Con la ayuda de la tecnología de la inteligencia artificial, desarrollada en este caso por Deepmind Fintech, la gestora independiente Alaluz Capital, fundada en el año 2015, ha lanzado al mercado su primer fondo europeo gestionado mediante inteligencia artificial. El fondo en cuestión, Incometric Deep Mind Strategic Fund, ya se puede suscribir a través de las plataformas habituales.
A pesar de lo novedoso de la inteligencia artificial, la gestora, cumpliendo con toda la regulación necesaria, ha constituido el fondo en Luxemburgo y bajo la regulación UCITS, con el objetivo de dar accesibilidad a todo tipo de inversores. Aunque inicialmente el lanzamiento ha sido en España, el objetivo podría ser crecer también por el resto de Europa y Latinoamérica.
La política del fondo viene determinada por el clásico binomio de rentabilidad-riesgo, con la peculiaridad de que, una vez se “graba” el algoritmo correspondiente en la máquina, con la volatilidad máxima que permitirá y con la solicitud de maximizar la rentabilidad, la máquina, a base de repeticiones, por medio de una red neuronal y a velocidad de microsegundos, va generando órdenes, a partir de las cuales mide las tendencias y va tomando posiciones en todas las direcciones que pueda existir una de esas tendencias. Una vez detecta la vía correcta, cubre el resto de posiciones para evitar pérdidas.
La diferencia principal con respecto a los tradicionales robadvisors o la gestión cuántica por algoritmos viene dada porque la máquina “aprende” gracias a esa red neuronal, que viene a ser como el cerebro de los humanos, evitando así las “falsas tendencias” que un algoritmo tradicional no es capaz de detectar y evitando así órdenes de compra o venta que no correspondan.
Alaluz Capital consigue así, a través la tecnología de Deepmind Fintech, poner al alcance de prácticamente cualquiera una forma de inversión que hasta hace pocos días estaba reservada prácticamente sólo para los institucionales.
Perfil moderado
El fondo nace con un perfil moderado, donde la volatilidad máxima no supera el 5%, pero se mueve en un promedio del 2%-3%. Por tanto, hasta un inversor muy conservador podría también incorporar este fondo, único en España y probablemente, de los pocos en el mundo que usa este tipo de tecnología.
Respecto a la rentabilidad que se puede esperar del fondo, dado su perfil moderado, es de un promedio del 6% anual, aunque podría superar esa expectativa.
La tecnología que subyace, detrás, desarrollada por Deepmind Fintech, ya se venía utilizando desde hace más de una década, pero es ahora cuando con este vehículo llega a los inversores de banca privada y retail.
Alaluz es una gestora independiente que ha dado soporte a Deepmind Fintech para poner la carcasa de fondo a esta tecnología que llevan utilizando a nivel institucional de manera directa desde hace ya diecisiete años.
“No es lo mismo decir que uno invierte en fondos de inteligencia artificial y que estos tienen unos gestores que estudian y seleccionan empresas de robótica, agricultura o tecnología, que decir que invierte en un fondo con inteligencia artificial, donde el subyacente casi pasa a ser secundario y lo interesante es que la gestión la realiza una máquina, que recibió en su origen una orden general de rentabilidad y volatilidad objetivos, y es la misma máquina la que decide tras muchas pruebas, cómo optimizar ese binomio”, comenta Borja Martín de la Torre, asesor financiero y fundador de ABCD Asesorías.
“La política del fondo viene determinada por un rango de volatilidad máxima que permite asumir a la máquina y le pide que maximice la rentabilidad. La máquina, realizando operaciones a nivel de microsegundos, mide tendencias y va tomando posiciones en todas las direcciones que pueda haber tendencia, pero si efectivamente no se da esa tendencia, se cierra la orden dejando abiertas las demás, por lo que va prácticamente siempre hacia arriba… La novedad viene dada porque la máquina opera por medio de una red neuronal, como la de los humanos, pero con una velocidad muy superior y con una retroalimentación que le hace que vaya aprendiendo y cambiando de “camino” hasta que encuentra el mejor camino para cumplir con el objetivo”, explica Martín de la Torre.