Los emergentes asiáticos en general, y China en particular, han despuntado por su positiva evolución económica este año, marcado por la pandemia en todo el mundo. Y las estimaciones indican que China será un motor clave del crecimiento mundial en 2021, gracias a su eficacia en la gestión del coronavirus, que lo han situado en una posición envidiable respecto a otros países.
Dentro del Asia emergente, es probable que la recuperación continúe, pero a un ritmo algo más pausado en 2021, a medida que entra en una fase más mecánica. El banco central de la India debe encontrar un equilibrio entre un crecimiento más lento de su economía, que potencialmente podría estimular una inflación excesiva, y una depreciación de la divisa. La posibilidad de que la carga de deuda aumente, como consecuencia de los gastos relacionados con el COVID-19, podría reducir la probabilidad de otro paquete fiscal.
Otras zonas de Asia emergente se enfrentan a riesgos políticos que podrían impedir el crecimiento. Vietnam es una excepción, sin embargo, con potencial para generar un crecimiento económico positivo, dado el éxito obtenido manteniendo el virus a raya y a su posición ventajosa como beneficiario de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
Reflejando este entorno económico relativamente benigno, la categoría VDOS de Renta Variable Internacional Asia ex-Japón es la más rentable, en lo que va de año, del grupo de fondos de renta variable, excluyendo sectoriales, con una revalorización media del 8,34%. De esta categoría, uno de los fondos más rentables es el BNY Mellon Asian Equity, obteniendo desde el pasado enero una rentabilidad del 36,39% en su clase C de acumulación en euros.
La gestora, Newton Investment Management, toma un enfoque diferenciador de inversión temática, aportando valor añadido gracias a su minucioso método de análisis propietario. Su inversión se centra en acciones de crecimiento de la región asiática, excluyendo Japón.
El fondo está gestionado por Sophia Whitbread, gestora de carteras del equipo de Oportunidades de Renta Variable. Se incorporó a Newton en 2005 como analista financiera, especializándose en el sector bancario. Tuvo responsabilidades adicionales, específicamente en gestión de activos y en seguros de vida, con cobertura de todos los sectores a nivel mundial. Pasó brevemente por Edimburgo en 2010, trabajando para Baillie Gifford, antes de regresar a Newton en enero de 2011 para asumir su puesto actual. Es gestora de carteras de mercados emergentes globales y estrategias de renta variable asiática. Sophia cuenta con Masters (con honores) y MPhil en Clásicas por la Universidad de Cambridge, además de con la certificación CFA.
La filosofía de inversión de Newton se basa en su convicción de que los mercados son, a menudo, eficientes al poner en precio las noticias a corto plazo, pero pueden ser ineficientes cuando se trata de reflejarlas a largo plazo. Su proceso de inversión está configurado para explotar estas ineficiencias, de forma que puedan generarse fuertes retornos a largo plazo. Para lograrlo, se combinan temas, seleccionados a partir de un proceso de análisis (top-down) de arriba hacia abajo, y un análisis fundamental (bottom-up) de abajo hacia arriba, con la integración de los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en el proceso analítico.
En los mercados emergentes, las perspectivas de crecimiento varían significativamente entre economías y sectores. Además, hay grandes diferencias en la calidad de las empresas, sobre todo, dado el fuerte peso que las entidades de propiedad estatal representan en los índices de mercado. Las expectativas a largo plazo de la gestora, al considerar perspectivas de inversión y valoración, junto con el peso que asignan a su consideración sobre calidad, con el gobierno corporativo como uno de los factores más importantes, pueden aportar una visión muy diferenciada respecto al retorno ajustado por riesgo, en comparación con la del mercado. Como selectores de acciones, su uso de temas se traduce en una alta y diferenciada convicción, permitiéndoles formar carteras con las que pretenden proporcionar a los inversores mayores rendimientos al tiempo que se reduce el riesgo absoluto.
La cartera final incluye entre sus mayores posiciones acciones de Samsung SDI Co. Ltd (7,80%), ADRs de Alibaba Group Holding Ltd. Sponsored (7,40%), Meituan Class B (7,10%), LONGi Green Energy Technology Co Ltd Class A (6,90%) y Tencent Holdings Ltd (6,10%). Por sector, servicios al consumidor (30,20%), tecnología (25,20%), industrial (11,70%), financiero (11,90%) y materiales básicos (7,90%) representan los mayores pesos en la cartera del fondo. Por país, las mayores posiciones corresponden a China (45,20%), India (20%), Corea (11,10%), Australia (5,60%) y Taiwan (5,20%).
Por rentabilidad, la evolución histórica del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2019 y 2020, batiendo al índice de su categoría en 2017. Su volatilidad a tres años es del 22,65% y del 25,09% a un año. En este último periodo su Sharpe es de 1,74 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, es del 5,83%. La suscripción de la clase C de acumulación en euros supone una inversión mínima de 5 millones de euros, aplicando una comisión fija del 1% y de depósito de hasta el 0,15%. El fondo dispone también de una clase A, con un requerimiento mínimo de inversión de 5.000 euros y comisiones fija y de depósito del 2% y del 0,15%, respectivamente.
El equipo gestor cree que el nivel relativamente más alto del crecimiento de los ingresos, el aumento de la penetración de productos y la consolidación de la industria, pueden proporcionar oportunidades de crecimiento atractivas para los inversores en mercados emergentes a largo plazo, siempre que mantengan una exposición a los temas y empresas adecuados.
A corto plazo, el contexto actual de un dólar estadounidense más débil, el crecimiento del PIB mundial por encima de la tendencia, la política monetaria ultra laxa y la distensión de los factores de riesgo más importantes para el mercado (las elecciones estadounidenses y los avances en la vacuna para el COVID-19) son constructivos para los mercados asiáticos. Y todo ello en un contexto en el que, además, la evolución de los índices de renta variable de Estados Unidos, como el S&P 500, ha superado la del FTSE All World Asia-Pacific ex Japan en los últimos años.
La rentabilidad del BNY Mellon Asian Equity a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS