Los mercados atraviesan actualmente una etapa de gran incertidumbre, en la que los inversores tratan de reducir riesgos y mantener altos niveles de efectivo. Por ello, State Street Global Advisors (SSGA) recomienda invertir en productos con un perfil similar al cash, pero que permitan preservar el capital sin afrontar los costes que puede generar esa huida hacia el efectivo. Su estratega senior de ETFs de renta fija, Jason Simpson, propone en esta entrevista con Funds Society dos fondos clave para refugiarse: uno centrado en bonos gubernamentales europeos de corta duración y otro, aún más conservador, de T-Bills.
Al analizar las circunstancias en las que operan los mercados en la actualidad, Simpson celebra la proactividad y la rapidez con la que están respondiendo los bancos centrales al impacto del coronavirus en la economía, las finanzas y la sociedad en su conjunto. “Aprendieron mucho de los problemas de la crisis del 2008 y, al ver que la liquidez del mercado comenzaba a agotarse, sabían que había que actuar de forma agresiva”, señala. En ese sentido, considera que los recortes de tipos, pero, especialmente, los programas de compras de bonos permitirán que los mercados de deuda soberana y corporativa continúen funcionando.
En concreto, hace hincapié en las medidas recientes que han permitido mantener los rendimientos de los bonos bajos, en un entorno en el que los de los periféricos comenzaban a despuntar y los spreads se ampliaban debido al incremento del gasto público para combatir al virus en países como Italia. “La relajación monetaria debería aliviar parte del estrés económico y financiero”.
Aun así, advierte de que serán necesarias más herramientas en el frente fiscal, como el paquete de dos billones de dólares aprobado por Estados Unidos. “Esperamos ver más medidas en EE.UU. y Europa, por ejemplo, de gasto selectivo en áreas concretas de la economía, de apoyo a las industrias y de liberación de impuestos”. Para Simpson, ese tipo de decisiones son mucho más efectivas que la política monetaria a la hora de proteger a los individuos y los negocios de la quiebra.
ETFs con un perfil de efectivo
Pese a todo, ve inevitable que el contexto actual esté marcado por la alta volatilidad, lo que lleva a los inversores a reducir el riesgo lo máximo posible e inclinarse hacia el efectivo. Sin embargo, advierte de que, con los tipos de interés tan bajos, incorporar fondos monetarios puede suponer un gran coste, por lo que recomienda apostar por la preservación del capital a través de fondos con un perfil ‘cash’. En ese sentido, destaca el SPDR Bloomberg Barclays 1-3 Year Euro Government Bond UCITS ETF.
Con 1.400 millones de euros en activos bajo gestión, se trata del mayor ETF en la categoría de bonos europeos a corto plazo. Replica prácticamente de forma idéntica el índice de Bloomberg Barclays, apostando por una asignación a los bonos gubernamentales, todos ellos con grado de inversión. En ese sentido, el 42% cuenta con una calificación AAA o AA.
“Limita el riesgo de crédito y de duración, gracias a que el vencimiento es menor a dos años”, asegura el estratega de SSGA. Otra de las características que destaca es la amplitud y diversificación de la cartera, que permite amortiguar los shocks que puedan sufrir países concretos. De ahí que el ETF haya sido construido con una cartera diversificada de 79 bonos. En estos momentos, de los 15 emisores que la componen, los tres con mayor presencia son los que cuentan con más liquidez: Italia (29%), Francia (21%) y Alemania (19%). En el otro extremo, los países con menor peso son Luxemburgo (0,06%) y Chipre (0,09%).
Simpson prevé que el producto registre un rendimiento estable durante un tiempo, ya que lo más probable es que el BCE mantenga los tipos de interés bajos, lo que permitirá que los bonos permanezcan “bien anclados”. Con todo, lo ve como un refugio a medio plazo para que los inversores mantengan sus activos en un vehículo líquido mientras esperan a que la situación se estabilice.
Por otro lado, para aquellos inversores que estén preocupados porque exista volatilidad en los mercados de bonos, propone un producto de menor riesgo todavía: el SPDR Bloomberg Barclays 1-3 Month T-Bill ETF. “Con una duración de entre uno y tres meses, es muy insensible a los movimientos del mercado y se comporta prácticamente igual que el efectivo”, destaca. En ese sentido, insiste en que también es un ETF eficaz para aquellos inversores que quieran guardar su efectivo en un instrumento seguro hasta que la situación se aclare.
A través del SPDR Bond Compass, la gestora ofrece actualizaciones trimestrales de las posiciones invertidas y flujos en vehículos de deuda, con indicaciones del sentimiento inversor según las posiciones custodiadas por State Street.