El Chartered Institute for Securities & Investment (CISI) ha realizado una nueva encuesta a los profesionales de servicios financieros del Reino Unido con el objetivo de averiguar si sus empresas están comprometidas con las prácticas de las finanzas éticas y con los criterios ambientales, sociales y de gobernanza en lo que respecta a sus actividades de créditos, inversiones, gestión patrimonial y gestión de fondos. Los resultados reflejan que solo el 20% de los encuestados creen que sus empresas respetan estos valores y criterios.
En el contexto de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEPFI), que trabaja con la comunidad bancaria mundial para aumentar los créditos que respaldan actividades económicas sostenibles desde el punto de vista social y ambiental, se preguntó a los encuestados: “¿Cree que su empresa está comprometida con la adopción y ejecución de prácticas propias de las finanzas éticas y con los criterios ESG en lo que respecta a préstamos, inversiones, gestión de patrimonios y actividades de gestión de fondos?”.
De los 563 encuestados, el 20% dijo que tenía “confianza” en que así fuese, el 10% dijo que era “neutral” ante la pregunta y el 70% dijo que “no tenía confianza” en lo planteado.
Simon Culhane, CEO del CISI, ha afirmado: “Los riesgos relacionados con el clima y el deterioro de los activos de capital natural del mundo son los problemas más importantes de nuestro tiempo. Por lo tanto, el apoyo de todas las empresas a las finanzas éticas y a los criterios ambientales, sociales y de gobernanza es fundamental para la sostenibilidad y la administración futuras de nuestro mundo. Nuestra encuesta muestra que algunas empresas están progresando bien, pero todavía tenemos un largo camino por recorrer como profesión para demostrar nuestras credenciales en este aspecto”.
Culhane ha añadido: “Se supo el año pasado que los activos éticos superaron al resto en los principales mercados de valores. Sin embargo, el reciente informe Common Wealth concluyó que un tercio de los fondos con bajas emisiones de carbono estaban invirtiendo en petróleo y gas. Como señaló uno de los encuestados, ahora necesitamos una referencia universalmente acordada, un conjunto común de estándares y calificaciones en todo el universo ético que, en última instancia, brindará la seguridad y la confianza que los inversores necesitan para respaldar aún más esta importante área de finanzas éticas en rápida expansión”.
Además, se pueden destacar algunos comentarios anónimos de los entrevistados que dejan entrever su posición respecto al tema planteado o su perspectiva personal acerca de todo lo que engloba esta problemática: “El propietario de la empresa para la que trabajo ahora es escéptico acerca de que los nuevos fondos se orienten hacia una postura de inversión que contemple más los factores ambientales, sociales y de gobernanza. Argumenta que incluso los bonos del gobierno no son éticos, ya que la mayoría de los gobiernos invierten en armas y energía nuclear.”
Otros apuestan por una crítica a la transparencia de algunas empresas: “Una declaración de datos deficiente por parte de las compañías de inversión, especialmente, en los sectores de mercados emergentes y de pequeña capitalización de mercado, hace que estos objetivos sean casi imposibles para los pequeños administradores de activos.”
Y para concluir, cabe destacar este juicio a la forma norteamericana de desempeñarse como empresa: “Una firma estadounidense, en general, no es propensa a otra cosa que no sea ganar dinero. La salud mental, la caridad, lo social, el medio ambiente no son importantes».