Se seguirán inflando los precios más allá de sus niveles “razonables”, sin lugar a dudas, lo que hay que tratar de entender es qué precios lo harán. Dice la ecuación básica monetaria, que los Precios (P) por la Cantidad (Q), debe ser igual a la Masa monetaria (M) por la Velocidad del dinero (V); la cual se ve así:
P * Q = M * V
Si bien esta es una ecuación que muchos han mandado al baúl del olvido, lo cierto es que ha sido muy útil para explicarlo sucedido en los mercados financieros en los últimos años (y en parte, lo que me lleva a prever lo que podría venir en la próxima década).
Luego de la crisis financiera de 2008, dos de las variables de la ecuación claramente se han incrementado: la masa monetaria (que creció casi en 4 trillones de dólares entre 2009 y 2016) y la velocidad del dinero, no solo porque cada día es más sencillo mover recursos de un lado a otro, sino también porque ha sido en esta última década, donde se han masificado los sistemas de trading de alta frecuencia, los robo-traders, etc, que no han hecho otra cosa que acelerar la manera en que el dinero cambia de manos.
Para que la ecuación mantenga su equilibrio, debe también haberse registrado un crecimiento (importante, por demás) de cualquiera de las dos variables de la parte izquierda, a saber los precios o las cantidades. Pues bien, un análisis objetivo de lo que ha sucedido con estas variables en los últimos años, nos llevará a ver que ninguna de ellas se ha incrementado de manera correspondiente a lo que lo hizo, al menos, la masa monetaria.
La inflación (medida como el cambio en los niveles de precios al consumidor final) ha estado muy controlada alrededor del 2.5% – 3% en el mundo desarrollado (donde se ha dado la fuerte expansión en la masa monetaria); y las cantidades (vistas como incremento del Producto Interno Bruto) tampoco se han incrementado de una forma muy “interesante”.
Si esto es así, la pregunta lógica es a dónde fue a parar todo ese dinero que, aún sigue dando vueltas por el mundo, y que nunca se recogió. Mi respuesta es que en efecto sí hubo un incremento de precios y de cantidades, pero no de las tradicionales en las cuales los economistas siempre nos enfocamos, sino que fueron los precios y las cantidades financieras.
Sobre los precios, no hay mucho que anotar, sencillamente basta con tomar cualquier índice accionario, como el S&P 500, para darnos cuenta de qué precio fue el que se incrementó en los últimos años. Y con las cantidades, pasó algo similar: basta tomar los niveles de endeudamiento sea en el mundo desarrollado o en el mundo emergente, para notar que el endeudamiento del globo, como un todo, tuvo un incremento del 100% para alcanzar los cerca de 250 trillones de dólares que cuesta hoy la deuda global, tanto pública como privada.
En la teoría económica tradicional, este incremento de deuda, debería haber llevado a un aumento de tasas de los bonos, efecto que no se vio de ninguna manera. De hecho, hemos vivido con las tasas de interés más bajas de la historia, contradiciendo toda la lógica económica que nos fue enseñada en la universidad.
¿Sucederá lo mismo en los próximos años? De momento, la respuesta parece ser que sí. De ninguna otra manera se entiende que, en una economía que se va a contraer casi el 8% en 2020 (en un escenario moderado), con una pérdida significativa de empleos, una caída dramática de las utilidades empresariales, por citar algunas variables; las bolsas y los activos financieros en su mayoría hayan borrado en menos de dos meses la caída vista en marzo.
No sé si sea esta la inflación que todos los analistas financieros y económicos estén esperando, pues muchos aún esperan un incremento de los precios tradicionales, incluyendo a los propios gobiernos, pues es esta la única “solución” viable para bajar los altos niveles de deuda como proporción del PIB. Muchos aún no entienden la dinámica, pero basta mirar el caso de Reino Unido, donde luego del fin de la segunda guerra mundial, se vivieron años de alta inflación sostenida lo cual, a medida que se presentaba, iba bajando la relación deuda/PIB.
Hoy Estados Unidos, con una deuda pública que supera el 110% del valor de su economía, y un endeudamiento privado que alcanza el 250% de ese mismo indicador, enfrenta ese dilema: ya no le cabe un Tesoro mas (especialmente, porque la FED tampoco puede convertirse en el mayor tenedor de tesoros en el mundo de esa forma tan voluminosa), y sus precios no suben (de hecho, al escribir esto, llevamos varios meses de precios negativos…y una población que envejece, además, es una posibilidad mayor de que los precios no suban de manera sustancial).
Por ello, la pregunta que me surge hoy, luego de ver los más de 5 trillones de dólares nuevos que se han lanzado a la economía, el 1 trillón que el gobierno federal quiere dar en ayudas adicionales (así sea, haciendo infraestructura), la perspectiva de que la FED terminará con una hoja de balance de casi 11 trillones de dólares (la mitad del valor de la economía norteamericana), es: ¿cuál es la inflación que nos espera en los próximos años?
Manuel Felipe García Ospina es Chief Wealth Management de Skandia Colombia