El segundo día del foro virtual “Invested in Connecting”, celebrado por Janus Henderson Investors la semana pasada, empezó con una entrevista a Luke Newman, gestor del fondo Janus Henderson UK Absolute Return. Según comentó Newman, “es precisamente en los periodos de mayor incertidumbre cuando los inversores tienen una mayor propensión a invertir en inversiones alternativas liquidas, también llamadas estrategias de retorno absoluto, para amortiguar las posibles caídas en las carteras o incluso, de forma ideal, llegar a conseguir rendimientos absolutos positivos”.
Sin duda, sus más de 20 años de experiencia en la industria han ayudado a Newman a navegar esta nueva crisis. Durante los meses de enero y febrero, el equipo gestor redujo el riesgo de la cartera y su exposición neta al mercado, incrementando las posiciones en corto, tomando como referencia lo sucedido durante el brote del síndrome respiratorio agudo grave (SARS), así como los eventos y confinamientos que tuvieron lugar durante la gripe A, H1N1 o gripe porcina.
En esta ocasión, la principal diferencia ha sido las regiones que se han visto afectadas, en especial, en los casos de Europa y Estados Unidos. Sin embargo, los mismos sectores se han visto afectados en ambas ocasiones: aerolíneas, hoteles y empresas relacionadas con el ocio y el turismo. Estos sectores fueron aislados del libro de posiciones en largo y se buscaron oportunidades tácticas que permitieron a la estrategia preservar el capital en el primer trimestre del año a pesar de los fuertes movimientos experimentados por el mercado.
Del mismo modo, a raíz de la crisis financiera de 2007 a 2009, el equipo gestor aprendió la importancia del riesgo del apalancamiento financiero. A principios de este verano, con las nuevas oleadas de capital emitidas tanto en el mercado de renta variable como en el mercado de la renta fija corporativa, el equipo supo distinguir qué instrumentos de capital y qué empresas podrían ser vulnerables frente a las nuevas emisiones. Esto ha jugado un papel fundamental en el posicionamiento táctico a corto en la cartera, pero también ha supuesto una oportunidad para reconstruir el núcleo del libro de posiciones a largo, que suelen ser posiciones a más largo plazo.
Por ejemplo, existen grandes empresas que tienen habilidad de construir un futuro mejor e, incluso, de emerger de una crisis con una posición competitiva más fuerte, pero que pueden estar atravesando en el corto plazo algunos problemas de financiación. Estas empresas ofrecen la oportunidad de construir nuevas posiciones en la cartera en unos niveles muy atractivos de precio para los siguientes 3 a 7 años.
En conjunto, la experiencia de gestionar una cartera long/short en periodos de alta volatilidad ha dado al equipo una clara comprensión de cómo la selección de títulos necesita adaptarse a las circunstancias, pero también sobre la necesidad de gestionar las posiciones a largo y a corto. En tiempos volátiles, una parte importante de la cartera se dedica a reducir la exposición al capital de las empresas, por eso no hay un cambio significativo en la volatilidad de la cartera.
El foco en los factores ESG
En los últimos 15 años, los factores ESG han sido críticos a la hora de seleccionar las posiciones en las que el fondo ha invertido, sobre todo en lo que se refiere al factor del gobierno corporativo, que claramente ha sido un factor que ha guiado la toma de decisiones. Mientras que, en el corto plazo, los factores social y medioambiental han sido los que más relevancia han tenido. Por ejemplo, la respuesta de los gobiernos alrededor del mundo para luchar contra el coronavirus ha llegado en forma de estímulo fiscal. El gasto de los gobiernos ha sido dirigido hacia proyectos en energía renovable y en la llamada economía verde, una inversión que será crítica para el crecimiento de la próxima década.
Con anterioridad a la COVID-19, los inversores solían preguntarse sobre la relevancia del factor social en la inversión. Sin ninguna duda, la respuesta de los gobiernos con programas de subsidios sociales ha provocado una reacción en las empresas en términos de sus relaciones con los empleados, tomando decisiones como recortes de dividendos y suspendiendo sus programas de recompras de acciones.
En ese sentido, Newman explicó que contar con un marco de factores ESG que permite comprender sus dinámicas es crucial. Para el gestor, es absolutamente necesario saber cómo afectan al mundo real y cómo afectan en última instancia a títulos individuales. Por eso, se tienen en cuenta tanto en la parte estratégica de la cartera como en la táctica.
Por ejemplo, en la parte estratégica de la cartera se evalúa si estos factores pueden elevar el precio de la acción en los próximos años, en línea con duración más larga del libro principal de posiciones. Mientras que, en la parte táctica también tiene una gran importancia. Existen ciertos factores técnicos que vienen determinados por los cambios experimentados por los índices de referencia globales de los factores ESG que dirigen la toma de decisiones de muchos inversiones a nivel mundial, así como la exclusión de determinadas acciones.
En definitiva, la idea es conocer cómo funcionan estos factores ESG para utilizarlos en la consecución de los objetivos de la cartera, que no son otros que preservar el capital frente a las caídas del mercado y presentar un flujo de rendimientos absolutos en con una volatilidad menor que otras clases de activos.
De nuevo, el problema del Brexit
Según el gestor del UKAR, la pregunta inevitable (tras un breve respiro), es qué pasará con el Brexit de aquí a finales de 2020. En los últimos cinco años, la cartera ha estado evitando las acciones con una exposición pura al consumo doméstico en Reino Unido, a excepción del periodo que siguió tras la elección de Boris Johnson como primer ministro, que proporcionó un breve momento de claridad en el proceso del Brexit que rápidamente se desvaneció, lo que supuso el consecuente ajuste en la cartera.
Las acciones con exposición al consumo doméstico en Reino Unido han vuelto a las valoraciones extremas que se vieron a finales de 2019, sin embargo, esto no es una señal de compra. A nivel político, el equipo gestor espera mucho ruido y atención por parte de la prensa de aquí a final de año.
A lo largo del proceso del Brexit se han atravesado varias fechas límites para llegar a un acuerdo y la lección, como suele pasar en las elecciones y los referéndums es que el momento de la compra (timing) es tan importante como las valoraciones. En ese sentido, Newman, explicó que en este tipo de eventos es importante mantener un cierto grado de liquidez y mantenerse en largo en las grandes empresas.
La resolución, si realmente se llegase a producir, será en el último momento. Por lo que no hay prisa por adelantar el marco temporal. De hecho, hay áreas del mercado de renta variable y de la divisa que están descontando una falta de acuerdo. Y resulta difícil argumentar en contra de esa postura cuando se examinan algunos de los problemas a los que se enfrenta el proceso.
Si finalmente se produce una falta de acuerdo en el Brexit a final de año, la preocupación que existía en 2016 por la potencial falta de capacidad de respuesta del gobierno requerida ante una situación excepcional se habría mostrado errónea. Con la llegada de la pandemia, se ha demostrado la capacidad del gobierno para proporcionar ayudas a la población y la economía británicas. Si en diciembre no hay acuerdo, cabría esperar de nuevo un elevado compromiso por parte del banco central y del gobierno para proporcionar apoyo con políticas monetarias y fiscales.
Según indicó Newman, hay mucho valor en la renta variable británica. La estrategia Janus Henderson UK Absolute Return mantiene una posición neutral en este momento, pero el equipo gestor contempla varios escenarios para los que su próximo movimiento es mantener una exposición en largo. Todavía no han realizado el posicionamiento y esperarán a diciembre para tomar la decisión final.