El crecimiento global moderado, la política complaciente de los bancos centrales y la resiliencia del mercado son las tres razones que encuentra Wei Li, responsable de estrategias de inversión de iShares (BlackRock) para la región EMEA, para mostrarse optimista sobre cómo evolucionará el mercado de ETFs este año.
En primer lugar, espera que el crecimiento continúe, en un contexto de bajos tipos de interés y entrando en el final del ciclo económico. “Un elemento clave es considerar que la política monetaria ha llegado a su límite. En 2019 soportó el mercado al darle liquidez y este año la tendencia será similar, y a ella se unirán las políticas fiscales. Se espera que así sea, por ejemplo, en China, Reino Unido y Europa, por ejemplo”, añade.
Para Li el concepto de resiliencia también será importante: “Si juntamos esos dos elementos, la expectativa de un crecimiento moderado y que la política monetaria se ha llevado al límite, lo que hay que cuestionarse es cómo se están protegiendo las carteras. Lo primero que tenemos que reconocer es que lo que solía funcionar para diversificar las carteras, ya no funciona. El ejemplo más claro es cómo tradicionalmente se han usado los bonos europeos en los momentos de volatilidad, pero si tenemos en cuenta que ahora están en terreno negativo… ¿Cómo van a funcionar? Por eso, lo primero es volver a evaluar cómo protegemos la cartera porque, aunque estemos en un momento de baja volatilidad, cualquier evento golpea el mercado, como hemos visto en el mes de enero con la crisis sanitaria del coronavirus”.
Ideas de alta convicción
Por todo ello, para la responsable de iShares la clave estará en tener ideas de alta convicción en la cartera y, a la vez, una fuerte diversificación que las proteja. En este sentido la primera idea de “alta convicción” se resume en dos palabras: mercados emergentes, bien sea en renta fija como en renta variable. “Creo que la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha castigado en exceso a los mercados emergentes, lo bueno es que ahora tienen un buen margen de recuperación”, afirma y señala que estos mercados están en un punto del ciclo diferente, lo cual se traduce en oportunidades. “Esperamos que el dólar no suba en exceso y esto favorezca las monedas locales de los mercados emergentes y dé soporte a un posible rally de la renta variable”, añade.
La segunda de las ideas de alta convicción que Li tiene en mente es China. Aunque reconoce que el país está viviendo un menor crecimiento, y como es lógico la crisis del coronavirus tendrá un impacto en sus cifras macro, considera que a lo largo del 2020 se estabilizará. Además, recuerda que la presencia de China en las carteras no es representativa del peso real que tiene en la economía global, algo que va a cambiar a corto plazo y por lo que considera que será China un “imprescindible” en las carteras. “Con el cambio en los índices internacionales los inversores no podrán ignorar a China. Veremos cómo empieza a pesar más en las carteras y cómo aumentan los flujos de inversión hacia la renta fija y variable del país”, añade.
En la región asiática también se ubica su tercera idea de convicción: la renta variable japonesa. Según explica Li: “Hemos pasado de estar neutrales a estar sobreponderados. Es cierto que también les ha afectado en cierta medida la guerra comercial, pero durante este tiempo el yen se ha posicionado como una moneda refugio. Esperamos que se aprueben ciertos estímulos fiscales, lo cual haría atractiva la renta variable, que además tiene un comportamiento más descorrelacionado que otros activos de mercados desarrollados”.
Por último, la responsable de estrategias de inversión de iShares (BlackRock) para la región EMEA señala que su otra idea de alta convicción tiene que ver con el factor investing. “En un momento de final de ciclo hay que apostar por el factor de calidad. Queremos estar en aquellas empresas que buscan y tengan ingresos, y puedan mantenerlos de forma sostenida”, matiza.
Mercado de ETFs
En lo que sí tiene mucha convicción Li es en que el mercado de ETFs seguirá creciendo. Durante estos dos últimos años, la necesidad de diversificar de inversores y el mayor acceso a estos vehículos han impulsado su crecimiento. “En el tercer trimestre de 2019, los ETFs de renta fija, en mercados emergentes, grado de inversión y high yield fueron muy demandados gracias al rendimiento que ofrecieron. Muestra de ello son los flujos que salieron de renta variable europea y se dirigieron hacia productos de renta fija”, explica.
Según Li, en los próximos años, varios van a ser los motores que impulsen el crecimiento de los ETFs: “En primer lugar, los inversores apuestan por una visión más amplia de sus carteras de inversión, y eso incluye vehículos de gestión indexada. En la medida que presenten un comportamiento más eficiente, los ETFs serán más usados y complementarios en la gestión activa. En segundo lugar, las posibilidades que ofrece la tecnología para diseñar los ETFs siguen mejorando, esto hace, por ejemplo, que se pueda perfeccionar la inversión por factores y aportar más alfa al inversor. Y por último, la propia regulación. MiFID II y su exigencia de ser transparentes con los costes provoca que los inversores busquen vehículos de inversión más claros y competitivos, no solo el inversor particular, sino también el institucional”.