La bolsa en USA tocó máximos históricos, y muchos (al menos en redes sociales) mostraron su sorpresa por este hecho en un año en el cual la economía ha sufrido uno de sus peores golpes de los últimos 70 años. Sin embargo, este es un hecho que no debería extrañar a nadie. Las toneladas de dinero que se han lanzado a la economía son uno de los elementos clave que determinarán el comportamiento de muchos activos. No lo digo hoy, viéndolo en retrospectiva, lo he dicho en varias oportunidades y hoy, más que nunca, lo repito.
El M2, una de las medidas monetarias por excelencia, ha pasado de febrero a hoy, de cerca de 15,2 trillones de dólares a más de 19 trillones, representando un incremento superior al 20%, lo cual en condiciones normales, debería crear inflación. Si bien dentro de la carpeta de los analistas ya empieza a considerarse seriamente la inflación (lo interesante es que, hastas pocos días después de elecciones se hablaba de deflación), no es un fenómeno inmediato. Entonces, esa fuerte expansión monetaria, debe ir a terminar en algún lado y, cómo no, eso es en activos financieros.
Ahora bien, hay activos de activos, y por ello es que las acciones fueron las beneficiadas. Los bonos podían haber sido, pero su atractivo cada vez es más bajo: un Tesoro a 10 años con una tasa de 0,85% es poco atractivo, y si tomamos en cuenta que, casi una cuarta parte de los bonos que existen hoy en el mundo están en tasa negativa (cerca de 15 trillones de dólares tienen tasas por debajo de cero y el yield global promedio se ubica en 0,94%), la renta fija no era el destino más atractivo. Así, los inversionistas se fueron hacía acciones.
Tan es así este hecho, que la posición neta internacional de USA se ha deteriorado a pasos agigantados en este año (este indicador mide lo que tienen los extranjeros en USA, menos lo que tienen los norteamericanos en el exterior), pasando de cerca de 11 trillones de dólares a algo más de 13 trillones…parece poco, pero eso significa que en solo 6 meses del año, los extranjeros aumentaron en cerca de 2 trillones de dólares sus posesiones en USA (y midiéndolo como indicador del PIB, pasó de representar un negativo de cerca del 50% del PIB, a más del 70% del PIB). Esto tiene unas implicaciones también muy fuertes sobre la desigualdad de la riqueza, pero será tema de otro análisis.
La otra cara de la moneda son los Mercados Emergentes. Soy fanático de las inversiones en emergentes, y me he aventurado a decir en espacios anteriores, que serán los grandes ganadores en los próximos años. Ya muchas casas de inversión también lo creen. Y sigo creyendo firmemente, que el dólar (de sus niveles de abril e inicios de mayo) debe caer cerca del 40% vs las principales monedas del mundo emergente.
Al momento de escribir esta nota, llevamos 9 semanas consecutivas recibiendo flujos hacía bonos, las últimas dos con flujos muy positivos. Un hecho no menor, es que las primeras semanas de flujos, se destinaron especialmente hacía ETF, las últimas semanas ha visto ya flujos directos hacía bonos específicos y, especialmente hacía bonos internos, es decir, hacía moneda local.
Esto no es poco, y sigo altamente convencido que los flujos a EM vendrán por cuatro vías, que las repito aquí:
- Inversión de portafolio
- Inversión Extranjera Directa
- Endeudamiento
- Procesos de Fusiones y Adquisiciones
Muchos analistas argumentan que los EM somos mucho más riesgosos, y sí, lo somos. Pero hoy en día, en particular, el análisis de riesgo vs retorno nos favorece mucho más que a la mayoría de mercados desarrollados. Nuestra expectativa de retorno puede estar por arriba del 20% medido en dólares en muchos casos, con un nivel de “riesgo controlado” (los analistas estiman que la bolsa en USA puede ganar algo más del 12% en 2021, que es muy bueno, pero que quizá no sea sostenible de mediano plazo).
Nos vuelve muy atractivos el hecho de que el Equity Risk Premium para la bolsa norteamericana se estima para los próximos años en más del 7%, mientras que para ponerle punto de comparación, un CDS a 5 años en muchos casos, está debajo de los 200 puntos básicos.
Así mi pregunta es: ¿qué sorprende más, los 30.000 puntos del Dow Jones actualmente; o el hecho que sigo creyendo que el mundo emergente puede dar retornos superiores al 100% en un lapso de unos 4 o 5 años?
Manuel Felipe García Ospina es vicepresidente Wealth Management de Skandia