente la demanda de este producto. A pesar del crecimiento esperado en la energía nuclear y un aumento correlativo en la demanda de uranio, obtener exposición a este producto a veces resulta difícil. El uranio se comercializa con escasa liquidez en las bolsas de futuros y existen restricciones de propiedad relacionadas con su uso en la producción de armas.

Generación de electricidad con uranio y sus ventajas sobre otras fuentes de combustible

La energía nuclear sigue siendo una de las pocas fuentes de electricidad que combina una producción de energía a gran escala y bajas emisiones de gases de efecto invernadero, con costos comparables a los de las centrales eléctricas tradicionales de combustibles fósiles.

Al igual que las centrales eléctricas de carbón o gas natural, los reactores nucleares generan electricidad al producir un calor inmenso. Este calor produce vapor, que impulsa una turbina conectada a un motor eléctrico. A medida que la turbina gira, el motor eléctrico produce electricidad. En las centrales nucleares, sin embargo, el calor generado se deriva de la división de átomos de uranio-235 en el proceso de fisión nuclear, a diferencia de la quema de combustibles fósiles.

La fisión nuclear produce miles de veces más energía que la liberada a través del proceso de quemar cantidades similares de combustibles fósiles, lo que convierte a la energía nuclear en un método muy eficiente para generar energía a gran escala. “Además, los costes continuos de combustible para las plantas de energía nuclear tienden a permanecer bastante bajo, debido a la mínima cantidad de material necesario para alimentar la planta”, dicen desde Global X.

Además de la ventaja de densidad de potencia del uranio, la energía nuclear también se encuentra entre los métodos más limpios para producir electricidad, según lo medido por las emisiones de gases de efecto invernadero. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos estima que el 35% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen de la electricidad y la calefacción (25 %), así como de otras fuentes de energía (10%) de generación de electricidad junto con energía eólica, solar e hidroeléctrica.
“En términos de costos nivelados, la energía nuclear proporciona una alternativa más económica al carbón y la biomasa, al mismo tiempo que sigue siendo significativamente más competitiva en costos que la energía eólica marina”, destacan los expertos.

Perspectivas de la demanda de uranio

La energía nuclear aporta aproximadamente el 10,4 % del suministro total de energía del mundo y es una fuente importante de energía en los mercados desarrollados, como la Unión Europea (25%) y Estados Unidos (19%). A nivel mundial, 55 los reactores actualmente en construcción representan un aumento del 12,5% en la capacidad nuclear, con 54 reactores adicionales planeados.

Los reactores en la etapa de planificación representan la segunda fase después del diseño, mientras que la construcción marca la etapa final antes de estar en pleno funcionamiento. Los desarrollos de las primeras etapas destacan el creciente apetito por la energía nuclear en los últimos años.

La etapa de planificación representa un aumento potencial del 30 % en la capacidad nuclear actual, en gran parte liderada por economías emergentes como China, Corea del Sur e India.20 problemas de contaminación del aire, como India y China. Este último representa el mercado de uranio más grande del mundo y China planea expandir significativamente su capacidad de energía nuclear. En febrero de 2022, China mantenía 53 reactores operativos, que producían aproximadamente 51 gigavatios, 19 reactores en construcción y otros 34 planificados.

El gobierno chino tiene la intención de invertir 440.000 millones de dólares en reactores nucleares durante los próximos 15 años, con el objetivo de producir 200 gigavatios de energía nuclear para 2035. El monumental proyecto implica la construcción de más de 150 reactores en China continental, parte del objetivo del presidente Xi Jinping de neutralidad de carbono para 2060 y emisiones máximas para 2030.

El plan de China proyecta reducir las emisiones de carbono en 1.500 millones de toneladas, más de lo que producen actualmente el Reino Unido, España, Francia y Alemania, combinados. La Agencia Internacional de Energía predice que China triplicará su capacidad de energía nuclear en los próximos 20 años, pronosticando que China superará a la Unión Europea y a los Estados Unidos para convertirse en el mayor productor de energía nuclear en 2030.

Perspectivas para la industria del uranio

Los precios del uranio se vieron afectados tras el desastre nuclear de Fukushima de 2011, que provocó el cierre de varias plantas de energía nuclear en Japón durante varios años. “En los últimos ocho años, la industria nuclear mundial ha recuperado la producción de energía nuclear por encima de los niveles anteriores a Fukushima. Japón puso especialmente un esfuerzo concertado en restaurar sus capacidades nucleares, operando un total de 33 reactores nucleares hasta la fecha”, dicen desde Global X.

Los recortes de producción a principios de 2019 respaldaron los precios del uranio, pero el caso de inversión se ha vuelto aún más positivo en el lado de la demanda desde el entorno previo a la pandemia. Las iniciativas, incluida la reciente aprobación del programa de crédito nuclear civil de 6.000 millones descrito en la disposición de energía nuclear del proyecto de ley de infraestructura de Estados Unidos y, por lo tanto, influyen en la demanda de uranio. “Los pasos recientes tomados por los responsables políticos para validar la energía nuclear demuestran el respaldo a los precios del uranio y se prevé que despierten aún más el interés de los inversores… Creemos que los cambios de política, así como el déficit de oferta que provoca las nuevas fuentes de demanda, respaldan una sólida perspectiva de crecimiento para el uranio”, argumentan desde Global X.

Las posiciones enérgicas adoptadas por los gobiernos de todo el mundo también están impulsando la industria del uranio en general. “Los grandes productores de uranio, como Cameco y Kazatomprom, así como los mineros de pequeña capitalización, como Denison Mines, se están beneficiando del cambio al uranio”, destacan.

En lo que va de 2022, la mayoría de las empresas mineras de uranio están funcionando bien, pero la mayor parte de los mineros de uranio aún cotizan a niveles reducidos en comparación con el período anterior a Fukushima. “El enfoque en mantener los márgenes operativos altos y los costos reducidos debería mitigar los grandes picos en suministro, ya que los mineros aumentan lentamente la producción en función de la demanda de servicios públicos contratada”, ahondan.

Invertir en uranio

Los matices de obtener exposición al uranio aumentan en comparación con la negociación de otros productos básicos que se comercializan con mayor frecuencia, como el petróleo o el oro: las soluciones comunes implican la compra de acciones de minería de uranio o fondos cotizados en bolsa (ETF) que poseen una canasta de acciones de minería de uranio.

“Otro implica obtener acceso a futuros de uranio, que cotizan con una liquidez relativamente baja”, exponen desde Global X. “Sin embargo, los mineros de uranio individuales potencialmente tienen altos riesgos idiosincrásicos, pero acceder a la industria a través de una amplia canasta de acciones de minería de uranio a nivel mundial podría ayudar a mitigar algunos de estos riesgos”, matizan.

Si bien los futuros de uranio ofrecen exposición al precio al contado del uranio, pueden estar sujetos a rendimientos negativos asociados con el contango, que ocurre cuando el precio al contado de una materia prima cotiza por debajo de su precio futuro, junto con la escasa liquidez.

“Las acciones individuales también ofrecen potencialmente una especie de juego apalancado en el precio de la materia prima subyacente, dados los altos costos fijos asociados con la minería. Las acciones mineras de uranio mantienen un riesgo asistemático relativamente alto, debido a la naturaleza esotérica de la industria”, analizan. “Por esta razón, creemos que invertir en ETF de uranio puede proporcionar un método eficiente y rentable para acceder a una canasta diversa de empresas involucradas en actividades de extracción de uranio en todo el mundo”, concluyen.

Apoyo activo a la descarbonización de los servicios públicos

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Inversión sostenible

Las compañías de servicios públicos de energía representan solo una pequeña parte del universo de la renta variable mundial, de aproximadamente un 3%, y sin embargo, contribuyen de forma importante a la huella de carbono total del mercado (gráfico 1). Dada la enorme huella de carbono del sector en relación con su tamaño, muchos poseedores de activos y gestores de carteras tienden a limitar o evitar la exposición a los servicios públicos. No obstante, creemos que esto no ofrece una visión completa de la situación.

Gráfico 1: Servicios públicos: una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero

Fuente: MSCI. Todos los datos son relativos al MSCI All Country World Index (ACWI) | Datos a 1 de noviembre de 2022.

La visión completa

Si bien es cierto que estas compañías de servicios públicos siguen dependiendo de los combustibles fósiles para generar una parte importante del calor y la electricidad necesarios para el funcionamiento de la sociedad moderna, el sector eléctrico es también, con diferencia, el mayor inversor en energías renovables, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE)1. La agencia estima que, en las próximas décadas, la combinación de redes eléctricas y energías renovables requerirá una inversión de capital superior a 1 billón de dólares anuales.

El gráfico 2 muestra la magnitud de la inversión mundial anual necesaria en nuevas energías renovables y redes eléctricas para alcanzar el “Escenario de Desarrollo Sostenible” de la AIE. En este escenario, los servicios públicos serán responsables de la mayor parte de las inversiones requeridas. Pensamos que esto genera un importante potencial para las empresas de servicios públicos que no se refleja en las actuales huellas de carbono, ya que estas son esencialmente métricas retrospectivas.

Gráfico 2: Los requisitos de inversión siguen aumentando

Fuente: World Energy Outlook 2021, Escenario de desarrollo sostenible de la Agencia Internacional de Energía y Wellington Management. Todos los datos están en miles de millones de dólares.

Teniendo en cuenta lo anterior, creemos que los inversores tienen dos opciones: desinvertir y transmitir una señal única o invertir de manera selectiva e impulsar el cambio en aquellos actores críticos que también pueden favorecer la lucha general contra el cambio climático. Como inversores activos que se basan en la investigación, consideramos que nos encontramos en una buena posición para recurrir a la segunda opción. En nuestra evaluación y diálogo activo con las empresas, no excluimos automáticamente de nuestros fondos a aquellas que hoy en día emplean el carbón para producir energía. En cambio, utilizamos los resultados de nuestra investigación para comprender mejor la tendencia y la trayectoria futura de la huella de carbono de una compañía. Antes de invertir en una compañía, queremos estar seguros de que cuenta con un plan para reducir drásticamente sus emisiones de carbono. Para ello, evaluamos la velocidad a la que invierte activamente en energías renovables a fin de reducir su dependencia del carbón, así como el compromiso de su consejo de administración y de la dirección para alcanzar los objetivos de descarbonización. En este sentido, las empresas que actualmente dependen del carbón, pero que invierten de forma más acelerada en alternativas sin combustibles fósiles, son las que más pueden contribuir a la descarbonización de nuestras economías. En muchos casos, están destinando prácticamente todo su capex a este fin.

Como inversores activos, tratamos de acelerar aún más esta transición comprometiéndonos explícitamente con estas empresas en base a los resultados de nuestro análisis. Por ejemplo, a raíz de que una gran empresa eléctrica estadounidense anunciara recientemente sus planes de reducir su huella de carbono en un 80% para 2030, debatimos sobre cómo podrían ser aún más ambiciosos y fijar un objetivo de reducción del 90%. En otra ocasión, entablamos un diálogo activo con una gran empresa europea de energía que, debido a la crisis energética, tuvo que aumentar el uso de plantas de carbón, animándoles a adelantar la fecha prevista de retirada de estos activos de 2038 a 2030.

Creemos que las empresas de servicios públicos que están en proceso de transición de un alto nivel de emisiones de carbono a uno bajo ofrecen el mayor potencial de rentabilidad durante la próxima década, ya que la transición se traducirá en mayores tasas de crecimiento que, a su vez, les permitirán atraer un capital inversor más sostenible, lo que podría dar lugar a múltiplos de valoración más elevados.

Esta transición secular también se beneficia del creciente apoyo gubernamental. En la Unión Europea, el próximo informe sobre Taxonomía destacará a las empresas que invierten el mayor porcentaje de capex en la consecución de los objetivos globales de descarbonización. Desde este punto de vista, esperamos que el sector global de servicios públicos se beneficie de un sentimiento de mercado más positivo que el que existe en la actualidad si lo cuantificamos con parámetros de medición de carbono retrospectivos.

En EE.UU., creemos que la recientemente aprobada Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) también será positiva para las compañías de servicios públicos gracias a la prórroga de 10 años de los créditos fiscales para las energías renovables, que reducirá aún más el coste de las mismas y acelerará la transición energética.

Conclusión: un enfoque activo a largo plazo tiene un papel que desempeñar

En nuestra opinión, la transición a la energía neta cero no puede lograrse únicamente mediante la desinversión o restricción de la exposición a los grandes emisores de carbono. En cambio, consideramos que los inversores activos orientados al largo plazo pueden alinearse mejor con aquellas empresas de servicios públicos que puedan ser futuros líderes en la descarbonización. El diálogo activo puede acelerar las iniciativas de descarbonización de estas empresas de servicios públicos sin afectar a las aspiraciones de rentabilidad de los inversores ni a otros objetivos económicos. Al apoyar a los líderes de la descarbonización y colaborar con los rezagados para que adopten las mejores prácticas, creemos que los inversores podrán reducir los riesgos de la transición climática de sus carteras y favorecer la creación de valor, además de ayudar a avanzar materialmente en la descarbonización de la economía en general.

Para conocer más sobre nuestro contenido, visite nuestra página web.

La clave de pensar en local para invertir a nivel global

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Mercados y gráficos

Las empresas fuera de Estados Unidos proporcionan muchos de los productos que se utilizan o se consumen todos los días, incluso algunas de nuestras marcas más icónicas, según un análisis de Franklin Templeton. Estos productos son tan populares en los mercados estadounidenses que los inversores pueden no considerar que si se enfocan exclusivamente en el mercado estadounidense, están perdiendo oportunidades en muchas empresas exitosas establecidas en el extranjero, argumentan desde la casa.

Mantener una cartera de inversiones que incluya una combinación de empresas domiciliadas en Estados Unidos y fuera de sus fronteras puede ayudar a los inversores a capturar las mejores oportunidades y ofrecer una participación sólida en todo el ciclo.

Cuidado con los diferenciales

Hay muchos beneficios potenciales de invertir a nivel mundial. En primer lugar, una asignación global amplía el conjunto de oportunidades desde el que obtener inversiones. Al 31 de marzo de 2022, el 37% de la capitalización de mercado global, representada por el índice MSCI ACWI IMI, estaba ubicada fuera de los Estados Unidos.

Cuando amplíe su horizonte de inversión, encontrará una serie de mejores compañías de clase mundial, como los fabricantes de chips en Asia o empresas de artículos de lujo o farmacéuticas en Europa. «Además, en países con mercados menos eficientes, puede haber mayores oportunidades de inversión. Esto se debe a que muchos mercados fuera de Estados Unidos tienen menos analistas que cubran empresas domiciliadas a nivel local, y una relativa falta de análisis de alta calidad puede inhibir la fijación de precios eficiente. De este modo, los inversores pueden identificar oportunidades potenciales que otros han perdido», indica la gestora.

Un refrán común que todos hemos escuchado es “compre barato, venda caro”. Una acción que cotiza con un mayor descuento frente a su valor percibido que sus homólogos de la industria puede ofrecer más potencial alcista. Estas brechas de valoración también pueden ser importantes en todas las regiones. Una firma industrial con sede en Estados Unidos puede cotizar con descuento en comparación las que se enmarcan fuera de la región, debido a las diferencias en la demanda, los impuestos, la regulación u otras discrepancias regionales. Una cartera global puede abrir la puerta para descubrir e invertir en estas empresas con grandes descuentos.

¡Tecnología, tecnología, tecnología, y boom!

Las empresas de tecnologías de la información son uno de los principales impulsores en el desarrollo del mercado estadounidense. El sector representa más de una cuarta parte de los índices S&P 500 y MSCI USA. La caída de este año en el sector tecnológico refleja una combinación de factores, siendo el aumento de los tipos de interés un culpable importante y algo incomprendido.

La mayoría de los inversores saben que los precios de los bonos y los tipos de interés están inversamente vinculados, pero es posible que no consideren el efecto que los tipos tienen en los precios de las acciones, en particular en los títulos growth de larga duración como las empresas de tecnología. Los tipos más altos a largo plazo pueden dañar a las acciones de crecimiento.

Cuando la tasa de descuento aumenta, el valor actual de los flujos de liquidez cae, lo que podría arrastrar al precio de los valores cotizados en bolsa. «Esto puede ayudar a impulsar una rotación hacia acciones orientadas al valor, que generalmente se ven menos afectadas por el aumento de los tipos y pueden comenzar a parecer más atractivas para los inversores, en comparación», comentan desde Franklin Templeton.

No todos los mercados regionales tienen tanta tecnología y, por lo tanto, tanto crecimiento como Estados Unidos. El país norteamericano históricamente ha tenido un desempeño inferior al de las regiones orientadas al valor, como Europa, cuando las acciones tecnológicas caen en desgracia.

Pongámonos cíclicos

No es ningún secreto que a diferentes tipos de activos les va bien en diferentes entornos económicos. La historia ha demostrado que una inflación moderada puede ser buena para las acciones de valor. Si bien la inflación actualmente está muy por encima de lo que se considera moderado y ha sido más rígida de lo previsto, debido en parte a problemas de la cadena de suministro, esperamos que estas presiones finalmente disminuyan. Lo que puede quedar es una inflación modesta alimentada por la demanda de los consumidores, que es saludable y normal, y por lo general coincide con un crecimiento económico moderado.

Una economía de crecimiento moderado ha sido beneficiosa para muchas empresas de valor, ya que proporciona el combustible que estas compañías con orientación cíclica necesitan para crecer, mejorar sus organizaciones y prosperar. «A medida que avanzamos a lo largo del ciclo económico actual, es posible que veamos que las acciones de valor se fortalecen una vez más, lo que lleva a un cambio en el que las regiones dominan el rendimiento de la renta variable», señalan desde Franklin Templeton.

A pesar de la rentabilidad más elevada reciente de las empresas domiciliadas en Estados Unidos y el sesgo del país de origen de los inversores estadounidenses, creemos que los inversores seguirán beneficiándose de una diversificación adecuada para una cartera bien equilibrada. Esto significa exposición estadounidense y más allá de sus fronteras, e inversión en acciones de valor y crecimiento. Lanzar una red más amplia e invertir de manera oportunista en múltiples regiones, incluidas aquellas que han perdido popularidad, es una buena manera, en nuestra opinión, de estar bien posicionado independientemente del clima económico actual.