Los mercados se derrumbaron tras ver que la pandemia del COVID-19 era global y que las medidas de contención tendrían importantes consecuencias económicas. Sin embargo, las intervenciones de los bancos centrales y sus planes para inyectar liquidez, tanto del BCE como de la Fed, aliviaron las caídas. Ahora el mercado encauza subidas y un importante rally en algunas bolsas. La gran pregunta es: ¿ha vuelto el optimismo?
Las gestoras coinciden en destacar dos características del rally actual: la volatilidad y la dispersión. “Una prueba de la alta dispersión que estamos viendo en los mercados bursátiles es que las 5 compañías principales del S&P500 han tenido un retorno del 15% durante el último año, mientras las demás 495 han tenido un retorno del -8%”, apunta Christian Rouquerol, director de ventas de Iberia de Tikehau Capital.
En opinión de Benjamin Melman, director de inversión en Edmond de Rothschild AM, las cosas están mejorando, pero los mercados siguen reactivos. Considerando cómo han reaccionado los gobiernos e instituciones monetarias, así como la evolución de la pandemia, considera que, aunque el próximo período parece positivo, los riesgos no han desaparecido y todavía falta una ideas más clara y real del futuro.
“A corto plazo, las cosas solo pueden mejorar. Se han puesto en marcha estímulos masivos tanto fiscales como financieros. Los países siguen suavizando sus restricciones sin que se produzcan incidentes que puedan volver a amenazar la economía, se ha renovado la esperanza de que se encuentre una vacuna y, en el frente europeo, la iniciativa franco-alemana respaldada, en teoría, por la Comisión Europea minimizará el riesgo de una segunda ola en el viejo continente. Debemos seguir vigilando de cerca las tensiones entre China y Estados Unidos, conscientes del riesgo de que estas dos naciones rivales cancelen la fase 1 de su Acuerdo Comercial. A nivel mundial, las cosas definitivamente están mejorando”, explica Melman.
El CIO de Edmond de Rothschild AM defiende esta visión, pero se apoya en una premisa determinante para el inversor: “Es importante no confundir la asignación táctica a corto plazo con la gestión estratégica de la cartera”.
En este mismo matiz de prudencia apunta Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, al argumentar que parece que el atractivo de la reapertura de las economías es demasiado fuerte para resistirse incluso cuando el virus sigue progresando con bastante rapidez. “Creemos que en el momento actual, los bruscos giros en la actividad económica solo reflejan las reacciones mecánicas del lado de la oferta a los cambios en las restricciones aplicadas en el confinamiento. Estos movimientos, por ejemplo, la inesperada disminución del desempleo en los Estados Unidos el viernes pasado, pueden ser bastante abruptos y podrían interpretarse demasiado pronto como indicios de que las economías están absorbiendo rápidamente el choque de la pandemia. Aún no hemos visto mucho el impacto en la demanda, que sospechamos que durará más tiempo, pero el mercado está cada vez más tentado a valorar las recuperaciones en forma de V”, advierte Moëc.
Para Natixis IM, una de las claves del mercado ahora mismo está siendo los bancos centrales porque, básicamente, los inversores están convencidos de que mantendrán los tipos de inter´s muy bajos. Philippe Waechter, jefe de investigación económica de la gestora Ostrum AM (una gestora de Natixis Investment Managers), además de éste, hay otros cuatro puntos que ayudan a entender el buen funcionamiento del mercado de valores.
“En segundo lugar, los gobiernos y los bancos centrales han establecido planes de financiación¡ para las empresas, préstamos garantizados por el Estado para los gobiernos y facilidades de crédito del banco central del tipo TLTRO para el BCE. Además, los bajos tipos de interés, que se están manteniendo, ayudarán a evitar un choque financiero para las empresas que salgan de la contención. En tercer lugar, los gobiernos y los bancos centrales han puesto en marcha planes de apoyo a las empresas de tamaño considerable para limitar la duración y el riesgo de la pandemia. Y en cuarto lugar, la economía está cambiando. Hemos pasado al trabajo a distancia, y de repente podemos imaginar la economía del mañana, que será una economía más tecnológica, y los inversores quieren apostar por esta nueva economía.
Por último, todos los inversores están convencidos de que, si es necesario, los gobiernos y los bancos centrales irán aún más lejos en su plan de apoyo», añade Waechter a su explicación.
Algunos riesgos
Está claro que la vuelta a la normalidad de algunas economías, las medidas fiscales de los países y la ausencia de repuntes de contagios por COVID-19 han animado los mercados, pero las gestoras advierten que los riesgos persisten. El responsable de AXA IM cree que todavía se necesitará un estímulo político grande y bien diseñado para convertir este rebote en una recuperación sostenida.
El economista subraya: “El momento de la verdad bien podría llegar al final del verano. Seguimos un poco preocupados por los riesgos que algunas de las economías avanzadas han asumido con su ritmo de reapertura, dada la rapidez con que el virus sigue progresando en algunos lugares. Aún así, nuestro escenario base es que para julio la mayoría de los impedimentos administrativos para la actividad económica serían eliminados. Para entonces la mayor parte del rebote mecánico estará hecho. Las empresas seguirán enfrentándose a vientos en contra significativos: incertidumbre sobre la propia pandemia, con la posibilidad de una segunda oleada que, mientras no se disponga de una vacuna, deprimiría la inversión; posible debilidad de la demanda mundial, ya que la actividad en el hemisferio sur podría verse aún afectada por la primera ola de la pandemia; y, por último, un mayor nivel de deuda”.
Para Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments, los datos macroeconómicos acaban de empezar a mostrar el alcance de las repercusiones económicas. Por ejemplo, se ha vuelto a rebajar la previsión del PIB mundial a -4,8%, con una contracción del 10% en el PIB de la zona del euro. El riesgo que ve el gestor es que un segundo repunte del virus a lo largo del año deje en peor situación a las cifras macro.
“Seguimos preocupados por los riesgos de un segundo repunte de infecciones en otoño. A pesar de las recientes noticias positivas, una nueva vacuna parece que no estará preparada, al menos, hasta dentro de un año. También nos preocupa el deterioro de las relaciones entre los Estados Unidos y China, ya que la intervención de China en Hong Kong se suma al juego de culpas sobre la responsabilidad del brote pandémico, las medidas de los Estados Unidos contra Huawei y la guerra comercial aún no resuelta. Por lo tanto, todavía hay margen para un mayor aumento de los activos de riesgo, pero no de forma significativa”, señala Zanghieri.
Misma valoración realizan desde Eurizon. Según sus perspectivas de mercado mensuales, los principales elementos de riesgo son una recuperación del contagio a nivel mundial o una reactivación más lenta de lo previsto de la economía, tras el levantamiento de las medidas restrictivas.