La producción de proteína animal supone aproximadamente el 73% del uso mundial de antibióticos.1 Debido a la creciente demanda de carne, productos lácteos y pescado en los países de ingresos bajos y medios, junto con el auge de las operaciones de ganadería intensiva a gran escala, se prevé que el uso de antibióticos en el sector aumente un 67% para 2030, y casi se duplique en Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.2
La resistencia a los antimicrobianos (AMR, por sus siglas en inglés) es un fenómeno natural en el que los microorganismos desarrollan resistencia a los agentes antimicrobianos. Sin embargo, esto se está acelerando debido a la mala administración de antibióticos en la atención sanitaria y la agricultura. Se ha estimado que, si la AMR continúa sin control, habrá una pérdida del 11% en la producción ganadera para 2050.3
Las bacterias o los genes que codifican los mecanismos de resistencia a los antimicrobianos pueden transferirse de los animales a los humanos a través del medioambiente, la cadena alimentaria o contacto directo. Un número creciente de infecciones bacterianas comunes en los seres humanos, incluyendo infecciones del tracto urinario y la neumonía, se están volviendo más difíciles de tratar.
Si los antibióticos siguen perdiendo su eficacia, las cesáreas, la quimioterapia y otras intervenciones médicas habituales podrían empezar a conllevar un riesgo extremadamente alto. Esto socavaría gravemente la medicina moderna. Alrededor de 700.000 muertes por año en todo el mundo son causadas por infecciones resistentes a los antibióticos, y esto podría aumentar si no abordamos la AMR de manera adecuada.
El uso de antibióticos para tratar las enfermedades de los animales protege su bienestar y evita muertes innecesarias. Sin embargo, no es necesario usarlos para prevenirlas en grupos de animales si ninguno está enfermo, ni para promover el crecimiento en los que están sanos.
Muchos países han tomado medidas para frenar el uso de antibióticos en la ganadería en los últimos años. Los productores de proteína animal deben asegurarse de que cumplen con las restricciones a las que están sujetos en los países en los que operan.
Y, además de gestionar los riesgos asociados al uso de antibióticos, deben considerar las oportunidades, ya que la demanda de los consumidores de carne “sin antibióticos”* está aumentando: las ventas de carne “sin antibióticos” en EE.UU. crecieron cerca de un 29% anual entre 2011 y 2015, comparado con el 5% de la carne “convencional”.4
Una encuesta reciente realizada por Consumer Reports en Estados Unidos reveló que más de un tercio de los consumidores compran frecuentemente carne, aves y otros alimentos con la afirmación “sin antibióticos”. Por lo tanto, se puede decir que los productores de proteína animal que estén dispuestos a responder a las preocupaciones de los consumidores sobre el uso de antibióticos en los animales destinados a la alimentación estarán mejor posicionados para el crecimiento.
Nuestro compromiso
Desde 2109 hasta la fecha, hemos comprometido a 47 empresas con la AMR, aprovechando la investigación de FAIRR y la Access to Medicine Foundation, organizaciones que están evaluando cómo las empresas de alimentos y las farmacéuticas están abordando este tema. Tyson Foods, McDonald’s y Tesco, actores clave en sus respectivas industrias del sector alimentario, están dando un paso adelante para asegurar que los antibióticos se utilicen de forma más responsable.
Tribuna de Catherine McCabe, analista del equipo de inversión responsable de BMO Global Asset Management
[1] https://www.sciencedaily.com/releases/2019/10/191009132321.htm
2 https://cddep.org/blog/posts/global_livestock_antibiotic_use_expected_increase_67_2030/
3 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6929930/
5 https://www.consumerreports.org/overuse-of-antibiotics/what-no-antibiotic-claims-really-mean/
*No hay una definición estándar de “carne sin antibióticos”. La etiqueta -como la de «sin antibióticos»- puede significar animales criados sin ningún antibiótico.
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