Algunos actores del mercado temen que el sector de las telecomunicaciones pueda convertirse en una trampa de valoración. En su opinión, la evolución de las cotizaciones ha defraudado las expectativas, mientras que las previsiones de beneficios no son muy convincentes. En realidad, lo que ocurre es lo contrario: si ampliamos el periodo de tres a seis meses, este subsector probablemente sea el menos afectado por las revisiones a la baja de las previsiones. Con un ajuste a la baja del 4%, ya está en mejor posición que otras áreas del sector tecnológico.
Sobre la base de estas bajas expectativas, no se necesitan más sorpresas para generar rentabilidades superiores. Los valores de telecomunicaciones también ofrecen un importante potencial de recuperación gracias a sus sólidos modelos de negocio. En el futuro, probablemente coticen no ya con un PER (ratio precio-beneficio) medio de diez, sino más bien superior a 25.
El sector del software y los servicios, por su parte, está claramente demasiado caro y en ocasiones presenta unos PER bastante arriesgados. Si se consideran las opciones sobre acciones que forman parte de la retribución de los directivos, los PER suelen situarse entre 60 y 100 debido a la dilución. Huelga decir que eso es bastante caro, lo que sugiere una importante infraponderación de este subsector.
Después del repunte de las cotizaciones de los últimos meses, se observan fuertes turbulencias en el mercado, lo que no augura nada bueno de cara al largo plazo. Apple es un ejemplo de valor que los inversores no necesitan tener en su cartera en este punto. El valor ha subido más de un 70% este año, mientras que las previsiones de beneficio por acción solo han aumentado un 1%. El resultado de explotación se mueve en niveles de 2015.
Nada de invertir en valores que protagonizan titulares
Es bastante improbable que el negocio de aplicaciones siga creciendo, puesto que ya ha vivido la tormenta perfecta en el contexto de la crisis del coronavirus. Al mismo tiempo, el ciclo de sustitución del 5G está sobrevalorado en un contexto de mercado caracterizado por un alto grado de saturación. Por último, pero no menos importante, a Apple le afecta, y mucho, la guerra comercial entre EE. UU. y China. A pesar de la falta de creación de valor fundamental, la acción de Apple cotiza con un PER de 33 atendiendo a los beneficios previstos del próximo año.
Para apostar por las grandes tecnológicas, los inversores no tienen que entrar en valores que copan noticias y, por lo tanto, están caros. Un ejemplo es el fabricante surcoreano de smartphones Samsung, que cotiza con PER ajustado por la tesorería de 10, con un crecimiento del 5 %.
El sector de los juegos también podría mejorar el comportamiento de las grandes tecnológicas. Esta área se caracteriza por varios motores de crecimiento estructural: el mercado subestima los márgenes y sobrevalora la ciclicalidad. Al mismo tiempo, la expansión de los servicios de streaming probablemente amplíe el mercado objetivo, mientras que la distribución digital tendrá un impacto positivo sobre los márgenes de los proveedores. Los representantes del sector en Japón tienen mucho terreno que recuperar frente a sus homólogos estadounidenses. Por otro lado, cotizan con valoraciones atractivas y han convencido con unos resultados sólidos. Además de Sony y Nintendo, Square Enix, un desarrollador de videojuegos y mangas, es una opción prometedora.
Reducir los riesgos relacionados con China
Vishay Intertechnology, Tomtom y Arrow Electronics también encierran un elevado potencial alcista, gracias a su exposición al sector automovilístico. Los fabricantes de componentes para vehículos autónomos y eléctricos sencillamente han acrecentado su atractivo porque reúnen crecimiento de largo recorrido con valoraciones favorables.
Los inversores que quieran invertir en China deberían centrarse en acciones muy infravaloradas como Lenovo. La disputa en torno a la aplicación de vídeos china TikTok es un ejemplo de que existen riesgos políticos que deben tenerse en cuenta en los cálculos y que, por lo tanto, se necesitan valoraciones extremadamente favorables para que estos valores sean atractivos. Indirectamente, con el consiguiente menor riesgo, los inversores pueden participar en el crecimiento de China con empresas como Nintendo y Square Enix, cuyos negocios en China deberían beneficiarse considerablemente del acuerdo firmado recientemente con el gigante de internet Tencent.
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Tribuna de Mikko Ripatti, gestor sénior de carteras de clientes en DNB Asset Management