Los movimientos en los mercados de renta fija y renta variable han sido muy intensos en las últimas semanas, pero si hay un mercado volátil es el de divisas. El gran protagonista ha sido el dólar que, después de haber vivido una revalorización récord, ha sufrido una importante devaluación motivada, en parte, por las medidas tomadas por la Fed y por la previsión de propagación del COVID-19 en el país.
“A principios de mes, el dólar estadounidense se benefició de la búsqueda de seguridad que han emprendido los inversores y las empresas de todo el mundo. La carrera por acumular dólares provocaron que los diferenciales se ampliasen en todo el espectro de los mercados de deuda, incluso entre la deuda pública y los activos monetarios, unos mercados tradicionalmente más líquidos”, explican desde Fidelity.
En este contexto, según indican desde Ebury, en el mercado de divisas, «la estrategia más común durante gran parte de las últimas semanas ha sido la compra de dólares estadounidenses y, concretamente, en detrimento de las divisas de los mercados emergentes». En su último informe, la firma explica que «es casi seguro es que la gran volatilidad del mercado continuará a niveles muy altos, sobre todo mientras el virus aún no haya alcanzado su punto máximo en las áreas económicas clave del mundo (Europa y Estados Unidos). A corto plazo es posible que sigamos viendo al dólar como la divisa segura preferida, aunque es probable que el fuerte aumento del número de casos que estamos viendo en Estados Unidos limite el atractivo de la divisa».
Según los analistas de Monex Europe, una mezcla de argumentos podría explicar la aparente reversión en la trayectoria que está llevando el billete verde. “Por una parte, la aprobación del paquete fiscal de 2 billones de dólares para mitigar los efectos de la crisis se filtró de manera positiva en los mercados y, de hecho, logró suavizar la reacción de los inversores ante la cifra récord de ayudas al desempleo publicada ayer. En la tercera semana de marzo más de 3,2 millones de personas sin empleo llenaron una solicitud de ayuda, lo que representa casi 5 veces el número de reclamaciones en la peor semana previa, registrada en 1982. Sin embargo, como la legislación incluye un monto importante concebido para financiar estas ayudas, la noticia no tuvo un impacto especialmente agresivo en los mercados. No obstante, este dato es solo el preludio de lo que podría acontecer. EE.UU. ya supera el número de casos reportados con coronavirus en China después de un brote de la pandemia en Nueva York ayer. El pronóstico de una mayor propagación también se añade a la debilidad de la moneda”, explican.
Desde Fidelity sostienen que es importante estar atentos a la liquidez en dólares y su movimiento por el sistema financiero mundial, a través de las líneas de swap de divisas entre los bancos centrales, y a cómo fluye hacia quienes necesitan dólares con urgencia. La Fed introdujo esta línea de financiación durante la crisis financiera de 2008 y ahora está resultando fundamental para que los capitales sigan fluyendo por todo el mundo.
“Cuando hay una carrera por conseguir dólares se generan tensiones en los mercados interbancarios, las empresas acuden al mercado a plazo para garantizarse dólares y se amplía el basis spread entre las divisas. El basis spread a tres meses para el euro/dólar pasó de cero a -80 puntos básicos a mediados de marzo y ahora ha vuelto a situarse cerca del cero. He ahí una variable que apunta a un deshielo de los mercados”, afirma Steve Ellis, CIO global de inversiones en renta fija de Fidelity International.
Principales tendencias
Parece que el dólar se resiste a terminar el mes cayendo y comenzó la semana siguiendo una cierta dinámica alcista. En opinión de Ebury, el euro continuará su ascenso frente a la caída del dólar por el crecimiento exponencial de la pandemia que, previsiblemente, va a sufrir Estados Unidos.
“Tres factores afectarán los mercados esta semana. En primer lugar, la evolución del coronavirus en todos los países, sobre todo en EE.UU., donde la infección está cogiendo velocidad. En segundo lugar, la magnitud del impacto económico que se observa en los principales indicadores económicos. Por último, las medidas de apoyo económico a particulares y empresas que se anuncien en los distintos estados afectados. En general, vemos posibilidades de que el euro continúe en ascenso ya que, por un lado, las noticias de EE.UU. empeoran y, por otro, comenzamos a ver los primeros indicios de que la epidemia en Europa ya no crece de forma exponencial”, sostiene Enrique Díaz-Álvarez, director de riesgos de Ebury.
Respecto al euro, apunta que el fuerte repunte de la semana pasada se debió más al aumento general de la aversión al riesgo que a las noticias de la Eurozona. “Esta semana veremos algunos datos interesantes a los que de momento se les está prestando poca atención, y es que las cifras de inflación de marzo ya reflejarán el impacto de la crisis. Será interesante ver si el colapso de la demanda o la contracción de la oferta derivados del aislamiento han tenido repercusión en los precios. También estaremos atentos a los detalles de los programas de apoyo a particulares y pymes, ya que estos serán clave para la futura recuperación de la recesión que se avecina”, matiza Díaz-Álvarez.
Respecto a las divisas de los mercados emergentes, desde Ebury sostienen que la dirección y la magnitud de los movimientos serán en gran medida idiosincrásicos y dependerán en buena parte de los fundamentos macroeconómicos de cada país y otros factores, como el posicionamiento en el mercado y la liquidez. «Los tres indicadores clave que se exponen aquí son: las reservas de divisas en relación con los meses de cobertura de las importaciones, la deuda externa como el porcentaje del PIB y, por último, el saldo de cuenta corriente como el porcentaje del PIB», señala en su último informe.
Gráfico: Indicadores aplicados en diez divisas de mercados emergentes