A menos de un mes para las elecciones presidenciales estadounidenses, en un año en el que las medidas tomadas para paliar los efectos de la crisis del coronavirus han supuesto un fuerte incremento del gasto fiscal, se espera que los gobiernos locales y estatales sufran déficits de recaudación. En este contexto, las ya maltrechas cuentas municipales se podrían ver negativamente afectadas por la cita electoral.
Los mercados de bonos municipales se han recuperado ampliamente de la fuerte corrección desatada por la búsqueda de liquidez que tuvo lugar en el momento más álgido de la respuesta del mercado a los daños económicos provocados por el coronavirus.
No obstante, la magnitud de los posibles déficits de recaudación que sufrirán los gobiernos estatales y locales, aunque todavía inciertos en muchos casos, podrían dar lugar a sustanciales recortes del gasto público en empleo, educación y otros servicios. Estas medidas de austeridad frenarán la recuperación económica de Estados Unidos.
Las perspectivas de ayuda federal a los gobiernos estatales y locales dependerán en una gran medida del programa de gobierno del próximo presidente del país. El candidato demócrata Joe Biden ha indicado que, como presidente, daría prioridad a un aumento sustancial de la ayuda federal a los gobiernos estatales y locales. Dada la actual posición del presidente Donald Trump en las negociaciones sobre medidas de estímulo, es menos probable que la administración de su segundo mandato acuda en ayuda de los gobiernos estatales y locales.
Con todo, será el equilibrio de poder en el Senado lo que determine en qué medida el próximo presidente podrá ejecutar su programa de gobierno. Una mayoría republicana (el statu quo actual) probablemente aprobaría menos fondos para los gobiernos estatales y locales que si los demócratas tuvieran mayoría en el Senado.
El coronavirus deja los presupuestos municipales hechos añicos
El equipo de analistas de crédito municipal de T. Rowe Price considera que muchos gobiernos estatales y locales estaban razonablemente bien preparados para una contracción económica, al haber aprovechado la prolongada recuperación económica que siguió a la crisis financiera de 2008-2009 para sanear sus cuentas y acumular reservas en fondos de emergencia.
No obstante, la fuerte contracción económica ha generado una incertidumbre considerable para los gobiernos estatales y locales, que tienen que hacer frente a pérdidas de ingresos y estimar las disminuciones futuras: factores clave a la hora de planificar el presupuesto para el ejercicio fiscal 2021, que comenzó el 1 de julio en muchas jurisdicciones.
Las últimas estimaciones del Centro de Políticas y Prioridades Presupuestarias sitúan los descensos de la recaudación estatal en cerca del 10% para el ejercicio fiscal 2020 y en más del 20% para el ejercicio fiscal 2021. Los estados cuya recaudación tributaria depende en gran medida de las industrias que se han visto sustancialmente afectadas (turismo y producción de petróleo y gas, por ejemplo) son las que se enfrentan a los mayores desafíos.
Los estados han respondido reduciendo sus reservas, endeudándose, recortando gastos, e identificando nuevas fuentes de ingresos cuando es posible. Los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales indican que los gobiernos estatales y locales han despedido a más de un millón de trabajadores desde marzo a. finales de agosto.
No todos los emisores municipales están bien equipados para hacer frente a los problemas de liquidez. Si bien es probable que las tasas de impago del mercado de bonos municipales sigan siendo mucho más bajas que en otras clases de activos de renta fija, los analistas de crédito de T. Rowe Price han señalado que los inversores deberían esperar un repunte de los impagos, primordialmente en dos grupos: los emisores más pequeños y los del segmento high yield del mercado.
Ayuda postelectoral
La creación por la Reserva Federal de un Servicio de Liquidez Municipal para ayudar a los emisores con problemas a corto plazo propició la fuerte recuperación de los rendimientos de los bonos municipales. No obstante, sin un respaldo federal con el que compensar el descenso de los ingresos, los estados probablemente tendrán que recortar aún más los costes para cuadrar sus presupuestos.
Durante las negociaciones del Senado sobre una cuarta ronda de medidas de estímulo federales, los demócratas fueron firmes defensores de la ayuda directa para respaldar a los gobiernos estatales y locales, sugiriendo que una administración Biden impulsaría medidas similares como parte de su esfuerzo por paliar el daño económico de la pandemia de coronavirus.
A la vista de la resistencia de Trump y del Partido Republicano a proporcionar ayuda sin condiciones estrictas, la ayuda directa a los gobiernos estatales y locales será menos probable si Trump gana un segundo mandato. Con todo, un mayor daño económico podría hacer que los republicanos estuvieran más dispuestos a aprobar un proyecto de ley de estímulo más amplio después de las elecciones, especialmente si se agudiza la pérdida de puestos de trabajo.
Sea cual sea el candidato presidencial que gane las elecciones, seguirá siendo incierto el contenido, calendario e importe de cualquier paquete de medidas de estímulo futuro para hacer frente a los déficits presupuestarios estatales y locales. En nuestra opinión, el equilibrio de poder en el Senado determinará el alcance y tamaño de cualquier ayuda federal a los municipios.
Columna de Katie Deal, analista de política estadounidense de T. Rowe Price.
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