La iniciativa de reforma para que el Banco de México (Banxico) acepte cambiar dólares en efectivo, aprobada por el Senado -y que ahora revisa el Congreso- incrementa el riesgo de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo en el sistema financiero mexicano, según una nota conjunta publicada por la Asociación de Bancos de México.
De acuerdo con la organización, ese riesgo es transferido al Banco de México, pilar de la estabilidad macroeconómica, “lo que dañaría la confianza internacional ganada a través de muchos años por el Banco de México y por la banca mexicana, provocando efectos adversos en la economía nacional”.
Según personas con conocimiento de la situación, “el propio gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, recibió la semana pasada llamadas de funcionarios del Departamento del Tesoro y del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos, para expresar gran preocupación por esta reforma”.
Resguardar a la economía nacional
«La solidez del sistema financiero mexicano es uno de los pilares más importantes que sostienen la estabilidad macroeconómica del país. Esta solidez se ha conseguido gracias a la adopción de diversas medidas, como son, la autonomía del Banco de México, un régimen de tipo de cambio libre, la disciplina fiscal a través de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, la certificación de los criterios de capitalización y liquidez de Basilea III, y la adopción de normas estrictas de prevención de lavado de dinero y de financiamiento al terrorismo que siguen las mejores prácticas a nivel internacional. Gracias a estos cambios el sistema financiero mexicano goza de la confianza del sistema financiero internacional», dice la nota.
«Obligar al banco central a actuar como comprador de última instancia de moneda extranjera en efectivo, aunque estas provengan de instituciones del propio sistema financiero, atenta contra su autonomía. Adicionalmente, podría aumentar el riesgo percibido para Banco de México por la comunidad financiera internacional, y por extensión a todo el sistema financiero mexicano. Como consecuencia habría un impacto negativo en varias de las operaciones financieras que se realizan con el exterior, como son: el manejo de las reservas internacionales, las líneas de crédito y financiamiento para cualquier entidad nacional, incluido el gobierno federal, y la custodia de activos internacionales entre otras», añade.
Canales abiertos para comunicación
«Es indispensable que a la brevedad posible, y entre todos los actores involucrados, encontremos una mecánica dentro del marco legal y regulatorio que permita ingresar dólares en efectivo, que puedan cambiarse a precios competitivos en un sistema financiero que se mantenga seguro, bien regulado y protegido», concluye la ABM.
Por su parte, y con el fin de alcanzar los beneficios planteados, el Banco de México señaló en un comunicado que acompañará los esfuerzos de la banca mexicana para fortalecer sus relaciones de corresponsalía con entidades del exterior, en coordinación con otras autoridades. Adicionalmente, para la consecución de este fin, el Banco de México continuará colaborando con el Congreso de la Unión y demás participantes.
«El Banco de México se mantiene comprometido con la búsqueda de las mejores alternativas de solución para atender los objetivos del proyecto de decreto. En este esfuerzo, es necesario preservar la autonomía constitucional del Banco de Méxicoy noponer en riesgo el funcionamientodel sistema financiero, la operación del Banco Central y la disponibilidad de la reserva de activos internacionales», señaló.