Lyxor pone en marcha una serie de disposiciones que le permitirán endurecer su oposición a las empresas que no abordan de manera adecuada las cuestiones climáticas o ambientales. En el marco de enfoque de inversión responsable, Lyxor ha definido, una política de compromiso accionarial con respecto a los fondos en los que invierte.
Según explica la firma, esta se basa en dos pilares complementarios: la política de participación activa y la política de voto, y responde a las obligaciones fiduciarias de Lyxor con respecto a sus clientes. Lyxor espera que los consejos de administración y de supervisión asuman plenamente sus responsabilidades en relación con los asuntos extrafinancieros y, en concreto, con los asuntos climáticos a los que deben enfrentarse. En 2020, Lyxor no solo podrá oponerse a la aprobación de la gestión del consejo, sino también a la renovación del mandato de algunos de sus miembros en caso de controversias ambientales o en ausencia de transparencia sobre las emisiones de gases de efecto invernadero.
A partir de 2021 Lyxor también podrá oponerse a la renovación del mandato de los presidentes de los consejos de administración cuyas empresas no cumplan con las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD). Además, Lyxor podrá votar en contra de las resoluciones que conciernen la remuneración de los directivos si las medidas extrafinancieras no han sido suficientemente consideradas en las políticas de remuneración.
Por otro lado, en 2020 Lyxor ha reforzado su equipo de inversión socialmente responsable (ISR) para ampliar el alcance de su política de voto y abarcar dos nuevos mercados: Estados Unidos y Japón. De este modo, Lyxor prevé ejercer sus derechos de voto en más de 400 juntas generales, que representan como mínimo 5.000 acuerdos, es decir, el doble de sus actividades de voto en comparación con 2019.