La crisis del coronavirus está siendo el gran cisne negro de 2020: un evento repentino, impredecible, inesperado y con un gran impacto que los mercados también están sufriendo con especial intensidad. Pero el análisis de los expertos aleja esta situación de la profunda crisis vivida en 2018 y, aunque algunos gestores se han rendido a las circunstancias del mercado y han decidido vender y aumentar la liquidez de las carteras bursátiles –en espera de mayores caídas que en algún momento supongan una oportunidad de compra-, otros no están aumentando esa liquidez y se mantienen invertidos.
En el caso de la gestora española Buy & Hold, la apuesta en renta variable se centra en compañías de calidad. “Creemos que el coronavirus, como tantos otros eventos anteriores (el fin de la burbuja .com, el 11-S, la gran recesión del 2009, la crisis del euro…) se verá en unos meses como una gran oportunidad de inversión”, explican desde la gestora en un reciente comunicado.
“Sabemos muy bien que los mercados de capitales se mueven por dos tipos de expectativas: los fundamentos económicos, que son objetivos, y las valoraciones personales, que, por definición, son subjetivas. Los elementos objetivos definen los movimientos a largo plazo, y los subjetivos, a corto plazo”, explican. En su opinión, el impacto objetivo de esta crisis posiblemente será mucho menor que la Gran Recesión del 2008, pero el subjetivo, al menos en este momento, es mucho mayor. Y es que los mercados han recogido los números de la crisis sanitaria, el cambio en los hábitos de vida, el pesimismo ante la inicial respuesta gubernamental y las perspectivas del impacto económico.
Pero en la gestora consideran que “la epidemia tendrá un impacto económico intenso pero corto, bien por el éxito del confinamiento domiciliario; bien porque se realicen test masivos a la población; o bien porque se encuentre una vacuna o un medicamento eficaz. En cualquier caso, estamos a una distancia de entre uno y dos meses de llegar a lo peor. Y a partir de ahí, la situación mejorará y se podrá restablecer gradualmente la actividad económica”, explican.
Su gran duda es si este impacto podrá tener un efecto más duradero en la actividad económica, sobre todo en la medida en que pequeñas empresas no sobrevivan al parón y se inicie una bola de nieve que arrastre a otros sectores: “Es imposible saber que sucederá. Pensamos, no obstante, que el impacto en un escenario de parón total de dos tres meses será mucho mejor a medio plazo que el de otras crisis como la gran recesión del 2008”, aseguran.
Entre los motivos, dicen, “en aquel momento, los balances de los bancos –el corazón del sistema capitalista- estaba dañado a gran escala por hipotecas basura sin ningún valor. Una crisis de crédito como la de entonces no se recupera en meses sino en muchos años; y tras mucho sufrimiento y el aumento muy importante del paro. En cambio, un parón económico de dos-tres meses puede tener un impacto mortal en una empresa que arrastre problemas, pero en una empresa líder o rentable el impacto será pequeño”, explican.
Una recuperación en perspectiva
Por eso, y porque las bolsas se anticipan a los problemas (como ahora) y también rebotarán con fuerza mucho antes de que todo se resuelva (como en 2008, cuando las bolsas tocaron mínimos en 2009 mientras la recuperación económica no se inició hasta 2012), son optimistas. Así, su estrategia en renta variable pasa por apostar por una recuperación de las bolsas, aunque concentrando las posiciones en firmas con gran calidad. “No hemos aumentado la liquidez, porque creemos que las bolsas van a recuperar aunque sea imposible anticipar cuándo. Después de una corrección de entre el 30%-40% desde máximos, creemos que es mucho más inteligente posicionarnos para una recuperación. Tarde o temprano la situación mejorará, y antes de que esto suceda, las bolsas recuperarán”, explican.
La gestora apela al “manual del buen inversor” para explicar que, en fuertes correcciones del mercado, lo más inteligente es concentrar las inversiones en los valores de mayor calidad. “Cuando todo cae, el mercado no distingue entre bueno y malo y surgen oportunidades para comprar lo bueno a precios realmente atractivos. Nuestra cartera que a mediados de febrero era de más de 30 valores se ha reducido a 25 de alta convicción y altísima calidad”.
Es decir, firmas de altos retornos sobre los fondos propios (20% al menos a lo largo del ciclo), con fuertes barreras de entrada que protegen sus negocios, sin deuda o con deuda muy limitada y en ningún caso con riesgo razonable de quiebra y con excelentes equipos directivos.
“Las perspectivas de buenos retornos a medio plazo son muy esperanzadoras y creemos firmemente que aquellos que tengan el aplomo y la paciencia de aguantar este momento complejo se verán recompensados”, añaden.
En renta fija
En renta fija, su estrategia pasa por aumentar la liquidez para intentar invertir a mejores precios. Y, por otro, rotar ligeramente la cartera hacia empresas que consideran más atractivas, tanto desde un punto de vista de seguridad como de rentabilidad. “Históricamente, siempre que se han producido movimientos similares, los inversores en renta fija han obtenido rentabilidades de dos dígitos en los meses siguientes, por lo que estamos seguros de que esta vez volverá a ser igual”, dicen.
Además, han decidido cerrar las coberturas que tenían sobre los bonos españoles a 10 años. «Por un lado el gasto publico debería aumentar, pero por otro esperamos un apoyo decidido del Banco Central Europeo, que vuelva a reducir la rentabilidad de los bonos de gobiernos”, explican.