El entorno de tipos de interés más bajos y durante mucho tiempo no parece que vaya a cambiar a corto plazo. Esto conduce inexorablemente a menores rentabilidades en los activos financieros y aumenta el reto para obtener retornos. En este entorno, la inversión alternativa gana fuerza dentro de la oferta de las gestoras, como medida para superar el reto de la rentabilidad. Y las cifras lo confirman: en 2012 la proporción de fondos UCITS y alternativos era de un 70%-30%, respectivamente y seis años después, es de un 60%-40%, lo que muestra un fuerte avance de estos últimos.
“Será clave utilizar técnicas de gestión más eficientes, y a veces habrá que moverse al espectro alternativo: un mayor peso de la gestión alternativa será un efecto direccional masivo en la industria para obtener más rentabilidad”, defendía Alán Picone, socio responsable de Risk and Regultory de KPMG en Luxemburgo, en el marco del evento “Regulación, consolidación y otras tendencias en la gestión de activos” organizado recientemente por KPMG.
Los expertos de las gestoras, tanto nacionales como internacionales, que operan en España lo confirman: “Es una de las palancas más importantes para nosotros como gestores, por razones relacionadas con los menores retornos esperados en el futuro en todos activos”, explicaba José Mazoy, CIO de Santander AM.
Y es una tendencia en auge no solo en Europa, sino también en Latinoamérica, en mercados como Brasil (donde los tipos han bajado hasta niveles cercanos al 4%, un nivel muy bajo frente a sus estándares históricos) o Chile. “Es una tendencia global y buscar alternativas de inversión es clave. En Santander estamos tratando de ser disruptores y estamos creando grupos específicos para la gestión de alternativos líquidos e ilíquidos, y realizando contrataciones para ir en esta línea”.
Mazoy ve muchas oportunidades de crecimiento en España puesto que hay estudios globales que hablan de un avance de los activos alternativos hasta los 14 billones de euros: “España está muy rezagada en inversión en alternativos. No creo que haya más de 20.000 millones en toda la industria, una cifra aún pequeña”, pero con gran potencial de crecimiento.
Para Aitor Jáuregui, managing director de BlackRock Iberia, estos productos –a los que prefiere referirse como productos con mayor vencimiento- ayudan a descorrelacionar los retornos y tienen una cabida importante en las carteras, razón por la que están llegando más soluciones del espacio alternativo ilíquido para el mercado minorista, como con la regulación ELTIF. “Una cartera resiliente y de largo plazo debe contener inversiones alternativas, pero es importante que haya regulación para cliente final en inversiones alternativas”.
La gestión alternativa incluyendo líquidos ha crecido de forma clara, recordaba Sol Hurtado de Mendoza, directora general en España y Portugal de BNP Paribas AM: en la gestora crearon un grupo de gestión de activos reales y deuda privada que ha crecido mucho. “La demanda es mayor y va a crecer pero para el inversor minorista hace falta más educación y acompañamiento por los distribuidores”, advierte también en esa línea.
Guillermo Hermida Lazcano, CIO para Iberia de CaixaBank AM, es más crítico con el acceso de los minoristas pues “la inversión alternativa no es la alternativa a la inversión”. Defiende que “hay que diferenciar bien los segmentos y la liquidez que ofrecen los fondos UCITS, y en este campo hablamos de algo distinto. Creemos que el espacio es fundamentalmente para el inversor institucional, hay un amplio abanico de oferta y la regulación lo favorecerá”.
2020: otras tendencias
Los alternativos son unas de las claves para el año que acaba de empezar. Para BNP Paribas AM, 2020 es un año lleno de retos y oportunidades y desde el punto de vista económico hay una tendencia clara hacia la desglobalización: “Somos moderadamente optimistas porque tendremos tipos bajos durante mucho más tiempo y sigue haciendo crecimiento de activos. Eso sí, hay que buscar que los ahorradores pasen a ser inversores y porque también hemos de dar soluciones al reto de las pensiones”.
Para Mazoy, los activos de riesgo se ven soportados por la política monetaria acomodaticia, pero la situación es preocupante porque, con tasas negativas, es todo un reto generar rentabilidad: “Es más importante pensar menos en la parte de asset management y más en cómo enfocamos el negocio”, y en la innovación, dijo.
Para Jáuregui, hay que construir carteras resilientes para un entorno marcado por un ligero incremento del crecimiento global (impulsado por las iniciativas monetarias de 63 bancos centrales el año pasado, cuyos efectos se notarán ahora), y unos bancos centrales en pausa frente a lo que ocurrió en 2019. En renta fija ve poco valor, y en renta variable apuesta por geografías expuestas a tensiones el año pasado, como el mundo emergente y Japón. Destacó varias patas para una gestora del futuro: “Aquellas gestoras que realmente lideren la industria tendrán que hacerlo desde varias capacidades: combinación de gestión activa e indexada; inclusión en su oferta de inversión alternativa; la sostenibilidad; la tecnología -no solo para gestionar riesgos de la gestora sino para ofrecer soluciones a los clientes-; y la capacidad de ofrecer soluciones, y no tanto productos.
“No sabemos qué harán los mercados, nuestras expectativas son de retornos más moderados y hemos de educar a los clientes. Optamos por estrategias de diferenciación y estaremos enfocados en la sostenibilidad”, añadió Hermida.