Hemos publicado recientemente nuestro Reporte Macroeconómico Trimestral con la actualización de nuestras perspectivas para las economías andinas (Chile, Colombia y Perú). En esta oportunidad, mantuvimos relativamente inalteradas la mayoría de nuestras proyecciones para los tres países una vez la actividad económica se ha comportado en línea con nuestras expectativas en los últimos meses, en medio de una reducción gradual de la incertidumbre.
En consecuencia, mantenemos nuestro pronóstico de contracción de 6% para la economía chilena este año y un rebote del 5% en 2021, implicando que Chile sería el país con la menor caída en la actividad en 2020 en la región andina. Asimismo, es probable que Chile alcance sus niveles de PIB pre-pandemia antes que el resto de los países latinoamericanos, lo que se explicaría principalmente por la magnitud de las medidas de apoyo a los hogares adoptadas por el gobierno, mejores precios del cobre y, más importante aún, los retiros de fondos de pensiones que alcanzarían los 30 mil millones de dólares si el Congreso aprueba un segundo retiro, lo que consideramos muy probable que ocurra.
Para Colombia, mantenemos también nuestra estimación de una contracción del PIB de 7% para este año y un aumento de 4.8% en 2021. Hasta ahora, creemos que la economía colombiana ha mostrado una relativa resiliencia al choque actual, con nuestra tesis de una ‘diversificación interna’ favorable jugando un papel protagónico. Así, cabe recordar que Bogotá representa solo el 26% del PIB nacional, muy por debajo de otras capitales de la región como Santiago (42%), Lima (44%) y la Provincia de Buenos Aires (~53%). Esto ha sido un factor relevante en medio de la implementación de cuarentenas diferenciadas al interior del país. De hecho, los indicadores lideres recientes sugieren que varias ciudades intermedias se están desempeñando favorablemente, compensando en parte el comportamiento más moderado en las principales ciudades como Bogotá o Medellín debido a su elevado número de casos de Covid-19. El apoyo del gobierno a los hogares también ha influido, pero el paquete fiscal ha sido mucho menor en comparación con lo observado en Chile y Perú.
Finalmente, el PIB de Perú ha registrado una recuperación no despreciable en los últimos meses después de una impresionante contracción del 30% anual durante el segundo trimestre, e incluso ha alcanzado a otros países en términos de su nivel de actividad vs lo observado antes de la crisis. El proceso de reapertura de la economía, un paquete de estímulo superior al 10% del PIB, la reactivación de la inversión pública y el retiro de los fondos de pensiones por aproximadamente 6.000 millones de dólares han explicado la recuperación de la economía. Por lo tanto, esperamos que la economía peruana se contraiga -12.5% este año y crezca un 9% en 2021.
Los riesgos siguen inusualmente altos
No obstante lo anterior, los riesgos sobre la economía siguen siendo inusualmente altos en medio de factores como el comportamiento incierto de la pandemia en los próximos meses, el fuerte deterioro de indicadores sociales -especialmente los del mercado laboral-, y el ruido político presente particularmente en Chile y Perú en medio del proceso constitucional y un nuevo gobierno, respectivamente.
Este ruido e incertidumbre política podrían llevar a aplazamientos en las decisiones de inversión, lo que significaría una recuperación más gradual que lo esperado. Los desarrollos futuros en torno a estos procesos políticos serán un factor clave a monitorear, siendo la posibilidad de nuevas medidas populistas la mayor preocupación en cuanto si bien éstas pueden brindar soporte a la economía en el corto plazo, tienen el potencial de deteriorar los prospectos sobre el crecimiento y las cuentas fiscales en el largo plazo dado los menores niveles de ahorros e inversión.
Como resultado, vemos crecientes riesgos en las cuentas fiscales de las economías andinas en los próximos años, en particular considerando que la estabilización de la deuda pública, la cual se ha incrementado sustancialmente en los tres países, requerirá medidas que apunten a un incremento de los ingresos fiscales permanentes, un desafío difícil en medio del contexto actual. Colombia es el país con los mayores desafíos fiscales con el ministerio de Hacienda reconociendo la necesidad de mayores ingresos permanentes por 2% del PIB para 2022, por lo cual esperamos que se debata una nueva reforma tributaria en el Congreso en el segundo semestre de 2021. Sin embargo, 2% del PIB es una meta ambiciosa bajo las condiciones actuales, por lo que seguimos pensando que la probabilidad de que Colombia pierda el grado de inversión en el segundo semestre de 2021 o 2022 por parte de al menos una agencia calificadora, es alta. Habiendo dicho todo esto, el impacto de un posible recorte en la calificación en el corto plazo sobre los mercados locales sería moderado, pues el evento ya estaría incorporado en buena medida en los precios.
El modelo económico de las economías andinas no está bajo amenaza
Dicho todo lo anterior y, a pesar del ruido político actual, creemos que el modelo económico de las economías andinas no está bajo amenaza. Esta visión está soportada, por ejemplo, en el hecho de que se necesita una mayoría de dos tercios para aprobar cualquier propuesta en la convención constitucional en Chile, así como en la postura conciliadora del nuevo presidente interino del Perú. Por el lado de la política monetaria, se espera que todos los bancos centrales de la región andina mantengan sus tasas de interés en los niveles actuales a lo largo de 2021 dada la gradual recuperación de la economía y una inflación controlada en medio de unos históricos excesos de capacidad, lo que debería limitar la habilidad de las firmas para aumentar precios en los próximos trimestres.
En Chile, estimamos una inflación de 3% para fin de año y 2.8% en dic-21; Colombia debería registrar una inflación de 1.7% este año y 2.5% en 2021; y en Perú vemos una inflación del 1.5% en ambos años. Finalmente, prevemos una apreciación de las tres monedas debido a nuestra expectativa de un debilitamiento gradual del dólar a nivel mundial en medio de la gran expansión de la hoja de balance de la Fed, la búsqueda por retorno ante bajas tasas de interés globalmente y la visión de una menor aversión al riesgo en 2021 explicada por una recuperación de la economía global y la posibilidad de una vacuna. Para diciembre del próximo año, proyectamos que el peso chileno llegará cerca de los 760, el peso colombiano a 3500 y el sol peruano estará en el rango de 3.40-3.45; sin embargo, creemos que se pueden observar niveles más bajos en la tasa de cambio en algún momento del 2021.
Con todo lo anterior en consideración, los riesgos tanto externos como internos siguen siendo inusualmente altos, pero confiamos en que lo peor de la crisis actual ya ha quedado atrás y que el actual modelo económico de los tres países se mantendrá sin cambios con las instituciones económicas permaneciendo fuertes. Esto puede llevar a que Chile, Colombia y Perú se recuperen más rápido que el resto de la región latinoamericana, alcanzando los niveles del PIB previos a la crisis a mediados de 2022.