¿Recuerdan cuando los analistas advertían de que los niveles de volatilidad eran extremadamente bajos? Pues bien, la volatilidad ha vuelto. Los dos shocks que ha sufrido el mercado en este primer semestre del año, la crisis sanitaria del coronavirus y las tensiones geopolíticas en torno al petróleo, ha dejado a su paso un importante crash bursátil y una crisis de confianza, pese al esfuerzo de los bancos centrales y gobiernos por enviar señales de calma
“Existen demasiados temores en los mercados y la volatilidad ha llegado para quedarse. En marzo, los mercados de renta variable cayeron con fuerza. Los riesgos a la baja persisten ya que desconocemos la extensión del impacto del virus en el crecimiento. Como tal, probablemente no hemos visto todavía el final del ajuste”, señala Esty Dwek, jefa de estrategia global de mercados de Natixis IM.
En opinión de Dwek, los mercados han intentado considerar los resultados para varios impactos, y el temor es el principal factor. “Como tal, los riesgos a la baja van a persistir por un tiempo. Al mismo tiempo, debido a los movimientos del mercado y otros eventos, esperamos ver más estímulos anunciados, tanto monetarios como fiscales. A medida que lleguen, ayudarán a estabilizar los ánimos, aunque pensamos que el temor y la volatilidad seguirán elevados por un tiempo”, apunta en su análisis sobre la situación actual.
En opinión de la firma ClearBridge Investments, filial de renta variable de Legg Mason, ha sido la “guerra del petróleo” lo que ha acentuado la volatilidad durante el primer trimestre del año. “En el peor de los supuestos, Libia y la OPEP incrementan su producción y la demanda tarda en recuperarse, las reservas alcanzan máximos recientes y ello conlleva drásticos recortes de producción por parte de los productores de esquisto estadounidenses. Y en el mejor de los casos contempla una disipación de las repercusiones del coronavirus, lo que se traduciría en una recuperación de la demanda mundial durante el segundo semestre del año”, explica sobre la situación del petróleo.
Desde Fidelity International recuerdan que la volatilidad es algo normal dentro de la inversión a largo plazo y que, sin embargo, los mercados tienden a reaccionar en exceso ante los acontecimientos que nublan las perspectivas a corto plazo. “Como inversor, es importante tomar distancia en estos momentos y afrontarlos con amplitud de miras. Cuando estamos preparados desde el comienzo para sufrir episodios de volatilidad en la evolución de nuestras inversiones, menos probabilidades tenemos de vernos sorprendidos cuando ocurren y más probabilidades tenemos de reaccionar racionalmente. Con amplitud de miras y una perspectiva de inversión a largo plazo que acepte la volatilidad a corto plazo, los inversores pueden empezar a adoptar una visión más cerebral. Eso no solo contribuye a no perder de vista los objetivos de inversión a largo plazo; también ayuda a los inversores a aprovechar los precios bajos, en lugar de anotarse pérdidas vendiendo a precios bajos movidos por las emociones”, explican de cara a los inversores.
Respecto a los bruscos movimientos de subidas y bajadas que ha sufrido el mercado durante este mes, Simon Aninat, gestor de Seeyond (gestora de Natixis Investment Managers), advierte de la posibilidad de nuevas caídas en los mercados. «Los Gobiernos y los bancos centrales parecen haber tomado la medida del problema del coronavirus, pero es difícil saber si el mercado ha medido correctamente el precio de las consecuencias de un período prolongado de incertidumbre/cuarentena/viajes reducidos, etc. sobre el consumo, las inversiones y los márgenes corporativos. En ese contexto, podríamos ver otro nuevo episodio de caídas en los mercados a medida que tenemos una mejor idea del impacto del virus en la economía global, antes de que la volatilidad pueda normalizarse”, argumenta.