Europa se enfrenta a grandes desafíos como el Brexit, las relaciones de Italia con la Unión Europa o el menor crecimiento de Alemania. En opinión de Mark Denham, responsable de renta variable europea en Carmignac y gestor de los fondos Carmignac Portfolio Grande Europe y Carmignac Portfolio Patrimoine Europe, hay que ser conscientes de todos ellos, pero no obsesionarse para no perderse las oportunidades de inversión que el viejo continente presenta.
¿Qué papel están desempeñando las estrategias de renta variable europea en las carteras de los inversores?
Debemos ser conscientes de los desafíos q los que se enfrenta Europa, pero en vez de obsesionarnos con ellos, deberíamos tratar de sacarles partido. Identificar oportunidades allí donde residen las dificultades y encontrar lo que otros no son capaces de ver: este es nuestro verdadero papel en calidad de profesionales de la gestión activa de fondos. La regla de oro que nos hemos fijado para invertir en Europa es mantener un enfoque bottom-up. Asimismo, tenemos que tener en cuenta que invertimos en un horizonte temporal de tres a cinco años, con la volatilidad que ello conlleva, especialmente a causa de los acontecimientos políticos. Deberíamos ver esta volatilidad como una oportunidad que podríamos intentar aprovechar, no como un lastre que obnubile todos nuestros pensamientos.
A principios de año, escuchamos que era mejor invertir en renta variable estadounidense, dado que se consideraba que la fase alcista del ciclo no había terminado. A este respecto, ¿por qué la renta variable europea constituye ahora una oportunidad interesante?
El efecto contagio de una economía mundial en fase de ralentización, especialmente en China, ha afectado de forma mucho más directa y duradera a Europa, sobre todo a Alemania, que a EE. UU. De hecho, el descenso de la producción en Alemania se ha propagado ahora al sector servicios. En calidad de inversor en Europa, estoy acostumbrado a la situación de menor crecimiento en el viejo continente frente al resto del mundo, por lo que trato de identificar empresas con potencial de crecimiento que sean menos dependientes del ciclo. Sin embargo, este contexto exige incorporar un enfoque muy activo en la selección de activos de cara a obtener rentabilidades superiores. De hecho, el viejo dicho ·cuando sube la marea todos los barcos flotan· no aplica en esta coyuntura. Por tanto, debemos buscar de forma exhaustiva para encontrar oportunidades interesantes. Desde el punto de vista de las valoraciones, la renta variable europea muestra actualmente niveles atractivos, dado que la confianza del mercado se encuentra en cotas mínimas y las valoraciones están relativamente baratas, con una ratio precio de mercado/beneficios de 15 y una rentabilidad por dividendo del 4 %. Además, las previsiones de beneficios ya habían caído hasta una tasa prudente de 1 %-2 % para 2019, lo que apuntala las expectativas para las empresas y las valoraciones de mercado, un factor que consideramos atractivo para los inversores a largo plazo. Teniendo en cuenta estos datos, resulta complicado negar que podríamos estar ante un buen punto de entrada —es decir, una oportunidad—, aunque no puedo garantizar que los mercados de renta variable vayan a repuntar de forma inmediata.
Con respecto a este tipo de estrategia, ¿cuál es la mayor preocupación para los inversores?
Hemos oído hablar mucho sobre el efecto de la guerra comercial en los mercados, pero en Europa tenemos que hacer frente al Brexit, a la situación de Italia y a la ralentización de Alemania, que constituyen los principales focos de preocupación.
¿Hasta qué punto afectan estos factores a la renta variable europea? ¿Sigue siendo una gestión de riesgo?
En Europa, las preocupaciones en el plano regional (como, por ejemplo, el Brexit) se ven agravadas por unas perspectivas mundiales inciertas. Además, no podemos olvidar los cambios sociales: cómo nos comunicamos e interactuamos, cómo abordamos las preocupaciones medioambientales y la transición hacia una ciudadanía más responsable. Todas estas tendencias, a su vez, afectan al contexto del consumo. Los países, los sectores y las empresas deben adaptarse a estos cambios y a las tendencias estructurales que dan forma a un mundo cada vez más globalizado. Europa no tiene alternativa: debe adaptarse a estos cambios. Los mercados podrían registrar una mayor volatilidad y la rentabilidad podría polarizarse aún más. Las turbulencias y complejidades seguirán empañando las nuevas oportunidades y ocultando los diamantes en bruto. No obstante, los inversores deberían buscar con atención para captar las ventajas que pudieran surgir en una coyuntura cambiante y que solo podrán materializar aquellos que se atrevan y que tengan capacidad de adaptación. Muchos buscarán rentabilidad en otros lugares. Podrían verse desalentados por la incertidumbre o dubitativos ante los obstáculos y priorizar las inversiones de consenso.
¿Qué oportunidades ofrece Europa?
Europa y su potencial están infravalorados, especialmente en el ámbito de la innovación, donde existen multitud de oportunidades para los inversores en renta variable que se tomen el tiempo de buscar. Un ámbito clave que los inversores europeos suelen pasar por alto es el segmento biotecnológico. Este brinda un nicho de títulos tecnológicos de elevado crecimiento a largo plazo a cualquier inversor que cuente con la suficiente experiencia y perspicacia para encontrarlos y con la flexibilidad para exponerse a ellos. También consideramos que las ofertas públicas de venta (OPV) constituyen una posible vía adecuada para actualizar las carteras si las compañías cumplen nuestros criterios. Participamos en varias salidas a bolsa a través de OPV durante el periodo. La mayor participación fue en Stadler Rail, un productor de material rodante cotizado en Suiza que ha mostrado un rápido crecimiento y ha pasado a ser un actor significativo del sector gracias a su saber hacer técnico en la fabricación de vagones más ligeros y la electrificación, así como a su estructura modular, que le permite responder de forma más personalizada a las solicitudes de los clientes y entregar los pedidos de forma puntual.
¿Qué países o regiones son su prioridades?
Cuando invertimos, no lo hacemos por países. Adoptamos un enfoque bottom-up, esto es, nuestro proceso de inversión se centra en negocios con rendimientos del capital estables y elevados que reinviertan sus beneficios. Alemania es nuestra mayor exposición, donde nos centramos principalmente en empresas de software, como SAP. También participamos en la salida a bolsa de Knorr-Bremse.
¿Qué buscan a la hora de elegir valores europeos? ¿Qué características tienen las empresas en las que invierten?
Los precios de la renta variable pueden fluctuar diariamente como resultado de múltiples motivos: datos macroeconómicos, beneficios, ruido político, etc. No obstante, a largo plazo, el precio siempre reflejará el funcionamiento del negocio subyacente. Por tanto, nuestra filosofía se basa en la capacidad para identificar qué empresas tienen las mejores perspectivas a largo plazo mediante la búsqueda de empresas con beneficios elevados y sostenibles que reinviertan sus ganancias de cara a obtener mayores beneficios en el futuro. Además de estas características financieras y en sintonía con nuestro enfoque a largo plazo, incluyo también criterios extrafinancieros para ampliar mi abanico de posibilidades de inversiones sostenibles.