La cantidad de empresas latinoamericanas que caerán al “sub-investment grade” (IG) en 2020 será varias veces mayor que en 2019, debido a los efectos relacionados con la pandemia del coronavirus en el crecimiento económico y los precios de las materias primas, anunció Fitch Ratings.
Dos emisores fueron degradados a high yield en 2019 en comparación con cinco emisores YTD. Otros 13, que representan el 37%, de los 35 emisores con calificaciones internacionales de ‘BBB-‘ tienen Perspectivas Negativas, lo que indica la posibilidad de una rebaja.
“El riesgo de convertirse en un ángel caído está presente en muchos países de América Latina, pero es más elevado en México, según la cantidad de emisores mexicanos en la cúspide de IG. Once de los 35 emisores con calificación ‘BBB-‘ están domiciliados en México, incluido Nemak, que tiene Perspectiva Negativa”, señala la calificadora.
El riesgo también está generalizado en todos los sectores, pero los sectores de recursos naturales y de servicios eléctricos juntos representan el 40% de los emisores cuyas calificaciones están en la cúspide de IG. Después de actualizar los pronósticos para 2020, 2021 y 2022 para emisores corporativos latinoamericanos ‘BBB-‘, proyectamos que el flujo de caja de algunos emisores disminuirá un 20% o más en 2020 y se recuperará solo modestamente en 2021. Las razones son idiosincrásicas y reflejan el producto básico de Fitch supuestos de precios y perspectivas económicas.
“Los flujos de efectivo de las empresas que operan en petróleo, gas, metales y minería son los más afectados por la pandemia debido a los precios más bajos de estos productos básicos y las interrupciones significativas en la producción de varias entidades mineras”, afirman los analistas de Fitch.
La firma proyecta que el EBITDA de Ecopetrol, por ejemplo, disminuirá un 65% en 2020, con un apalancamiento neto que aumentará a 3.5x desde 0.9x al año 2019, ya que los precios del petróleo están deprimidos a nivel mundial y el consumo de combustibles líquidos es menor en Colombia debido a los bloqueos relacionados con la pandemia. También pronostica el EBITDA de Nexa disminuirá en más del 20% en 2020, con un apalancamiento neto que aumentará por encima de 4.0x desde 2.4x en 2019, debido a volúmenes más bajos y precios bajos del zinc.
Según Fitch Ratings, “los desencadenantes de la rebaja para la mayoría de las empresas latinoamericanas calificadas con ‘BBB-‘ incluyen índices de apalancamiento que están aumentando debido a menores ingresos y crecimiento del flujo de efectivo, incluso cuando el gasto de capital se reduce significativamente para minimizar el gasto de efectivo. Nuestras previsiones sugieren que el apalancamiento neto medio para los 35 emisores con calificación ‘BBB-‘ aumentará aproximadamente medio giro, hasta aproximadamente 3,5 veces, y 11 de estos emisores no tendrán margen de apalancamiento en comparación con las sensibilidades de calificación negativas. Las métricas de apalancamiento de grandes emisores como Suzano, Alfa, Entel y Votorantim están muy cerca de sus sensibilidades a la baja hasta 2021”.
“Nemak y Cementos Pacasmayo corren un mayor riesgo de una rebaja debido a que las proyecciones de apalancamiento de Fitch para 2020 y 2021 están por encima de los desencadenantes de la rebaja. La perspectiva para ambas empresas es negativa. Proyectamos que el EBITDA de Nemak disminuirá aproximadamente un 40% durante 2020, lo que resultará en un apalancamiento neto de 3.6x en 2020 y 2.6x en 2021, en comparación con una sensibilidad de calificación negativa de 2.0x. También se espera que Cementos Pacasmayo no tenga margen de apalancamiento en 2020 y 2021. La pandemia pondrá a prueba la tolerancia de sus accionistas en las decisiones de política de dividendos, ya que la reducción de pagos podría acelerar materialmente el desapalancamiento”, añaden desde la calificadora del riesgo.
Las acciones de calificación soberana también son un factor para los emisores con estrecho vínculo con el gobierno, incluidos Ecopetrol y Oleoducto Central de Colombia. Fitch tomó numerosas acciones negativas en países de América Latina, en parte debido a la brusquedad de la recesión y la expectativa de Fitch de una lenta recuperación. Así, rebajó la calificación de Colombia a «BBB-» de «BBB» y mantuvo una perspectiva negativa en abril.
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