La crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 podría derivar en una crisis de solvencia financiera con mayor rapidez que en recesiones anteriores. Así lo apunta el último informe de Bain & Company sobre el impacto del coronavirus en el crédito del sistema bancario europeo.
Además, los datos de la consultora sugieren que la recesión económica que vendrá con el virus podría tener un impacto global “severo” en los niveles de morosidad de la banca. En España, por ejemplo, debido a la caída esperada del PIB (de entre un 9,5% y 12,4% según las últimas estimaciones del Banco de España), se podría alcanzar entre 2 y 3 veces más volumen de nuevo crédito moroso del registrado en 2009. Esto implicaría un nivel de mora de entre el 5% y el 7%, y podría alcanzar un 10% en el caso de crédito a empresas hacia final de año, según el informe.
Además, el informe apunta que esta crisis ejercerá una presión de liquidez sobre los bancos. Por un lado, se incrementarán los niveles de morosidad y disminuirán los de depósito. A la vez aumentará la demanda de préstamos por parte de personas y empresas para pagar obligaciones o sostener niveles de vida y actividad empresarial. Algunas entidades ya están tomando medidas, como el aumento marginal de la tasa de depósitos para generar liquidez, más allá de la proporcionada por el Banco Central Europeo.
“Si bien el referente previo para la crisis económica a la que nos enfrentamos podría ser la iniciada en 2008, ambas recesiones son diferentes tanto en su punto de partida como en su velocidad de desarrollo”, subrayan desde la consultora.
Por otro lado, el coronavirus se propagó a nivel mundial en menos de tres meses, seguido de un confinamiento inmediato en gran parte de los países afectados, mientras que el efecto dominó que produjo la crisis de 2008 duró casi 2 años. “Para gestionar con éxito una crisis como ésta, es necesario un plan de choque por parte de los gobiernos y las autoridades monetarias que incluya acciones concretas destinadas a romper una espiral negativa que exacerbe la crisis”, asegura Santiago Casanova, socio de Bain & Company en Madrid y coordinador de este estudio.
Concretamente Casanova afirma que estas acciones deberían incluir estímulos fiscales para individuos y empresas, ayudas crediticias en forma de préstamos y avales, programas de refinanciación bancaria a largo plazo e incluso reducción de tipos de interés. Aunque añade que, en el caso de Europa, “hay ya poco margen de maniobra en este sentido”.