Gran parte del énfasis que se pone en la inversión con criterios ESG y de sostenibilidad está motivado por el deseo de mirar más allá de los resultados a corto plazo que dominan nuestro día a día con frecuencia. Prestar atención a cuestiones como el PIB trimestral, las tasas de inflación mensuales o los rendimientos semanales del mercado puede ser importante, pero también nos distrae de pensar a largo plazo en los retos que serán trascendentales para nuestras sociedades.
Hemos hablado mucho desde el inicio de la pandemia sobre cuán crucial es que aprovechemos esta oportunidad para reflexionar y recalibrar nuestras prioridades, nuestros horizontes temporales y analizar el verdadero panorama subyacente de la economía mundial desde una óptica sostenible. No debemos dejarla pasar.
Los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas nos proporcionan un esquema óptimo para identificar las temáticas que deberían ser parte fundamental de la agenda política, social y económica a largo plazo. Centrarse en esos objetivos debería conducir a un mejor resultado para la sociedad y, en el contexto actual, la crisis del Covid-19 y sus repercusiones tienen el potencial de acelerar la toma de medidas para algunas de las cuestiones que tenemos pendientes a largo plazo, lo que a su vez repercutirá en las perspectivas de las empresas relacionadas.
Estas presiones a las que se enfrentan la sociedad y los gobiernos en la actualidad pueden afectar a tres de los objetivos en particular: el número 3 (Salud y bienestar), el número 8 (Trabajo digno y crecimiento económico) y el número 12 (Consumo y producción responsables).
ODS número 3: buena salud y bienestar
Antes de que se produjera la crisis de la pandemia, el sistema de salud de muchos países ya funcionaba casi a su plena capacidad, tanto en lo que respecta a la infraestructura como al personal. Y nos encontramos ahora ante la evidencia de que el acceso generalizado a la atención de la salud nunca ha sido más importante. El gasto público y privado deberá contribuir a reconstruir las capacidades del sistema sanitario y hacerlo más adecuado a la demografía actual. Esto podría apoyar a las empresas que operan en el sector salud, como los productores de equipo médico, de diagnóstico, de seguros de salud y otros.
ODS número 8: trabajo digno y crecimiento económico
El papel de las redes de seguridad social y de las medidas de liquidez de emergencia para las empresas han adquirido un papel crucial. El apoyo a las empresas y a los empleadores es clave para proteger el futuro crecimiento económico de nuestras sociedades. Los gobiernos y los bancos centrales han tomado cartas en el asunto, identificando las medidas más eficientes para este objetivo, incluyendo las menos convencionales. ¿Serán estas suficientes? Posiblemente sea aún pronto para saberlo.
ODS número 9: innovación e infraestructura de la industria
La pandemia ha cambiado la forma en que muchos de nosotros trabajamos, compramos y nos comunicamos. El papel de la tecnología y la infraestructura ha sido crítico en la forma en que hemos tratado con el virus.
La capacidad de trabajar desde casa, de entregar bienes y servicios esenciales y la capacidad de trasladar la actividad económica de las zonas cerradas a las que necesitan recursos adicionales, son todas ellas áreas que probablemente no hubiéramos podido gestionar de la misma manera hace diez años.
Estos acontecimientos son indicativos de un cambio muy rápido. Es probable que muchos de nosotros mantengamos algunos de esos nuevos hábitos en el futuro, impulsando el uso de Internet y la necesidad de redes rápidas y eficientes (como la 5G). Las empresas más innovadoras de telecomunicaciones y los especialistas en tecnología de la información deberían seguir beneficiándose de esta tendencia.
ODS número 15: la vida en la tierra
Aún hoy seguimos sin saber con certeza cómo el virus se transmitió de los animales a los humanos. Sin embargo, parece claro que la destrucción de los ecosistemas naturales y los desafíos relacionados con la diversidad biológica que representan hayan desempeñado un papel importante. El mantenimiento del delicado equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza seguirá desempeñando un papel fundamental en los próximos años para proteger a la sociedad de nuevas pandemias. Esperamos que las entidades públicas y privadas impulsen los esfuerzos en este ámbito.
ODS número 16: paz, justicia e instituciones sólidas
La situación actual también nos ha recordado el importante papel de las instituciones en nuestra sociedad, desde cuidar nuestra salud hasta permitir que nuestra economía prospere. Si bien el reciente auge del populismo había puesto en tela de juicio el papel de nuestras instituciones, los niveles de intervención, coordinación y cooperación necesarios hoy en día nos recuerdan la importancia de unas instituciones fuertes.
Como en muchos otros aspectos de la vida, el aumento de la incertidumbre y la volatilidad en los mercados nos tienta a pensar a corto plazo. Sin embargo, y posiblemente hoy más que nunca, debemos prestar la atención merecida a los desafíos a los que nos enfrentamos en un horizonte más extenso. En lugar de algo que debería ponerse «en espera», considerar los desafíos actuales desde una perspectiva ESG y sostenible nos proporciona un marco para identificar futuras oportunidades de inversión, al mismo tiempo que hace que nuestra sociedad y economía más resilientes.
Tribuna de Maria Municchi, gestora del M&G (Lux) Sustainable Allocation Fund.