Nos encontramos en aguas desconocidas como consecuencia de la pandemia. La vida cotidiana se ha visto alterada de forma considerable para muchos de nosotros y es probable que siga siendo así durante algún tiempo. Los inversores también se mueven en territorio desconocido, ya que se enfrentan a los efectos que el confinamiento a gran escala ha generado en empresas, economías y mercados financieros.
Para los inversores en rentas en particular, la actual situación no tiene precedentes. En Reino Unido, 43 de las 100 empresas del FTSE han cancelado, recortado o suspendido sus pagos de dividendos. Eso incluye a las principales compañías del país que antes se consideraban tótems en cuanto a la seguridad de sus dividendos.
Las empresas han tomado estas medidas por razones muy diversas. Los bancos y las aseguradoras se enfrentan a presiones reglamentarias, y la Autoridad Reguladora Prudencial del Banco de Inglaterra les ha dicho que no paguen dividendos. Otras compañías han aceptado las ayudas del gobierno durante la pandemia y se han abstenido de pagar a los accionistas por temor a una mala prensa. Sin embargo, para algunas empresas la decisión ha estado motivada por adoptar un enfoque cauteloso y preservar el efectivo cuando el panorama económico sigue confuso.
Este contexto es relevante para los inversores en rentas, dada la importancia de los dividendos y su crecimiento para el rendimiento de las inversiones. Ya nos estábamos moviendo en un mundo de bajo crecimiento, bajos tipos de interés y baja inflación. Entonces llegó la pandemia y se sumó a estas presiones. Este año, se espera que los ingresos sean un 40-50% más bajos que en 2019. Teniendo en cuenta esta realidad, ¿qué tipo de enfoque de inversión podría ayudar a los inversores en rentas en este nuevo escenario?
La calidad importa
Últimamente, la inversión en rentas no ha contado con la prensa más positiva debido al colapso de un fondo muy conocido y a otros escándalos. Siempre hemos sostenido que la inversión en rentas no debe basarse en la búsqueda de altos rendimientos. Más bien, debería hacerlo sobre la calidad y la sostenibilidad a largo plazo de estos. Y es en momentos como el actual, cuando las dificultades corporativas son elevadas, cuando este enfoque muestra su función.
Buscamos empresas fiables y de alta calidad con balances sólidos, que les permitan que su negocio siga creciendo, reinvertir en él, quizás participar en fusiones y adquisiciones, y aumentar sus beneficios año tras año. Estas empresas de calidad tienen más probabilidades de poder pagar dividendos, incluso cuando las condiciones cambian o son difíciles. Del mismo modo, nos centramos en entidades con robustas trayectorias de crecimiento estructural a largo plazo, que cuenten con marcas globales o con una propiedad intelectual valiosa. En el entorno actual, algunas de las compañías más fuertes deberían ser capaces de crecer con más vigor.
Diversificación y conocimiento
La pandemia ha afectado y seguirá afectando a diferentes empresas y sectores de distintas maneras y en distintos momentos. Como siempre, tiene sentido estar bien diversificado y no depender excesivamente de un solo escenario económico, sector o compañía. La dispersión que se produce entre las empresas de gran y mediana capitalización también puede ser una buena idea, igual que la exposición a otros tipos de inversiones.
Los fundamentales importan, ahora más que nunca, y vale la pena conocer por dentro y por fuera las compañías participadas. Comprender sus modelos de negocio, creer en sus equipos de gestión y reconocer sus ventajas competitivas puede ayudar a gestionar el riesgo de la inversión.
La forma en que una empresa se ocupa de los aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) de sus operaciones también puede ser una señal de calidad. Este tipo de factores están integrados en el proceso de inversión de Aberdeen Standard Investments. Esto se debe a que creemos que las empresas que se comportan de manera responsable y cuidan sus asuntos ASG tienen más posibilidades de obtener beneficios de inversión sostenibles y mejores resultados.
Una combinación de un profundo análisis propio, equipos de análisis experimentados y especialistas en ASG puede realmente mostrar su valor, sobre todo durante una crisis. Puede ayudar a llegar al centro de la dinámica de una empresa e identificar lo que podría estar cambiando en su negocio. Incorporar las opiniones de expertos independientes y las conclusiones procedentes de las reuniones con la dirección de la empresa puede revelar la foto completa de una inversión. Y la identificación de una mejora en una empresa antes de que lo haga el mercado puede dar lugar a ganancias atractivas.
El foco en el largo plazo
En situaciones como la actual, siempre existe la tentación de rotar las carteras y reaccionar ante el flujo de noticias y el ruido a corto plazo. Sin embargo, es exactamente en estos momentos cuando es más importante poner el foco en el largo plazo y mantener un enfoque conservador.
También está el «canto de sirena» de invertir en empresas de menor calidad con mejores dividendos a corto plazo. Sin embargo, creemos que rara vez funciona. En nuestra opinión, nunca es el momento adecuado para comprar compañías de baja calidad y elevada rentabilidad por dividendo. Preferimos mantener un enfoque en compañías de calidad que creemos que pueden diferenciarse del resto. Al mismo tiempo, nos mantenemos atentos ante los riesgos y las oportunidades que surgirán al transitar estos tiempos inciertos.
Tribuna de Charles Luke, director de inversiones en renta variable británica de Aberdeen Standard Investments