La Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés) ha anunciado que retrasa parte de sus proyectos de 2020 para «redirigir recursos hacia los múltiples desafíos» que los reguladores del mercado están afrontando durante la crisis del COVID-19. En consecuencia, avisa que los objetivos fijados en el Programa anual de 2020 de IOSCO serán reconsiderados.
De esta forma la organización internacional hará una revisión para establecer qué proyectos pausará o retrasará. Por ahora, ha establecido cuatro criterios guía. En primer lugar, considera que retrasar sus planes ayudará a los miembros de IOSCO a enfrentar los desafíos centrales que esta crisis está planteando en cada uno de los mercados. Del mismo modo, considera que se debe establecer qué restricciones operativas sobre las instituciones financieras impedirían su contribución a los proyectos de IOSCO y/o dar seguimiento a los informes finales.
Asimismo, se deberá comprobar si, en muchos de los casos, es o no apropiado emitir informes durante esta crisis ya que podrían quedar obsoletos ante nuevos eventos imprevistos y/o habría que modificarlos para tener en cuenta un panorama financiero cambiado sustancialmente por la crisis. Por último, el esfuerzo activo de IOSCO, del Consejo de Estabilidad Financiera y otros organismos de normalización con los que colabora IOSCO, para centrar sus esfuerzos en abordar esta crisis que “ahora es la prioridad”, según aseguran desde la entidad.
En base a estos principios, IOSCO ha acordado distribuir recursos para centrarse en aquellos asuntos afectados directamente por el COVID-19. Entre otros, se han destinado fondos a las áreas de financiación de mercado expuestas a una mayor volatilidad, liquidez limitada y potencial de prociclicidad. Asimismo, también se ha incluido el examen de fondos de inversión, así como márgenes y otros aspectos de la gestión de riesgos de compensación centralizada para derivados financieros y otros valores.
No obstante, continuarán desarrollando otros proyectos que se encuentran cerca de completarse, como, por ejemplo, los trabajos relacionados con los entregables del G-20. Los plazos para los proyectos relacionados con la gestión de activos vinculados a las recomendaciones del FSB se coordinarán con el FSB. Además, continuará con su trabajo sobre buenas prácticas para la deferencia, así como otros proyectos que están a punto de completarse y que aseguran no supondrán una carga para los recursos regulatorios o industriales limitados. IOSCO también examinará cualquier problema específico de protección del inversor, integridad del mercado o riesgos de conducta que puedan surgir en el contexto de la crisis COVID-19.
Por otro lado, se retrasará el trabajo de IOSCO en relación con el uso de Inteligencia Artificial y Machine Learning en los intermediarios del mercado y gestores de activos, el impacto del crecimiento de la inversión pasiva y los posibles problemas relacionados con la conducta en la provisión de índices. Asimismo, también se retrasarán los proyectos relacionados con los problemas de datos de mercados y subcontratación y monitoreo de la implementación, ya que habrían requerido divulgación en la industria y a los supervisores.
“Esta priorización confirma el compromiso continuo de IOSCO para proteger a los inversores, mantener mercados justos, eficientes y transparentes y mitigar los riesgos sistémicos”, aseguran desde IOSCO.