2019 ha sido un año excelente para el mercado inmobiliario. Los bajos tipos de interés y la limitada oferta impulsaron el sector. Ahora bien, 2020 debería ser, según la opinión de La Française Real Estate Managers, testigo de una extensión del ciclo inmobiliario con tipos persistentemente bajos, nuevos recortes y aumento de las bolsas de alquiler.
“En el mercado de inversiones, los activos inmobiliarios seguirán atrayendo capital debido a su resiliencia gracias a la interesante prima de riesgo que ofrecen”, ha publicado la gestora que espera una reducción de los rendimientos de todos los segmentos, excepto en la venta minorista. Tras una caída de unos 100 pb en los primeros nueve meses de 2019, en La Française prevén que los rendimientos de las oficinas en las zonas prime de Europa disminuyan en 2020 aún más.
Durante este año, los activos alternativos (hoteles y residenciales) deberían atraer a un número creciente de inversores, según los datos de La Française. Ya han proporcionado diversificación gracias a unos sólidos fundamentales que no están correlacionados con los ciclos económicos locales y, debido al aumento de la competencia y la reducción de la oferta, muchos inversores están mirando al extranjero para aumentar su cartera de activos.
“El sector minorista podría ganar nueva tracción a medida que continúe el movimiento de corrección de los precios”, apuntan desde la gestora. No obstante, el aumento de la incertidumbre y la ralentización del crecimiento económico en la zona euro deberían provocar un cambio en el apetito de riesgo de los inversores, dada la muy baja remuneración por el riesgo.
Asimismo, el mercado de ocupantes (inmuebles alquilados) tendrá que “integrar los valores sociales en los espacios que utilizamos, en particular las líneas difusas entre el trabajo y la vida cotidiana, el desarrollo de nuevos servicios inteligentes y la necesidad de flexibilidad”, advierte La Française. De cara a 2020, el mercado de alquiler de oficinas debería afianzarse sin problemas, pese a su ralentización en 2019. La demanda debería volver a volúmenes más convencionales con una verdadera dicotomía entre las ubicaciones centrales y periféricas.
Gracias a los incrementos de renta previstos en los mercados donde las tensiones de la ofertan están aumentando, los nichos de creación de valor persistirán en 2020. Asimismo, desde La Française destacan las oportunidades que ofrecerá el desarrollo de las zonas en las que el sector terciario forme parte de la zona urbana.
“El segmento residencial debe ofrecer buenos resultados impulsados por el fenómeno de la metropolización y la disminución de la tasa de propiedad de la vivienda”, aseguran y, desde la gestora apuntan a que los activos con mejores resultados serán aquellos que puedan responder a los cambios demográficos: una población más urbana con un número creciente de personas mayores y una aceleración del fenómeno de la desocupación. Además, advierten de que deberían ponerse en marcha numerosas iniciativas para mejorar la solvencia doméstica, que “sigue siendo el centro de atención en la mayoría de las grandes ciudades europeas”.
Por último, advierten de que 2020 será testigo del endurecimiento de la regulación en materia de medio ambiente con el debate en curso sobre la taxonomía de la UE y la aplicación en Francia del “decret tertiaire” que establece la obligación de reducir el consumo de energía de los edificios del sector terciario en un 40% para 2030.