Alison Porter, Graeme Clark y Richard Clode, gestores de la estrategia Global Technology de Janus Henderson Investors, comparten cómo las llamadas “big tech” están ayudando a la sociedad y a los gobiernos durante la pandemia y las implicaciones que esto puede tener en la regulación del sector tecnológico.
En la pasada década, el incesante aumento de las grandes empresas de tecnología ha generado una creciente preocupación por la influencia que ejercen y por la necesidad por parte de las autoridades de tener una mayor supervisión regulatoria de los gigantes tecnológicos como Google (Alphabet), Facebook, Amazon y Microsoft. Las noticias falsas, la manipulación de las elecciones y la privacidad de los datos se han convertido ya en parte de nuestro léxico. Las consecuencias de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, el referéndum sobre el Brexit de Reino Unido, seguido del escándalo de Cambridge Analytics llevaron al CEO y cofundador de Facebook, Mark Zuckerberg, a testificar frente al Congreso de Estados Unidos. Más recientemente, varias investigaciones simultáneas realizadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Comisión de Comercio Justo, así como múltiples iniciativas de diferentes estados del país, señalan que las “big tech” han usurpado el papel clave que Wall Street desarrolló durante la Crisis Global Financiera, ya que la industria se ha situado en el punto de mira de las autoridades regulatorias.
El equipo gestor de la estrategia Global Technology siempre había considerado que el debate regulatorio tenía más matices que los registrados por los medios de comunicación tradicionales, que como colectivo pueden tener un cierto interés en atacar a las grandes empresas de tecnología que han alterado los modelos comerciales tradicionales de publicidad en los medios. Ya se sabe que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y existe una línea de aprendizaje abrupta para las empresas jóvenes que crecen exponencialmente para atraer a miles de millones de usuarios antes de que el fundador de la empresa cumpla los 30 años. Se cometieron claramente errores que merecen castigos. Este no es un debate sobre las tribulaciones de Mark Zuckerberg que recuerdan a las batallas de Bill Gates con los reguladores a finales de la década de los 90 que culminaron con un fallo judicial por el cual Microsoft debía ser desmantelado (que luego fue revocado).
Tecnología: una mano tendida para ayudar
Mientras se ansía la llegada de un mundo post-pandémico, merece la pena pensar sobre el papel que juegan las grandes empresas de tecnología en la sociedad y la relacionada evolución del debate regulatorio. A medida que una gran parte la población que ha podido trabajar desde sus hogares durante la pandemia sigue haciéndolo, con sus hijos aprendiendo en remoto y con una mayor dependencia del entretenimiento en línea, así como del comercio electrónico para comprar alimentos y productos esenciales, es probable que, en general, aumente el valor percibido y la apreciación de las empresas que permiten estas actividades. Por ejemplo, los niños están aprendido a través de Google Classroom, mientras que otros trabajan a través de Microsoft Teams y se comunican con familia y amigos a través de Facetime de Apple o Whatsapp de Facebook, a la vez que reciben sus compras esenciales a través de Amazon y se entretienen con Netflix. Con algo de suerte, las llamadas FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google) habrán adquirido unas connotaciones más positivas durante esta trágica crisis.
En colaboración con los gobiernos
Si bien los consumidores siempre se han sentido más cómodos con las grandes empresas de tecnología como receptores de su innovación, los gobiernos y los organismos regulatorios son mucho más circunspectos. Sin embargo, dadas las demandas extraordinarias de esta crisis, ahora también las autoridades se están viendo impulsadas a trabajar mucho más estrechamente en colaboración con las grandes empresas de tecnología en una miríada de nuevas formas. Las ventajas de los grandes conjuntos de datos para obtener información sobre la pandemia se han vuelto más evidentes. Google está proporcionando a los gobiernos informes de movilidad comunitaria en 131 países, rastreando a través de datos optativos de ubicación la entrada en parques y tiendas minoristas para determinar la efectividad de las medidas de bloqueo. Facebook, en asociación con la Universidad Carnegie Mellon, ha creado un rastreador de síntomas de virus en Estados Unidos, se trata de una encuesta optativa de datos que es utilizada por los investigadores para predecir puntos críticos y preparar hospitales, así como para proporcionar información sobre la posibilidad de aliviar o finalizar periodos de confinamiento. Por su parte, Amazon, en asociación con las universidades Carnegie Mellon y John Hopkins, ha creado un “lago de datos” o “data lake” de datos públicos centralizados, preservados y pre-procesados públicamente para ayudar a entender y luchar contra el virus. Dado que el rastreo entre contactos será esencial en el mundo posterior al confinamiento, Apple y Google han anunciado un esfuerzo conjunto único para habilitar esta funcionalidad e interoperabilidad entre miles de millones de teléfonos iOS (Apple) y Android (Google) para que los gobiernos puedan rastrear y localizar rápidamente a una persona que haya estado en contacto con alguien diagnosticado con Covid-19 en una segunda ola o en futuras pandemias.
En una posición financiera sólida para ayudar
Además de proporcionar “big data” (conjuntos de datos enormes), las grandes empresas tecnológicas también han proporcionado otro tipo de apoyo a la lucha contra la pandemia. Amazon se ha comprometido a reinvertir la totalidad de las ganancias esperadas por la empresa durante el segundo trimestre de 2020, estimadas en 4.000 millones de dólares, en obtener más productos para los consumidores y en mantener a sus empleados seguros. Facebook ha prometido unos 100 millones de dólares en ayudas para respaldar a los pequeños negocios con perfiles comerciales gratuitos en su plataforma, así como para centrarse en la veracidad de la información durante la pandemia con otros 100 millones de dólares destinados a respaldar a los medios de comunicación. Esto se suma al centro de información COVID-19 que aparece en aplicaciones como Facebook, FB Messenger, Whatsapp o Instagram, que son visitadas por millones de personas. Las grandes empresas de tecnología tienen los recursos y la capacidad para implementar estas iniciativas y reinvertir. Estas empresas han aprovechado posiblemente los buenos tiempos para construir unos balances más sólidos que otros sectores, y no han tenido que solicitar rescates gubernamentales. Por ello, las “big tech” se encuentran en posición de ayudar a gobiernos y comunidades.
Más allá de las grandes empresas de tecnología
Sin embargo, proporcionar ayuda no solo ha sido una iniciativa de las grandes empresas de tecnología. Por ejemplo, Nvidia, ha cedido temporalmente de forma gratuita la licencia de Parabricks, una herramienta de análisis genómico que utiliza unidades de procesadores gráficos para acelerar el análisis de genomas por parte de investigadores de Covid-19. Uber ofrece viajes gratuitos a trabajadores clave y víctimas de la violencia de género durante la vigencia de las medidas de confinamiento. Service Now ha estado proporcionando aplicaciones de respuesta de emergencia de forma gratuita para ayudar a abordar la respuesta a la pandemia, tanto a empresas como a gobiernos. Mientras tanto, Salesforce anunció recientemente el lanzamiento de las aplicaciones Work.com para ayudar a empresas y comunidades a gestionar el regreso a los puestos de trabajo tras el periodo de cierre. Por su parte, Amphenol, un fabricante de cables de fibra óptica ha estado utilizando la flexibilidad y el rápido tiempo de comercialización de la impresión 3D para fabricar mascarillas y otros equipos de protección personal (PPE). Las soluciones de Zebra (empresa dedicada a la captura de datos y a la identificación automática) fueron instaladas en las unidades de cuidados críticos temporales de los hospitales de Nightingale del Servicio de Salud Nacional de Reino Unido para identificar y gestionar el flujo de pacientes de Covid-19. Continúan surgiendo nuevos casos de usos de esta tecnología durante esta pandemia y las empresas de tecnología han demostrado ser muy flexibles e innovadoras para llevar sus capacidades tecnológicas a esta crisis global en un tiempo récord.
Compartir datos de forma responsable
En la batalla contra el coronavirus, la desescalada, los grandes conjuntos de datos y las capacidades de seguimiento de la ubicación de las grandes empresas tecnológicas parecen tener menos connotaciones negativas. Los gobiernos se están dando cuenta de la magnitud y el desafío que supone rastrear y atacar a un enemigo invisible, que probablemente resurja cada año en algún grado, a menudo requiere asociarse con empresas de tecnología. Naturalmente, se deberán establecer las salvaguardas necesarias dada la sensibilidad de muchos de estos datos. En China, empresas como Alibaba y Tencent han permitido la desescalada del confinamiento proporcionando un estándar para los códigos de salud vinculados al rastreo de contactos, el seguimiento de la ubicación y los registros médicos.
La Ley de Protección de Datos Personales (GDPR) en la Unión Europea y la regulación posterior y otras medidas proactivas llevadas a cabo por las “big tech” en Estados Unidos brindan cierto consuelo de que estos esfuerzos se abordarán con las protecciones necesarias en otras regiones. Estos ejemplos demuestran una sensibilidad para usar sólo datos de suscripción y ubicación anónimos, y en muchos casos solo los investigadores tienen acceso a estos datos. Sin embargo, no se debe ser complaciente con este riesgo y la reciente escalada en las tensiones entre Estados Unidos y China relacionadas con el “juego de la culpa” de la Covid-19 será una narrativa que continúe de cara a las elecciones presidenciales en Estados Unidos de este año, lo que traerá complicaciones regulatorias adicionales.
Abrazando la regulación y los factores ESG
Una rigurosa supervisión por parte de los reguladores de la industria tecnológica no es solo necesaria en la opinión de Janus Henderson Investors, sino que debe ser bienvenida. Como inversores activos, el equipo de la estrategia Global Technology también se compromete de manera proactiva con las empresas de tecnología para resaltar los problemas clave en materia medioambiental, social y de buen gobierno que corren el riesgo de una intervención reguladora severa si no son abordados por la propia industria.
Una parte clave del proceso de inversión de la compañía consiste en identificar los equipos directivos que comparten las preocupaciones y abordan estos problemas de manera responsable, pues creen que pueden fomentar un crecimiento a largo plazo más sostenible y potencialmente ayudar a reducir el riesgo en las inversiones. Durante muchos años, Janus Henderson se ha involucrado activamente en empresas tecnológicas en una amplia gama de temas, como la privacidad de datos y la adicción a los videojuegos. A medida que se deje atrás esta trágica pandemia, el equipo gestor de Janus Henderson cree que el debate evolucionará y que el escrutinio reglamentario continuará, pero se espera que se vuelva más equilibrado a medida que el valor percibido de las “big tech” se desarrolla durante y después de la crisis. Esto se podría añadir al caso de la inversión a largo plazo en las acciones tecnológicas.
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