El FMI pronostica un incremento del 5,4% en el PIB de mercados emergentes para 2012-2013, casi cuatro puntos porcentuales por encima de lo estimado para mercados desarrollados. A pesar de esto el dinero no llega a las bolsas emergentes ¿Por qué dan los inversores la espalda a estos mercados?
Como apunta Christopher Laine, portfolio manager del equipo de manejo activo de mercados emergentes de State Street Global Advisors, “la correlación entre el crecimiento del PIB y los retornos del mercado de acciones, en el mejor de los casos es modesta”. Según el informe “Emerging Market Fundamentals: An Update as We Enter the Final Stretch of 2012”, las bolsas son mucho más dependientes del crecimiento de los beneficios empresariales que del crecimiento del PIB, y precisamente por esto los inversionistas se han mantenido alejados de los mercados emergentes. “En 2012 los beneficios empresariales en los mercados emergentes no han tenido el mismo momentum que en años anteriores”, asegura en el informe el experto de State Street, añadiendo que esta es la razón principal de su falta de popularidad, y no su valoración, puesto que los mercados emergentes están cotizando a 10 veces beneficios estimados, un 20% por debajo de los mercados desarrollados.
En ausencia de crecimiento económico global, las empresas emergentes tienen más difícil crecer en términos de volumen, por lo que para hacer crecer su beneficio deberán mejorar sus márgenes. Esta es la conclusión a la que llega Laine, que además apunta al endeudamiento financiero como fuente adicional para mejorar la rentabilidad de las corporaciones emergentes. “El rerating de la deuda emergente tiene consecuencias sobre el inversionista en renta variable: menores tasas de interés y por tanto un coste de capital más bajo”, explica. “Puesto que las corporaciones emergentes están poco endeudadas –con un 27% de deuda neta sobre fondos propios, frente a casi el 50% para las corporaciones de EE.UU. o Europa-, las menores tasas de interés no van a resultar determinantes para mejorar su rentabilidad, pero sí pueden animar al tejido empresarial emergente a aumentar su endeudamiento, influyendo de forma positiva en sus márgenes globales”, concluye.