Los gestores de Trea AM han analizado las perspectivas y estrategias de inversión para cada tipo de activo en 2021, un ejercicio que continuará marcado por la incertidumbre en la economía mundial debido a los efectos del COVID-19. En un entorno de tipos de interés extraordinariamente negativos y con muchos sectores clave de la economía sufriendo aún las consecuencias de la pandemia, los expertos de Trea AM recomiendan actuar con cautela, aunque sin desaprovechar las oportunidades de inversión que siempre surgen en momentos de crisis.
Ricardo Gil, director de estrategia, prevé en 2021 una mejora de la macroeconomía, entre otros motivos porque los estímulos del 2020 no han tenido precedentes y no se van a repetir el año que viene. «El reto es comprobar a qué ritmo mejora la economía sin esas ayudas ni estímulos para poder calibrar la fuerza del nuevo ciclo expansivo que iniciamos en la segunda parte del año”, añade.
Los activos más interesantes para los próximos meses vendrán determinados por la evolución de la inflación. En la medida en que esté controlada, más allá de las subidas esperadas en la primera parte del año por la comparativa respecto al año anterior, y la recuperación de la demanda interna vaya ganando impulso, podemos tener un año muy bueno de los activos de riesgo. Por el contrario, cualquier señal que muestre una inflación moviéndose fuera de los rangos esperados, en un sentido u otro, va a generar volatilidad y la distribución de activos en las carteras será clave para poder aprovechar cada escenario. En ese contexto, Gil propone realizar una distribución de activos basada en una buena estrategia de inversión y con un equipo expertos.
Para Ascensión Gómez, directora de renta fija, 2021 será, de nuevo, un año marcado por unos tipos de interés extraordinariamente bajos y por la prórroga del programa de compra de bonos (PEPP) hasta 2022 anunciada por el Banco Central Europeo (BCE). Los bancos centrales han anunciado que actuarán siempre que sea necesario para dar estabilidad, lo que será de gran apoyo para los mercados. La deuda soberana no aportará mucho valor, pero puede seguir siendo un valor refugio en caso de volatilidad de los mercados. En este sentido, Ascensión Gómez añade: “Nos gusta más la deuda americana que las europeas”.
En crédito, los diferenciales se han reducido de tal manera que están cerca de los mínimos alcanzados en febrero, tanto en investment grade como en high yield. En este contexto, la posición debe ser de cautela, con una liquidez ligeramente mayor que habitualmente, a la espera de que se produzca alguna oportunidad para aumentar posiciones.
En cuanto a la renta fija emergente, Pedro Pérez-Riu, director de deuda de mercados emergentes, considera que las perspectivas para el primer trimestre del 2021 son buenas, pero con diferencias sustanciales entre segmentos de mercado. El entorno macro, de consolidación de una sólida recuperación de la actividad económica global y unas condiciones financieras muy cómodas, es favorable, pero ofrece mucho más valor relativo el segmento high yield que el de investment grade.
En el segmento investment grade, que representa el 62-64% de esta clase de activos, el diferencial de crédito promedio está muy cerca de récords históricos. Esta circunstancia va a limitar el potencial de rendimiento del segmento particularmente, como hemos visto en las dos primeras semanas de enero, en un contexto de tipos de interés ascendentes, y una curva de treasuries con pendiente también creciente. Por el contrario, el segmento high yiield es menos sensible a las tasas a largo plazo. La duración promedio es muy inferior a la de grado de inversión y el diferencial de crédito está muy lejos todavía de los mínimos históricos. Se considera que el grueso de los rendimientos vendrá de este segmento.
Renta variable europea
Xavier Brun, responsable de renta variable europea, destaca que la revolución en salud, tecnología o energía se ha acelerado. La rápida adaptación de la tecnología en mercados no tradicionales (energía, automoción o industria) ha provocado la necesidad de máquinas que hagan chips (ASML o ASM International) para empresas que hagan semiconductores (STMicro) que, a su vez, serán introducidos en automóviles (Peugeot o Valeo). Todo ello incentivará el uso de energía limpia, que necesita cables para llegar a los parques eólicos o solares (prysmian) y, a la vez, cobre para fabricar esos cables (Atalaya Mining o Lundin mining).
La salud vivirá su particular revolución con la cantidad de datos obtenidos durante la pandemia y su gestión y utilización; mientras la banca continuará con su particular viacrucis con la eclosión de nuevos jugadores en el mercado, como por ejemplo FlatexDeGiro, el bróker que se estrenó en la bolsa alemana en octubre y que en noviembre superaba los 1,6 millones de clientes. En resumen, 2021 será un año de extremos también en renta variable europea. Habrá negocios que vivirán una notable aceleración, mientras otros muchos se verán frenados.
Y en España…
Finalmente, respecto a la renta variable en España, Alfonso de Gregorio, director de renta variable, destaca algunos factores que marcarán la evolución de la bolsa española. Empieza por las secuelas que va a dejar la pandemia en la economía española, sigue por la gestión económica del gobierno y la de los fondos de rescate de la Unión Europea y concluye con la seguridad jurídica que puedan percibir los inversores. Todo ello en un entorno de bajos tipos de interés, en el que apenas se va a generar inflación. «Habrá que prestar atención también a la cuenta de resultados de las empresas en los próximos trimestres, que notará el impacto de la segunda oleada del COVID-19’’.
En este contexto, de Gregorio pone el foco en la filosofía de gestión de Trea AM, que se centra en la selección de empresas stock picking en función de sus fundamentales, su equipo gestor y buscando infravaloración. «Incluso en un año tan complicado como 2020 se han dado grandes oportunidades de inversión. Es sabido que, en momentos de histeria y pesimismo exacerbado en los que tanto los gestores como los inversores particulares se ven obligados a vender a cualquier precio por la necesidad de generar liquidez, se generan grandes oportunidades de inversión».
Un ejemplo de esta realidad es el caso de Masmóvil, OPA de exclusión a 22,5 euros cuando apenas unos meses antes se encontraba en 12,5 euros; el de BBVA, que ha vendido su división de EE.UU. por un importe de 9.700 millones de euros, casi el 50% de su capitalización; o Ence que vendió recientemente el 49% de su división de energía por 389 millones de euros, el 70% de su capitalización.