Puede que el 2020 finalmente no sea tan negativo como se esperaba hace unos meses, pero, sin duda, la incertidumbre de cara al 2021 es más elevada de lo habitual. Según ODDO BHF, tras alcanzar el pico, es probable que la recuperación comience a ralentizarse a partir de ahora y, pese a la volatilidad sin precedentes provocada por la pandemia global, los factores positivos prevalecerán. En este contexto, ve oportunidades de inversión en renta variable europea, small caps, growth y estrategias con criterios ESG.
“Las condiciones financieras se han normalizado, pero algunos cambios parecen insostenibles”, aseguró Bruno Cavalier, economista jefe de ODDO BHF, durante un evento celebrado por la gestora para presentar su estrategia de inversión. A su juicio, el riesgo financiero es una de las cuatro claves que los inversores deben tener en cuenta a la hora de analizar la coyuntura actual y está directamente relacionada con otra de ellas: la política económica, que se mantiene acomodaticia.
En este sentido, hizo hincapié en que, gracias a la intervención de los bancos centrales y los estímulos fiscales sin precedentes, se ha evitado una crisis financiera global. Se espera que estos tipos bajos se mantengan durante un largo periodo, lo que favorece la recuperación, pero existen indicios de que determinadas valoraciones se están desviando de los fundamentales, lo que podría provocar inestabilidad financiera y retrasarla.
Otra de las claves a observar es la situación sanitaria, sobre la que aún existen numerosos interrogantes: “Se está produciendo un gran incremento de casos porque hacemos más pruebas, pero las muertes y la presión hospitalaria son menores”. Cavalier afirmó que la pandemia ha provocado una disrupción económica sin precedentes debido a la paralización de la actividad, y aún debemos convivir con niveles de incertidumbre muy elevados, pero destacó que, una vez se desarrolle la vacuna, los sectores más deprimidos experimentarán un repunte significativo.
Por último, señaló la importancia de la coyuntura política, especialmente por el impacto de las elecciones presidenciales en EE.UU., en las que se presume una victoria ajustada de Joe Biden. “Si ese es el caso, las relaciones comerciales con Europa mejorarán, pero se mantendrán las tensiones con China, ya que existe un gran rechazo hacia ella por parte de los estadounidenses”. Además, apuntó que el proceso se verá protagonizado por la incertidumbre, ya que la batalla estará muy reñida y el voto por correo hará que los resultados se retrasen.
Small caps europeas e inversión sostenible
Teniendo todo esto en cuenta, el codirector de inversiones global de ODDO BHF AM, Laurent Denize, consideró necesario estructurar adecuadamente las carteras y priorizar la renta variable frente a la renta fija. “Su repunte es bastante coherente con la mejora de los datos económicos, que también se ve impulsada por la liquidez que han inyectado los bancos centrales”. En concreto, prefiere la europea, ya que se verá favorecida por el plan de recuperación y la prima de riesgo es más atractiva que en Estados Unidos.
En el ámbito de las acciones europeas, hizo hincapié en el potencial de las estrategias ESG, impulsadas por el plan de transición ecológica y la creciente preocupación de los inversores por los aspectos sociales y de gobernanza. Por sectores, cree que hay que sobreponderar aquellos más favorecidos por la recuperación, como el tecnológico y el sanitario, y por las small caps, ya que pueden abstraerse mejor de la volatilidad del mercado y sus valoraciones permanecen atractivas.
También recomendó las duraciones cortas y las acciones de crecimiento. “No esperamos una reversión a la media del value ni un repunte de la inflación: hay fuerzas inflacionarias, pero la balanza se inclina más hacia la deflación”, señaló. Denize ve una buena idea contar con activos defensivos como el oro en cartera, así como comprar volatilidad de cara a una posible segunda ola.
Por último, consideró que hay que evitar las inversiones en el sector energético debido a la caída del 10% que sufren los precios del petróleo y la elevada incertidumbre que existe en torno a la transición energética. “Son empresas que van a contar con flujos de caja negativos, controversias ESG, un crecimiento débil y gran endeudamiento y, si se produce una segunda ola, se verán muy perjudicadas”, sentenció.