En el primer trimestre de 2020, el webcast de renta fija de la gestora global MFS Investment Management fue presentado por Pilar Gómez-Bravo, directora de renta fija europea, y James Neale, analista de renta variable, se centró en el análisis de las perspectivas del sector energético y en las oportunidades de inversión que ofrece.
Es indiscutible que el recorrido del sector energético y del precio del petróleo influyen en las expectativas macroeconómicas de crecimiento e inflación tanto en mercados desarrollados como emergentes. Hoy en día esta industria sigue siendo protagonista no solo por los riesgos geopolíticos -como se pudo ver a principios de año con lo sucedido en Irán- sino también por el enfoque creciente en factores medioambientales en el mundo de la inversión.
El sector de la energía el alto rendimiento:
Según indica Pilar Gómez-Bravo, el sector energético ha ofrecido un perfil de rendimiento pobre, no sólo en los últimos años sino desde hace bastante tiempo. De hecho, el peso del sector en la mayoría de los índices de renta variable es la mitad de lo que representaba en 2010.
“Algunos dirán que se debe a la sobreponderación del sector de tecnología y quizás otros sectores considerados “de más calidad”, pero también hay varios factores fundamentales que hay que tener en cuenta. El primero es que la rentabilidad del sector ha sido baja durante la mayor parte de la última década, desde luego por debajo del coste de capital de la mayor parte de las compañías. Y también el sector ha vivido por encima de su flujo de caja libre, especialmente en EE.UU. con el ‘shale gas’”, comenta.
Esto también es observable también en el lado de la renta fija, donde la rentabilidad de estos bonos ha sido dominada por el pobre retorno dentro del mercado de ‘high yield’. Desde que se experimentó la oleada de bajadas de calificación crediticia en sector del 2015 al 2016, la mayor parte de los inversores en renta fija han estado muy cautos en este sector, que ha exhibido bastante volatilidad.
Existe una gran dispersión tanto entre subsectores dentro de la energía en general -por ejemplo, el ‘midstream’ o las refinadoras- como en cuanto a calidad crediticia. Dentro del sector todavía existen compañías como Exxon, que debe ser de las pocas que mantiene una triple A por parte de Moody’s, y desde luego existen todavía compañías en esta industria calificadas con una triple C.
En la actualidad, en la opinión de Pilar Gómez-Bravo, quizás nos encontremos en un punto en que el sector energético en general ya ha perdido un ciclo de inversión entero, porque desde que cayó el precio del petróleo en 2014 el sector ha tenido que esperar a que los costes reflejaran esa bajada de precios tan drástica que se vivió para tener otra vez unos modelos operativos que estuvieran en línea con el nuevo precio del crudo. Por otra parte, el interés de reconstruir esa inversión en combustibles fósiles ha sido destruido por la dialéctica y la necesidad de estas compañías de intentar posicionarse en fuentes de energía más renovables y más sostenibles.
Los factores de inversión ESG ya están teniendo un impacto claro, especialmente en las compañías europeas. Las calificaciones dentro del sector no son particularmente buenas en cuanto a su sostenibilidad, pero la mayor parte de las compañías entiende que es importante tener un plan de transición hacia modelos de energía más sostenible. En renta fija esto se ha traducido por ejemplo en un apetito mucho mayor de ‘green bonds’ o bonos verdes.
Sin embargo, es fundamental tener una discusión más madura en cuanto a esta transición y tener claro que no existe una alternativa sencilla y rápida, y la disminución del acceso al capital podría dar lugar a una disminución de las inversiones y a un aumento de los precios.
“Es obvio que el modelo con el que han funcionado estas compañías hasta ahora no es sostenible y nuestra misión es ayudarlas a tratar de encontrar una solución y que tengan claro qué dirección van a tomar para dirigirse a esta transición energética lo antes posible”, explica Gómez-Bravo.
“La esencia de todo lo que somos y hacemos en MSF gira en torno a la sostenibilidad y la inversión responsable de capital y apoyamos un enfoque basado en el diálogo con compañías y equipos de dirección sobre estos elementos críticos de ASG. Por otra parte, creemos que es importante favorecer la asignación activa y flexible dentro de un amplio conjunto de oportunidades y que la selección de valores puede ayudar a obtener mejores rentabilidades totales”, concluye.