Pese a las noticias sobre los rebrotes en China y en otros países del mundo, la pandemia del COVID-19 parece que se está empezando a controlar y el mercado se tranquiliza. Sin embargo, el miedo a que a los ETFs les falte liquidez en eventos tan graves como el que hemos vivido no se ha disipado del todo y el debate sigue abierto: ¿Han superado los ETFs y su liquidez la prueba de fuego que ha supuesto este evento de mercado?
Según Cerulli Associates, en ningún momento se ha dudado del potencial del negocio y del mercado de ETFs, sobre en Europa donde el crecimiento ha sido constante desde que se lanzará el primer ETF en abril de 2000. “Estos vehículos de inversión han prometido a los inversores una forma más barata, transparente y eficiente de estar expuesto a los principales tipos de activos y temas de inversión. Sin embargo, se insistía en que su liquidez no estaba totalmente probada porque han florecido en un entorno alcista de mercado”, explica Fabrizio Zumbo, director asociado de investigación de gestión de activos europeos de Cerulli Associates.
El momento clave para estos activos fue en marzo, cuando el mercado experimentó unas salidas récord de 21.900 millones de euros, según las cifras de Morningstar, que incluyen tanto los ETFs activos como los pasivos. Según el análisis que hace Cerulli Associates en uno de sus últimos informes, los inversores sacaron dinero de los ETFs cuando el COVID-19 se convirtió en una preocupación mundial y los mercados de valores se hundieron. Como es lógico, los activos bajo gestión también se desplomaron, cayendo un 13%, de 899.000 millones de euros en febrero a 781.000 millones de euros en marzo. Sin embargo, la firma de consultoría considera que el sector ETF pasó la prueba.
“Ahora hay pruebas de que los ETF,s incluidos los ETFs de renta fija, pueden soportar importantes reembolsos en momentos de excepcional volatilidad», afirma Zumbo y destaca la capacidad que han demostrado los ETFs para seguir operando en Europa, aunque los flujos de salida superen los 21.000 millones de euros, se debe en parte al mercado secundario en el que operan. “Muchas de las transacciones que tuvieron lugar en marzo fueron entre compradores y vendedores de acciones existentes, lo que significa que no hubo necesidad de incidir en el mercado primario”, matiza sobre sus palabras.
Aunque la preocupación por la liquidez de los ETFs de renta fija resultó infundada, hubo casos de dislocación de precios entre los ETFs de bonos en el punto álgido de la volatilidad del mercado. Desde Cerulli Associates señalan que, desde entonces, los descuentos se han reducido o normalizado. En abril, las últimas cifras muestran que los inversores vuelven a los ETFs, con flujos positivos en el mercado europeo una vez más grande.
“Aunque el número de productos de ETFs que se están comercializando en Europa se ha ido ralentizando y los lanzamientos alcanzaron su punto más bajo en tres años durante el primer trimestre de 2020”, reconoce Cerulli Associates en su último informe