La semana pasada le tocó al Banco Central Europeo y esta semana el turno pasa a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). La institución monetaria comenzó ayer su primera reunión de 2020, en principio, sin novedades a la vista. Se espera que el banco central mantenga los tipos de interés entre el 1,5% y el 1,75%, la misma horquilla que maneja actualmente. A las 14.00 hora local, los miembros del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed) darán a conocer sus principales conclusiones.
Si evaluamos los últimos dos años, se observa que la Fed ha hecho un giro brusco en su posicionamiento. “El endurecimiento monetario emprendido por la Fed en 2018, a contracorriente de una economía mundial que empezaba a ralentizarse, acentuó esta ralentización e incluso hizo surgir la posibilidad de que se produjera una recesión, por lo que lastró considerablemente los mercados bursátiles. En cambio, la renuncia de esta institución a mantener dicho ajuste a principios de 2019 constituyó un importante catalizador del repunte de los mercados de renta variable que fue cobrando cada vez más peso a lo largo del año, lo que permitió hacer caso omiso de un crecimiento empresarial prácticamente nulo a ambos lados del Atlántico. En 2020, la evolución de la postura de los bancos centrales, en especial la de la Fed, tras su espectacular capitulación el año pasado, revestirá una importancia fundamental”, resume Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión Estratégico y managing director de Carmignac.
Ahora bien, ¿qué podemos esperar de la Fed en esta primera reunión y en 2020? En opinión de Saint-Georges, las decisiones de la institución monetaria estarán marcadas por la evolución económica de Estados Unidos. “La ralentización de la economía estadounidense debería continuar, y la Fed debería verse obligada a mantener una política de relajación monetaria en una coyuntura de endeudamiento privado y público considerable”, señala.
Las gestoras coinciden en que la postura de la Fed será continuista y esperan pocas novedades en esta primera reunión. “No esperamos que el FOMC anuncie otro recorte de los tipos en su reunión del 28 y 29 de enero, gracias en gran parte al éxito de los tres recortes de seguro de la Fed durante 2019. La estabilización de la economía de los Estados Unidos justifica una extensión de la pausa de su política. El compromiso de la Fed de continuar con esta política debe ser observado de cerca. Si bien no entraremos en el debate semántico de si esto es QE o no QE, está claro que existe una fuerte correlación entre el aumento en el balance de la Reserva Federal y el desempeño de los mercados de renta variable de Estados Unidos. Desde octubre, cada aumento del 1% en el balance de la Fed se ha traducido en un aumento del 1% en el S&P 500. Por lo tanto, no hay duda de que los inversores examinarán cualquier información nueva sobre el momento y el monto de las compras mensuales. Si bien la implementación de un programa de compra de activos por parte de un banco central es generalmente bienvenida por los mercados, salir de él siempre es más difícil … La situación deberá seguirse de cerca”, explica Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors.
Sin embargo, Dixmier considera que la conferencia de prensa posterior al FOMC será interesante, especialmente sobre el tema de las compras de las letras del tesoro. Según explica, desde octubre de 2019, “la Reserva Federal ha estado comprando 60.000 millones de dólares en letras del tesoro mensualmente, aunque presentada como una medida técnica, esto ha sido acompañado por un crecimiento significativo en los índices de renta variable en los Estados Unidos. Las recientes declaraciones de miembros del Comité de Política Monetaria sugieren que estas compras podrían continuar hasta mediados de año”.
La estrategia en el horizonte
Una de las pocas voces que se desmarcan de esta visión es Christian Scherrmann, economista para Estados Unidos de DWS. “Los inversores podrían estar equivocados si tienen pocas expectativas de la primera reunión de la Reserva Federal en 2020. Por supuesto, un sólido informe del mercado laboral para diciembre, una inflación con un buen comportamiento y al menos algunos avances positivos relacionados con la guerra comercial, ponen el listón muy alto para cualquier cambio de política, pero esta vez el diablo podría estar en los detalles. Por ejemplo, las expectativas de inflación de los consumidores aumentaron considerablemente en el último Customer Survey de la Universidad de Michigan, y esperamos que esto no pase desapercibido. Actualmente, la Fed está revisando su marco de política monetaria y los primeros comentarios sugieren que los responsables políticos podrían sentirse cómodos con la inflación, y las expectativas de inflación, para tender temporalmente por encima el objetivo del 2% y restaurar la credibilidad del objetivo. Otro tema de interés es la última evolución de los mercados de repos. Con el reciente, casi emotivo, debate público sobre si la actual provisión de liquidez por parte de la Fed es o no un alivio cuantitativo, esperamos algunas ideas sobre la opinión de Powell sobre este tema en la sesión de Q&A”, argumenta.
Para John L. Bellows, gestor de Western Asset, filial de Legg Mason, el enfoque de la Fed respecto a la inflación también supone que se abra la puerta a subidas de tipos a lo largo de 2020. “Si la Reserva Federal está realmente comprometida con el aumento de la inflación, los nuevos recortes de las tasas no pueden ser totalmente descartado para el 2020”, afirma Bellows.
En este sentido, es cierto que el reciente aumento del IPC, que alcanzó el 2,3% en diciembre, podría generar temores de una postura menos acomodaticia por parte de la Fed. Sin embargo, “este reciente aumento en la inflación total debe ponerse en perspectiva en vista de la debilidad del PCE, que se situó en 1,5% en noviembre, y especialmente del indicador preferido de la Reserva Federal, el PCE central, a +1,6% en noviembre. También se debe tener en cuenta que la fortaleza del mercado laboral, con el desempleo en su nivel más bajo en medio siglo, todavía no se ha producido una presión significativa sobre los salarios”, añade Dixmier.
Desde NN IP argumenta que la institución monetaria sigue teniendo en su horizonte un cambio de estrategia. Por ahora, la estrategia de la Fed es mantenerse en espera y si hay que hablar de alzas de tipos no será hasta los próximos cinco años, y respondería a la continua disminución del desempleo o al persistente auge de los activos con riesgo. “Un aumento de la tasa federal en los próximos cinco años no es inconcebible. Sin embargo, un recorte de la tasa o una serie de recortes parece mucho más probable. Esto se debe principalmente a que la inflación sigue siendo demasiado baja y se necesitaría un aumento sustancial en el poder de negociación de los trabajadores para generar un movimiento significativo y sostenido a niveles superiores al 2%. La Fed apuesta por un mayor crecimiento; esto es posible, pero podría ir acompañado o impulsado por un aumento sostenido del crecimiento del gasto público que impulse el crecimiento de la productividad”, afirma Willem Verhagen, economista senior de NN IP.
Verhagen considera que existe el riesgo de que la economía caiga en una recesión en algún momento de los próximos años, ya sea por un estallido sostenido de incertidumbre política o por una «muerte por mil recortes». Si esto sucede, puede empujar a la economía estadounidense a un territorio de estancamiento secular, con nuevas disminuciones sostenidas de las expectativas de inflación.
A qué estar atento
Sin embargo, Dixmier considera que la conferencia de prensa posterior al FOMC será interesante, especialmente sobre el tema de las compras de las letras del tesoro. Según explica, desde octubre de 2019, “la Reserva Federal ha estado comprando 60.000 millones de dólares en letras del tesoro mensualmente, aunque presentada como una medida «técnica», esto ha sido acompañado por un crecimiento significativo en los índices de renta variable en los Estados Unidos. Las recientes declaraciones de miembros del Comité de Política Monetaria sugieren que estas compras podrían continuar hasta mediados de año”.
A la hora de valorar qué impacto tendrá esto en el mercado, Dave Lafferty, estratega en jefe de mercados de Natixis IM, comenta: “El dominio del mercado alcista es bastante directo ahora mismo. Primero, los principales bancos centrales probablemente van a mantener las tasas de interés bajas y proveerán una casi ilimitada liquidez el resto del 2020, si no es que más allá. Esto simplifica el viejo adagio, no contradigas a la Fed – o al BCE, al Banco de Japón, o al Banco de Inglaterra-… En segundo lugar, como un derivado del continuo recorte de tasas por los bancos centrales, el rendimiento de los bonos ofrece poca competencia a las ganancias y dividendos de la renta variable”.