Con 120.000 millones de dólares en ETFs sectoriales gestionados globalmente, State Street Global Advisors se define como “líder” en este segmento, donde acumula más de dos décadas de experiencia. En esta entrevista con Funds Society, el director de análisis e investigación cuantitativa de la gama SPDR ETFs, Daniel Ung, defiende la “rotación sectorial” para hallar oportunidades en un momento incierto como el actual. La gestora aplica esta técnica con un enfoque cuantitativo desde comienzos de año, reequilibrándola mes a mes y basándose en tres parámetros clave: momentum, macroeconomía y fundamentales.
“El concepto más asentado para crear una estrategia sectorial es el momentum de los precios, pero generalmente los inversores solo se enfocan en ese parámetro sin tener en cuenta otros igualmente relevantes”, revela Ung. Por ello, en enero, su equipo lanzó este modelo cuantitativo para aportar ideas a sus clientes y demostrar que basar la rotación sectorial en una combinación de indicadores “aporta valor añadido”, tal y como refleja su documento “Sector Rotation”.
El primer “componente” que aborda esta técnica es precisamente el momentum. En su cálculo, la gestora utiliza una “herramienta única”: los flujos de inversión institucional, basándose en datos anónimos de las posiciones custodiadas por State Street a nivel global. Así, busca proporcionar un indicador fiable del sentimiento del mercado. Además, los sectores son evaluados según su momentum de precios histórico de los últimos 12 meses y se excluyen aquellos “sobrecomprados” por los inversores.
El segundo parámetro son los indicadores macro adelantados, utilizados “para obtener información sobre el contexto e intentar preveer el comportamiento futuro”, afirma Ung. Una vez que se ha comprobado cuál es el régimen actual, se eligen los sectores en función de sus resultados pasados.
La última fase del método aplica un ángulo cuantitativo y se centra en los fundamentales de cada sector, combinando la información disponible con las previsiones de distintos analistas para clasificarlos. En esta etapa, la gestora observa, por ejemplo, el rendimiento de la renta variable o el margen de beneficio.
Una vez se han seleccionado los sectores más atractivos, State Street aplica un esquema de ponderación dinámico para identificar su importancia relativa. Así, establece el peso de cada sector teniendo también en cuenta el rendimiento ajustado al riesgo. Según Ung, esta “estrategia de sector puro” que se actualiza mensualmente les distingue del resto de gestoras, que suelen focalizarse en el momentum de cada sector.
Tecnología y salud: los protagonistas
En el momento actual, el modelo se comporta de manera distinta dependiendo de la región. Por ejemplo, en el mercado estadounidense, la estrategia se inclina por el sector tecnológico. “Había buenos fundamentales y, sobre todo, muchísimo momentum hasta marzo, y en EE.UU. esto último suele ser lo más importante”, nos cuenta. Ese mes, el sentimiento de los mercados se volvió extremadamente defensivo y la sobreponderación en el sector se redujo. Sin embargo, en las últimas semanas, el mercado de renta variable estadounidense se ha relajado y la tecnología ha vuelto a tomar la delantera. En los tres primeros meses del año, la rotación sectorial en EE.UU. cayó un 17,16%, lo que supone un rendimiento un 3,6% superior a su índice de referencia, el S&P 500.
Mientras, en Europa, el modelo destaca el sector salud, y esto no se debe solo al momentum de precios. “En enero, todas las regiones se inclinaban por la tecnología, pero, un mes después, cuando empezó a haber noticias sobre el posible desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, Europa empezó a pensar que ese era el sector que necesitaba en sus carteras”, asegura Ung. Al principio, se vio impulsado por el momentum, pero hace unas semanas que los fundamentales también han mejorado de forma considerable. Con todo, hasta marzo, el modelo cayó un 21% en Europa, frente al 32% que retrocedió el MSCI Europe.
Por último, con un enfoque global, la estrategia arroja resultados distintos, aunque comparte con Europa su aversión hacia el sector financiero debido a que no cuenta con momentum positivo, no está recibiendo inversiones y los fundamentales no se sostienen. En los países desarrollados, el modelo se inclina tanto por el sector tecnológico como por el de la salud. También en este caso resistió mejor que el índice, al registrar un rendimiento negativo del 16% frente a la caída del 22% del MSCI World.
Atención a riesgos políticos
Para Ung, la clave reside en poder identificar las fortalezas de cada sector y, en entornos volátiles como el actual, ir más allá de los considerados tradicionalmente como defensivos. Es el caso de los servicios públicos, que en mayo no tuvieron muy buen desempeño pese a su calidad defensiva. “El modelo de rotación sectorial nos permite distinguir la información más útil en momentos de tensión para los inversores”, afirma.
De cara a los próximos meses, considera que la tecnología va a seguir manteniéndose “bastante inmune” a esta crisis y que la salud puede verse afectada por los riesgos políticos que se suman a la situación de pandemia. Es el caso de las elecciones estadounidenses de noviembre, que, en su opinión, “van a tener un impacto enorme en los sectores”.
“En este ámbito, hay que considerar el riesgo potencial de la imposición de tasas por parte de la Unión Europea a empresas como Apple, Google o Amazon”, añade. A su juicio, todos estos factores tienen que ser vigilados de cerca, ya que, sin duda, influirán en las estrategias sectoriales de todas las regiones.
La gestora cuenta con una gama sectorial de SPDR ETFs enfocada a las tres regiones: EE.UU., Europa y Global. Ung colabora frecuentemente con los inversores para analizar los sesgos de sus carteras y realizar recomendaciones. Para mayor información sobre los productos sectoriales, puede visitar ssga.com/etfs