En noviembre, el mercado de ETFs se mantuvo positivo a nivel global. Según los datos que ha publicado Amundi, se registraron unos flujos netos totales de 66.000 millones de euros, aunque la mayor parte de la atención de los inversores se centró, de forma masiva, en la renta variable.
“Los ETFs de renta variable registraron más de 50.000 millones de euros de entradas netas a niveL global. En línea con la tendencia del mes pasado, estas entradas estuvieron impulsadas por la renta variable americana, con 21.400 millones de euros de entradas netas durante el mes, seguida de la exposición global ( con 8.500 millones de euros), sectores y smart beta (con 8.200 millones de euros) y mercados emergentes (con más de 7.000 millones de euros de nuevas entradas netas)”, explica Amundi en su última hoja informativa.
Respecto a la renta fija, los ETFs continuaron atrayendo flujos positivos, en esta ocasión de 16.000 millones de euros. Según matizan desde la gestora, en noviembre, los inversores modificaron su preferencia por la deuda soberana y cambiaron a bonos agregados y a deuda corporativa.
En Europa, los fondos cotizados captaron más de 14.000 millones de euros en noviembre, lo que representa el tercer mayor flujo de entrada mensual del año. También para esta región, los ETPs de renta variable captaron la mayoría de los flujos de entrada, la inversión en fondos cotizados de renta fija descendió ligeramente y los flujos en ETPs de materias primas entraron en terreno negativo por primera vez desde abril, con unas salidas por valor de 360 millones de euros.
“La ISR en renta variable continuó atrayendo flujos consistentes, con cerca de 1.300 millones de euros de nuevos activos netos. Y los ETFs smart beta experimentaron mayores entradas que el mes anterior, con 1.700 millones de euros. Las entradas se centraron en la exposición al value y size. Mientras que los ETFs de mínima volatilidad sufrieron salidas de 834 millones de euros”, matiza en su informe.