Finalizada la Cumbre del Clima en la ONU, es impensable para la industria financiera hacer oídos sordos a la creciente demanda social, que está pidiendo una transformación definitiva del modelo económico. El crecimiento de la población mundial, que alcanzará los 10.000 millones de personas en todo el mundo en 2050, el envejecimiento demográfico y una mayor urbanización son fenómenos innegables que ponen en la cuerda floja el reparto eficiente de los recursos del planeta tal y como lo conocemos hoy.
A medida que iban aumentando los retos sostenibles en el ámbito de la inversión, pudimos observar en los últimos 30 años cómo crecía el peso de los intangibles (reputación, marca, satisfacción del cliente…) en el valor de mercado de las compañías. Este tipo de activos es difícil de capturar con los análisis financieros tradicionales. Además, los factores sociales, medioambientales, y aquellos relacionados con la marca han ido tomando relevancia en las decisiones financieras.
Desde UBS AM, llevamos 20 años utilizando factores de sostenibilidad en nuestro análisis, algo que nos ha permitido acumular experiencia y que hoy nos sitúa en una posición de liderazgo ante los retos del planeta desde el ámbito inversor. Pensamos que incorporar información extra-financiera al análisis tradicional nos lleva a tomar mejores decisiones financieras y, en última instancia, a alcanzar mejores resultados.
Hay varios enfoques para integrar la sostenibilidad en las carteras. En nuestro equipo de Global Sustainable Equities, por un lado, gestionamos carteras “best-in-class”, en las que seleccionamos compañías que tienen muy buen perfil de sostenibilidad y por otro lado también gestionamos fondos temáticos.
En el primer caso, el gestor del fondo construye su cartera seleccionando valores y utilizando información extra-financiera en su análisis fundamental, escogiendo de entre aquellas compañías que tienen un mejor perfil de sostenibilidad que sus competidores y un valor de mercado atractivo. Este proceso de selección es apoyado por un equipo de 30 analistas, de los cuales 10 están especializados en ESG. Para recopilar información medioambiental, social y de gobierno corporativo nuestro modelo en propiedad ESG al igual que los datos de proveedores externos y de indicadores ESG en el mercado. UBS AM tiene una trayectoria de 20 años utilizando esta metodología.
Uno de los aspectos más importantes para incluir factores materiales al análisis cualitativo de las empresas es el contacto de primera mano con los equipos gestores de las compañías “engagement”. En UBS AM realizamos tantos encuentros como sean necesarios para llegar a conocer aspectos tan importantes como la cultura de una empresa, su reputación, etc. que, tal y como hemos señalado más arriba, impactan de lleno en el valor de mercado. Con todo ello, construimos una cartera diversificada de valores y utilizamos una herramienta de gestión de riesgos.
En el segundo enfoque de fondos temáticos, definimos un universo de inversión basado en las tres megatendencias globales: urbanización, crecimiento de la población y envejecimiento. Cada una de estas megatendencias ofrece una variedad de temáticas de inversión sostenible a largo plazo; así, por ejemplo, el envejecimiento de la población ofrece algunas temáticas como las enfermedades crónicas, planes de pensiones, obesidad, etc. De esta manera, seleccionamos las empresas de un universo de inversión en el que al menos el 20% de los beneficios de esas empresas provienen de alguna de las temáticas, aunque en realidad, la mayoría de las compañías son “pure players”. A continuación, seleccionamos las compañías con mejor perfil en términos de sostenibilidad y con un valor de mercado más atractivo, al igual que hacemos en el primero de los enfoques. De esta manera, obtenemos una cartera de unos 60 valores aproximadamente, expuestos a temáticas, que integran el fondo UBS Long Term Themes.
Nuestra experiencia, nos ha enseñado que la inversión temática puede llevar a una experiencia de inversión algo accidentada a pesar de invertir en temas de largo plazo tan inspiradores como el cambio climático, la robótica, o el agua, donde el universo de inversión es muy reducido y el valor puede llegar a ser alto. Por esta razón, construimos un enfoque multi-temático que se diversifica por región y sector, donde los clientes pueden invertir en esos temas inspiradores, en empresas innovadoras que están aportando soluciones a los desafíos a largo plazo del crecimiento de la población, el envejecimiento y la urbanización, pero siempre con la mirada puesta en la valoración.
Vivimos tiempos de cambio y estamos convencidos de que el desarrollo tecnológico y el análisis de datos, junto con una mayor sensibilidad y conciencia social sobre temas como la protección del medio ambiente, las condiciones de trabajo en la cadena de suministro, etc., harán de la sostenibilidad el núcleo de las inversiones que realizamos.