Pese a que crece el número de green banks operativos con resultados muy positivos en países como Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Australia, Japón o Sudáfrica, entre otros, España no cuenta con ninguna entidad de este tipo. De acuerdo con Greenward, la creación de un banco verde promovería la innovación financiera, lograría multiplicar y acelerar el impacto de los limitados fondos públicos y, sobre todo, canalizaría la inversión privada para acelerar la transición hacia las energías limpias y una economía descarbonizada.
Por ello, el equipo de relaciones institucionales de Greenward, primera empresa en España especializada en la activación del capital ecológico en el sector edificado a través de la certificación y financiación de proyectos de renovación energética integral de edificios, aboga por abrir el debate parlamentario y social sobre la posibilidad de transformar el Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en el primer banco verde operativo del país.
Esta propuesta se enmarca en la corriente de mejora medioambiental y lucha contra el cambio climático impulsada por el Plan de Recuperación para Europa de la Comisión Europea, que, entre otras medidas, promueve la iniciativa Ola de renovación inmobiliaria (Renovation Wave). Esta aspira a duplicar la tasa de rehabilitaciones en la próxima década para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsar la recuperación y reducir la pobreza energética a través de la mejora de la eficiencia energética del parque edificado, responsable del 36% de la emisión de gases de efecto invernadero y el mayor consumidor de energía de la Unión Europea.
“El actual sistema de subvenciones públicas no está funcionando porque sus aportaciones resultan insuficientes y hay un gran volumen de capital de grandes inversores institucionales, fondos de inversión y fondos de pensiones que podría sumarse. Con esta propuesta buscamos multiplicar los recursos y marco de actuación del FNEE, actor privilegiado e infrautilizado, que, al convertirse ahora además en catalizador de inversión privada y canalizar todo ese potencial de colaboración público/privada, contribuiría a multiplicar la tasa de financiación de proyectos dirigidos a mejorar la eficiencia energética de los edificios y descarbonización de la economía”, explica Eduardo Brunet, CEO y fundador de Greenward.
Desde la firma advierten que el parque edificado español presenta una necesidad urgente de renovación. El 55% de los 10 millones de edificios existentes (con 26 millones de viviendas) se construyó antes de que hubiera normativa aplicable y el 40% incluye los criterios de la normativa de 1979. Sólo un 5% está construido siguiendo las recomendaciones del Código Técnico de la Edificación vigente. Las necesidades de inversión en eficiencia energética en España entre 2021 y 2030 superan los 85.000 millones de euros, de los que más de 45.000 corresponden a proyectos de descarbonización del parque edificado, según Greenward. “Es imposible que las cuentas públicas, incluso con el apoyo desde NextGeneration EU, financien en solitario la inversión que se necesitará en los próximos diez años para cumplir los objetivos de eficiencia energética en edificios que exige la Unión Europea”, aseguran.
Además, actualmente no existen en el mercado español productos ni estructuras que faciliten la financiación a largo plazo, a tipos de interés competitivos y bajo modelos estandarizables que disminuyan el riesgo de la operación y permitan su escala, cubriendo el 100% del coste del proyecto. “Los proyectos de eficiencia energética entregan un conjunto de valor –capital ecológico hasta ahora invisible- que va más allá del mero ahorro en la factura. Es hora de articular sistemas que permitan monetizar tales beneficios, tanto a través de certificados de eficiencia energética, como derechos de CO2 o servicios de flexibilidad al sistema energético que incrementen el atractivo y la financiabilidad de estos proyectos”, explica Brunet.
Contribución para superar la crisis económica
La ola de renovación propuesta por la UE podría contribuir a paliar la crisis económica provocada por la pandemia y a generar empleo, dado que sería necesario aprovechar todo el potencial del sector de la construcción. De todas las líneas de actuación en la lucha contra el cambio climático, Greenward señala la rehabilitación energética como la que mayor número de puestos de trabajo genera por cada millón de euros invertido. Según datos de la CEOE, entre 24 y 27 empleos creados y mantenidos al año.
Algunos ejemplos en el entorno europeo muestran que los fondos públicos aportados para la rehabilitación edificatoria en eficiencia energética promueven una actividad económica que los multiplica por 6,5. Además, reducen los costes de desempleo un 95% del valor de la subvención y producen un retorno fiscal que los multiplica por 1,9.
Tomando como referencia esas ratios en el escenario más conservador, si entre el FNEE, el Plan de Vivienda y los Fondos Europeos se destinaran 2.000 millones de euros al año (que supone pasar de las 30.000 viviendas rehabilitadas actualmente a 120.000), en cuatro años Greenward prevé la generación de la actividad económica equivalente a 52.000 millones de euros. Además, la firma calcula que se crearían 832.000 puestos de trabajo, equivalentes a 144.000 empleos a tiempo completo y se reducirán los costes de desempleo en 7.600 millones de euros. Asimismo, se generaría un retorno fiscal de 15.200 millones de euros.
Nuevas capacidades del FNEE como Green Bank
Debido a sus limitados importes y los complejos trámites administrativo que conllevan, Greenward advierte que los actuales sistemas de subvenciones para proyectos de rehabilitación o renovación energética no están funcionando en España. Además, subrayan que el beneficiario tiene que anticipar la inversión, lo que perjudica a la opcionalidad en los proyectos integrales más ambiciosos.
La propuesta presentada por Greenward contempla proporcionar al Fondo Nacional de Eficiencia Energética de un mandato más amplio y dotarlo de unos nuevos instrumentos que le acerquen al modelo de banco verde, atrayendo el capital privado que permita que los grandes proyectos de renovación energética se afronten con menos trabas. La gestión del nuevo banco verde se encargaría a un equipo ejecutivo contratado en el sector privado con probada experiencia en financiación climática, renovación energética y mercados de capitales, que reportaría al órgano público de control del FNEE.
Entre las nuevas capacidades de la entidad, esta podría sustituir y complementar programas de subvenciones por sistemas de compra de certificados de eficiencia energética, fondos de garantía, promover nuevas tecnologías y estructuras de desarrollo e implementación de proyectos de renovación, actuar de agregador de proyectos y warehousing, facilitar asistencia técnica y costes de pre-proyecto y maximizar el acceso al mercado de capitales, tanto como emisor de bonos verdes como a través de líneas de garantía en emisiones de terceros para la financiación de grandes proyectos de rehabilitación energética cualificados.
Multiplicar por cuatro la inversión pública con capital privado
La propuesta de Greenward contempla dotar al banco verde de las aportaciones anuales con que cuenta el FNEE (de unos 250 millones de euros) a las que se sumarían nuevas aportaciones derivadas del ICO, líneas del Banco Europeo de Inversiones, participación en el mercado de derechos de emisión y de un recurso extraordinario dentro del plan NextGeneration EU. El sumatorio de todos los fondos podría alcanzar una cifra superior a los 2.000 millones de euros.
El objetivo: multiplicar cada euro de inversión del FNEE en financiación de proyectos de renovación energética por, como mínimo, cuatro incorporando capital privado, pudiendo superar los 8.000 millones de euros al año.
El banco verde accedería también a los nuevos instrumentos y recursos que se van a poner en marcha tanto desde InvestEU como desde la iniciativa Renovation Wave.