En China, la actividad ha seguido repuntando desde finales de febrero. Según indica el último informe de Investment Desk de Bank Degroof Petercam, aunque todavía se sitúa por debajo de los niveles anteriores a la crisis, algunos sectores de la economía, como la producción industrial y la venta de automóviles nuevos, muestran ahora un crecimiento anual positivo.
“Como en el pasado, la mayor parte de este paquete de estímulo se canalizará a través de nuevos gastos en infraestructuras. Esperamos que esto tenga un efecto dominó en otros sectores de la economía, promoviendo una aceleración de la producción industrial, la creación de empleo y, en última instancia, el consumo. La recuperación de la economía china sigue viéndose frenada por la debilidad de las exportaciones, ya que la actividad sigue deprimida en la mayoría de los países que importan productos chinos”, destaca el análisis de Bank Degroof Petercam.
En contraste con el crecimiento económico que siguió a la crisis financiera de 2009, la recuperación emergente se verá menos apoyada por un aumento del crédito del sector privado, ya que el endeudamiento privado en China ha aumentado bruscamente. Aún así, sus perspectivas de recuperación y el mayor control de la pandemia vuelven a poner el foco en las oportunidades de inversión que el gigante asiático sigue teniendo.
Renta fija
Empecemos por la renta fija, donde el rendimiento de los bonos chinos ha vuelto a nivel de comienzos de año en la mayor parte de la curva. Según explican desde Eurizon, el mercado de bonos chino este año se divide en dos partes: enero-abril, caracterizado por una tendencia alcista, mientras que en mayo-julio la tendencia fue bajista. “El primer período estuvo dominado por el riesgo global derivado de la crisis económica del COVID-19, junto con una política monetaria acomodaticia. La segunda mitad estuvo marcada por la recuperación de la economía, ya que China registró un PIB del 3,2% en el segundo trimestre, mucho mayor que la mayoría de los países”, explican.
Desde Eurizon apunta que el rally del rendimiento de los bonos durante ese período estuvo motivado también por los paquetes de estímulo fiscal anunciados en mayo, un cambio de la política monetaria del Banco Popular de China (PBOC) de la flexibilización convencional a una flexibilización estructurada controlada, una oferta relativamente alta y un riesgo en China con el rally de la renta variable. En total, el rendimiento de los bonos ha vuelto al nivel del comienzo de año en la mayor parte de la curva.
“Para los próximos meses, la economía china probablemente continuará recuperándose y es probable un riesgo en el escenario en China. Si la recuperación es suave, entonces existe la posibilidad de que se produzca un nuevo ajuste monetario, lo que podría presionar aún más al mercado de bonos. Sin embargo, si esto es consistente con un riesgo global, otros mercados de bonos importantes se equipararán con el rally de los bonos chinos. Por el momento, el diferencial entre el rendimiento de los bonos chinos y los rendimientos de los bonos de los países desarrollados está en máximos históricos, y esperamos que esto converja. El nivel actual del rendimiento chino ofrece una buena oportunidad para los inversores value”, apuntan desde Eurizon.
Para Eric Tso, analista de renta fija de JK Capital Management (perteneciente al grupo La Française), China cuenta con una gran ventaja: es el segundo mercado de bonos más grande del mundo materializado en el Bond Connect. “El 3 de julio de 2020 se cumplió el tercer aniversario del Bond Connect y desde entonces, 2.068 inversores institucionales de 33 países han abierto cuentas en Bond Connect, entre ellos 72 de los 100 principales gestores de activos del mundo. En términos de actividad, de media diaria se negociaron unos 2.000 o 3.000 millones de RMB en 2017, aumentando hasta los 19.900 millones de renminbi en el primer semestre de 2020, o 2.800 millones de dólares estadounidenses por día”, destaca Tso.
Renta variable
En el caso de la renta variable, desde M&G consideran que puede ser un buen momento para subirse al rally que está experimentando. “Está ofreciendo un rendimiento excepcional, lo cual no deja de ser sorprendente si se tiene en consideración que fue en este país donde se originó el COVID-19. Esta tendencia al alza comenzó ya en 2019, aunque de manera más moderada”, destaca el equipo de renta variable de M&G.
En su análisis, el equipo de renta variable de M&G comenta los factores que han facilitado esta coyuntura, como puede ser el buen el desempeño económico del gigante asiático. Sin embargo, la principal razón que los analistas de M&G consideran que se encuentra detrás de este fenómeno es la composición de los mercados chinos, en los que las empresas con modelos de negocios “online” tienen un gran peso. Con todo, en M&G no descartan el riesgo de burbuja.
Según explican desde M&G, gran parte de este alza tiene que ver con su recuperación económica, pero teniendo en cuenta que es una economía que ha cambiado su modelo y que apuesta por la generación de valor. “Cuando China se convirtió en una potencia manufacturera, los sectores económicos clave fueron la energía, los materiales, la construcción y la industria, ya que la economía creció con una rapidez increíble. El mercado de valores reflejó esto; había poca representación del consumidor. A medida que la economía maduraba, con un crecimiento moderado a niveles más sostenibles, impulsado cada vez más por factores internos, la composición del mercado de valores también cambió. Los sectores de la nueva economía (consumo discrecional, productos de primera necesidad, atención sanitaria, informática, medios de comunicación y entretenimiento) representan ahora dos tercios del mercado”, explican.
Por último, desde M&G recuerdan que los inversores de renta variable no compran países o economías, sino compañías. “Comprar acciones chinas hoy en día es una propuesta muy diferente a la de hace diez años. Es la composición del mercado actual la que, posiblemente, es la razón clave detrás de la buena marcha del mercado. Esto ha ocurrido a pesar del telón de fondo de la desaceleración del crecimiento mundial y el aumento del proteccionismo”, concluyen.