La principal conclusión del Estudio Global de Regulación e Impuestos en la Industria de Fondos, elaborado por Morningstar, es clara: «La regulación actual es adecuada, pero no siempre proactiva». Según el documento, Países Bajos, Suecia y el Reino Unido obtuvieron las mejores calificaciones respecto a la experiencia que tiene el inversor. En cambio, Australia, Canadá, China, Japón, Nueva Zelanda y Estados Unidos recibieron calificaciones por debajo del promedio. En Europa, ninguno de los países que han aplicado MiFID II baja de la media.
Morningstar ha publicado el segundo capítulo de su informe bianual Experiencia Global del Inversor (Global Investor Experience o GIE). El informe, ahora en su sexta edición, evalúa la experiencia de los inversores en fondos de inversión en 26 mercados de América del Norte, Europa, Asia y África. El capítulo sobre regulación e impuestos evalúa el marco regulatorio y fiscal al que se enfrentan los inversores de fondos, asignando calificaciones de superior, superior al promedio, promedio, inferior al promedio e inferior para cada mercado.
Morningstar otorgó las mejores calificaciones a los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido, identificándoles como aquellos mercados más favorables para los inversores en términos de regulación e impuestos. Por otra parte, asignó calificaciones por debajo del promedio a Australia, Canadá, China, Japón, Nueva Zelanda y EE.UU., como mercados donde los esquemas regulatorios y fiscales deben mejorar. Un aspecto positivo es que no asignó la calificación de inferior a ningún mercado, ya que considera que los 26 incluidos en el estudio proporcionan protecciones básicas para los inversores.
«Cuando se trata de regulación e impuestos en la industria de fondos, estamos buscando políticas que permitan el éxito de los inversores, tales como incentivos fiscales que fomenten la inversión individual y una regulación efectiva que promueva la transparencia y limite las declaraciones engañosas y los conflictos de intereses. Descubrimos que los reguladores en Estados Unidos y Canadá generalmente están ejecutando sistemas eficientes, sin embargo, el ritmo de las reformas no ha sido el mismo que en el resto del mundo, lo que explica que dichos mercados continúen recibiendo una calificación de inferior al promedio en regulación e impuestos”, ha explicado Aron Szapiro, jefe de investigación de políticas de Morningstar y coautor del estudio.
En opinión de Andy Pettit, director de análisis de políticas de Morningstar, EMEA, y coautor del estudio, “desde la publicación de nuestro último informe en 2017, la tendencia hacia una regulación sólida que proteja a los inversores de fondos de inversión se ha mantenido intacta. Estamos viendo que más mercados toman medidas para motivar a los participantes de todos los segmentos a invertir para su futuro a través de incentivos fiscales especiales o regulaciones que fomentan tarifas más bajas, y mayor transparencia”.
Buena nota en Europa y peor en Australia, EE.UU., Japón o China
El informe explica que los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido obtuvieron las mejores calificaciones en parte porque «proporcionan fuertes incentivos para que la gente común invierta, aunque ninguno de los países ofrece los mejores incentivos fiscales generales para dichos inversores». El Reino Unido continuó la expansión de su programa de inscripción automática y, junto con los Países Bajos, se destacó por prohibir las comisiones integradas en la mayoría de las ventas, mientras que Suecia destacó por tener un gobierno corporativo sólido y ser pionero en las divulgaciones de ESG.
También dentro de Europa destaca que todos los países europeos cubiertos por las regulaciones MiFID II obtuvieron al menos una calificación promedio, ya que la regulación estimuló las reformas necesarias en áreas como comisiones blandas y una mayor transparencia.
Las conclusiones muestran que Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos quedaron rezagados con respecto a otros mercados. «Estos países tienen una regulación adecuada sobre las operaciones y distribución de fondos de inversión, cumplen con los estándares básicos, y la experiencia para los inversores tiende a ser positiva. Sin embargo, no cumplen con los estándares establecidos en otros mercados que rigen los conflictos de intereses e incentivan la inversión. Adicionalmente, Australia, Canadá y los EE.UU., se encuentran retrasados en política fiscal cuando se comparan con otros mercados, creando distorsiones y desincentivos para invertir», explica el documento.
Respecto a la zona de Asia-Pacífico, el peor resultado lo ofreció Japón, que cayó por debajo del promedio a pesar de haber hecho algunos avances positivos. Según apunta el estudio, el motivo, principalmente, fue a que la metodología revisada de Morningstar pone más énfasis en las operaciones de fondos de inversión y en las políticas de distribución, un área donde otros mercados han tomado medidas importantes para apuntalar sus regulaciones en los últimos años. «Japón no exige la divulgación de los costes de análisis de terceros o los costes de distribución pagados respecto de los activos del fondo, y no existe el requisito de revelar los conflictos de intereses de los asesores o distribuidores», añade.
El otro gran país que se ha analizado de esta región es China, donde la principal reflexión es que aún no logra alentar a las personas a ahorrar para su jubilación ni abrir el mercado de fondos para promover una mayor variedad. Según indica en sus conclusiones, «China solo cuenta con un plan de pensiones gestionado por el estado y no existe ningún otro sistema complementario obligatorio de contribución definida. Adicionalmente, la regulación relativa a la divulgación de costes de análisis de terceros y los acuerdos blandos es débil. Aunque China ha hecho esfuerzos para abrir aún más su mercado de capitales, las opciones se limitan principalmente a fondos domiciliados localmente».
Desincentivar o no los ETFs
Entre las tendencias que recoge el informe destaca que el continuo crecimiento de los ETFs proporciona a los inversores más opciones de inversión en la mayoría de los mercados, aunque en algunos de ellos los distribuidores siguen teniendo importantes incentivos para ofrecer fondos abiertos.
También se observa que el tratamiento fiscal de los ETFs puede variar según los mercados y que no es uniforme. Por ejemplo, en los EE.UU., la elección está distorsionada por las diferentes ventajas impositivas que tienen los ETFs, mientras que en Nueva Zelanda los ETFs son fiscalmente desfavorables para los trabajadores con menos ingresos.
Pasos para reducir las retrocesiones
La segunda tendencia más relevante es que, poco a poco, se van dando pasos para reducir la imposición de tarifas por la distribución de los fondos. Por ejemplo, estas comisiones han sido prohibidas en Australia, los Países Bajos y el Reino Unido. Otro ejemplo llamativo es el mercado de Hong Kong, donde los intermediarios que reciben comisiones o «beneficios no monetarios» de los emisores de fondos ya no pueden referirse a sí mismos como independientes.
Por último, el informe destaca que, de los 26 mercados, solo Singapur y Hong Kong no gravan a los inversores de fondos. «Muchos mercados eximen de las ganancias de capital mientras los inversores se mantengan en el producto, pero gravan al menos parte de los ingresos del fondo. Los EE.UU. y Australia son excepciones notables ya que los impuestos deben pagarse en ganancias de capital, independientemente si se ha vendido o no el fondo», apunta.