Mientras el mundo mira la evolución de los infectados por coronavirus en Europa, América y África, así como sus efectos en el mercado, parece que la vista se distancia de Asia. Sin embargo, los analistas tienen muy presente a China porque, tal y como apunta Bryan Collins, responsable de renta fija asiática de Fidelity, “la rapidez y amplitud con que se recupere la actividad en China tendrá enormes implicaciones para una de las locomotoras del crecimiento económico mundial”.
Así, en mitad de las caídas de las bolsas de medio mundo y de las medidas que anuncia los bancos centrales y gobiernos, hay que fijarse en China y en sus datos para poder tener una visión más completa de hacia dónde vamos. Como la mayoría de los informes que estamos leyendo estos días, los analistas de ING también han bajado la previsión de crecimiento del PIB para China, que ahora sitúa al 3,6%, frente al 4,4%, para el primer trimestre, y rebaja del
5,2% al 4,8% el crecimiento de su PIB para todo 2020. “Es probable que el yuan se debilite a alrededor de 7,20 por dólar al final del primer trimestre del año”, añaden.
Esta revisión a la baja de las expectativas de crecimiento de China es normal si analizamos los datos del país desde el brote de coronavirus. Según el último informe de Barclays, la actividad en el sector servicios se desplomó en torno al 70% en febrero, aunque vivió un ligero repunte la semana pasada. Por otro lado, la caída en el sector manufacturero ha sido menor y se sitúa entre el 30% y el 35%. “Desde esta crisis sanitaria, los datos de enero y febrero sugieren que la economía podría contraerse alrededor de un 10% este primer trimestre en relación con el mismo período del año anterior”, afirma el documento.
“La visita del Presidente Xi a Wuhan el 10 de marzo, junto con el cierre de los 14 hospitales temporales de la ciudad, sugiere que el brote en el epicentro de China está ahora contenido. Fuera de Hubei, 14 de 30 provincias informaron de que no había ningún caso nuevo en menos de 14 días consecutivos a partir del 11 de marzo. En consecuencia, se ha anunciado la reapertura de escuelas en más provincias, una señal de normalización de la actividad. Sin embargo, el hecho de que los contagios nuevos sean importados sugiere que el confinamiento en el hogar y las medidas restrictivas se mantendrán durante más tiempo”, señala el informe de Barclays.
Cómo está evolución de la epidemia en China supone, en opinión de los analistas de Barclays, “una contracción prolongada de los servicios y el consumo, mientras que la recuperación de la manufactura parece haberse acelerado. En particular, el PMI oficial de los servicios de la NBS se desplomó a 30,1 en febrero (Caixin: 26,5) frente a los 35,7 de la industria manufacturera. Las salidas de vuelos todavía cayeron en un 60%, las ventas de automóviles cayeron en un 50% después de haber caído en un 80% anual en febrero, y las ventas a domicilio en un 40% anual. Por otro lado, la contracción del consumo de carbón se redujo al 20% esta semana, y creemos que las tasas de operación de manufactura se recuperaron hasta el 65%-70%”, apunta como los principales datos que nos explican cómo está evolucionando China.
Vuelta a la normalidad?
Keith Wade, economista jefe de Schroders, se muestra algo más optimista, y teniendo en cuenta que el número de nuevos casos contagiados parece haber llegado a su punto máximo, “los indicadores muestran que la economía está volviendo gradualmente a la normalidad”. En opinión de Wade, el primer trimestre seguirá siendo uno de los más débiles en su historia, pero, confía en que la economía se recuperará durante el segundo trimestre. “Para que esto ocurra, creemos que la política fiscal desempeñará un papel importante y esperamos un estímulo significativo, mientras que el gobierno se esfuerza por alcanzar su objetivo de diez años de duplicar el ingreso nacional para el año 2020”, apunta.
Por ahora lo que nos muestran las cifras es que, poco a poco, la actividad industrial y de comercio regresa gradualmente en toda China. Es más, de acuerdo con el último indicador de sentimiento trimestral de Fidelity, el 85% de sus analistas en China espera que el problema del virus remita antes del segundo semestre, frente a una media de tan solo el 48% entre todos los analistas del mundo. “También se considera que los beneficios de las empresas chinas se encuentran entre los menos afectados por el brote”, afirma.
Desde Fidelity ponen como ejemplo algunos datos en los que fijarse, como el consumo de carbón o las ventas de viviendas. Según explica Collins, “el consumo de carbón del país se ha recobrado hasta más de 500.000 toneladas al día, frente a menos de 400.000 toneladas al día durante la mayor parte del mes de febrero. Aunque el consumo sigue siendo alrededor de un 20% más bajo que en marzo del año pasado, se ha formado una clara tendencia al alza durante las últimas semanas. Respecto al transporte y la logística, se han recuperado notablemente en toda China con la reincorporación al trabajo de los ciudadanos. Durante los últimos días, las congestiones en las vías de Shanghái y Guangzhou -dos de las mayores ciudades chinas- han superado incluso los niveles de 2018, aunque las carreteras siguen estando menos transitadas que hace un año. Parte de los atascos cabe atribuirlos a las personas que evitan el transporte suburbano para minimizar los riesgos de infección. El flujo total de pasajeros en el transporte suburbano de ocho grandes ciudades se ha hundido alrededor de un 80% con respecto al año pasado”.
Otro de los datos a los Collins hace referencia son las ventas de vivienda, que se vieron muy afectadas al inicio del brote y que se han ido recuperando en las ciudades de todas las categorías desde mediados de febrero, recuperándose hasta más de la mitad de los niveles normales antes del Año Nuevo chino. “Sin embargo, el consumo privado se mantiene débil y por debajo de los niveles anteriores al brote. Por ejemplo, los aficionados al cine siguen quedándose en casa, mientras que las ventas minoristas y de coches solo han mejorado levemente durante las últimas semanas”, reconoce.
El contagio hacia Europa y EE.UU.
En este sentido, para ING lo más relevante es cómo puede romperse la cadena de suministros a nivel global y el impacto que tendrá en las economías de todo el mundo. “A medida que los casos de coronavirus en China disminuyen, el resto del mundo tiene más casos confirmados, incluyendo los socios fabricantes de China en Europa, el resto de Asia y los Estados Unidos. Esto significa que las cadenas de suministro están rotas. Igualmente importante es que la demanda de estas economías se reducirá sustancialmente cuando la gente evite ir de compras y reunirse en restaurantes, al igual que la experiencia de China durante los últimos dos meses. Este es otro severo golpe para las fábricas y exportadores de China, ya que los pedidos deben retroceder”, explica la entidad bancaria en su último informe.
Sin duda, “las cadenas de suministro seguirán rotas por la suspensión de las operaciones de las fábricas a nivel mundial, y a medida que la demanda del resto del mundo se reduzca, esto golpeará tanto a las fábricas como a las exportaciones chinas”, añaden los analistas de ING.
La correlación entre el colapso de la producción industrial china y su efecto en las economías europeas y americanas es algo que también ha valorado Philippe Waechter, jefe de investigación económica de Ostrum AM (Natixis IM). “El colapso de la producción industrial china es espectacular”, indicando que, en febrero, la producción cayó un -13.5%, lo que anticipa el alcance de “la desaceleración china en el primer trimestre”. Además, Waechter advierte de que “se espera que las cifras disminuyan más” a diferencia de la crisis financiera de 2008/2009, cuando la producción no había disminuido “sino que se había ralentizado a un crecimiento del 5%”.
En su opinión “este colapso de la producción industrial presagia cuáles podrían ser las cifras futuras en la zona euro”, ya que, tal y como señala, “estos datos funcionan como una medida del impacto que podría tener la epidemia”. Además, advierte que “el camino elegido por Alemania corre el riesgo de prolongar la inflexión de la zona euro”