Si bien la fragmentación de Europa ha supuesto un escollo para el desarrollo de un gigante del mercado de masas capaz de hacer frente a los mastodontes procedentes de Estados Unidos y China, sus singulares firmas tecnológicas están compitiendo con éxito en los mercados mundiales. Así lo afirma, Rubén García Páez, responsable de la unidad de negocio de Iberia y América Latina de Columbia Threadneedle Investments.
En términos de capitalización de mercado, la enorme escala de las principales compañías tecnológicas estadounidenses es extraordinaria: el valor combinado de los recursos propios de Facebook, Amazon, Apple, Netflix, Google y Microsoft ronda actualmente los 4 billones de dólares, una octava parte del índice S&P 500 (1). China también ha generado algunos gigantes tecnológicos de rápido crecimiento: Alibaba y sus empresas derivadas (“spin-offs”) y Tencent.
¿Qué lugar ocupa Europa en la élite tecnológica mundial?
La incapacidad del Viejo Continente para generar un negocio del mercado de masas a escala mundial suele citarse como señal de una débil cultura empresarial y culturalmente sintomático de la falta de visión y ambición de las sociedades de capital riesgo. Quizás. Sin embargo, no es cierto que Europa no haya generado ninguna firma tecnológica del mercado masivo. Spotify se constituyó en Suecia, aunque cotiza en Estados Unidos, y es líder mundial en retransmisión de música (2), mientras que Skype, aunque pasó a ser propiedad de compañías estadounidenses desde 2005, también se fundó en Europa.
Dejando esto de lado, Estados Unidos y China han cosechado un éxito mucho más rotundo a la hora de construir enormes negocios de plataformas en los medios sociales, búsqueda financiada por la publicidad y vídeo a la carta. Esto se debe, en gran medida, a que el éxito en estos ámbitos se fundamenta en el acceso a la escala a través de un enorme mercado nacional.
Al conformar un conjunto de mercados diferentes y fragmentados, el Viejo Continente no podrá ofrecer nunca un entorno tan propicio. Un sector tecnológico singular, pero floreciente. No obstante, en otros ámbitos, Europa ha registrado un considerable éxito.
Teniendo en cuenta la diferencia entre Estados Unidos y China, por un lado, y una Europa más fragmentada, por el otro, no resulta sorprendente que el sector tecnológico europeo resulte muy peculiar y que sus triunfos procedan de segmentos alternativos.
Un importante foco de fortaleza radica en los segmentos de relaciones comerciales entre empresas («B2B»); la compañía alemana SAP es un ejemplo de líder mundial en software empresarial, con unos ingresos anuales de alrededor de 25.000 millones de euros y una capitalización de mercado de casi 140.000 millones de euros (3), mientras que Interxion, una de las posiciones en cartera en Columbia Threadneedle, domina el mercado europeo de centros de datos.
Los sectores B2B suelen representar nichos de mercado, en lugar de sectores más grandes como los medios sociales; no obstante, suelen adquirir una dimensión internacional y pueden encerrar un enorme potencial en términos de crecimiento y rentabilidad. La firma francesa Dassault Systèmes, otra de las posiciones de la gestora, es el principal proveedor de sofware de fabricación y diseño de productos del mundo y, desde 2010, ha duplicado con creces sus ingresos hasta los 3.500 millones de euros (4) (y, con todo, un puñado de usuarios de Facebook habrá escuchado hablar alguna de vez de esta firma).
Amadeus, compañía cotizada en Madrid, es la compañía más grande del mundo que presta servicios de búsqueda y reservas a aerolíneas y agencias de viaje, con una cuota de mercado cercana al 40% (5).
En ámbitos como la tecnología médica, el grupo electrónico holandés Philips, fundado en 1891, se ha transformado en una de las principales compañías de tecnología sanitaria del mundo, al haber dejado atrás su antiguo negocio de iluminación.
La tecnología médica es un campo en el que las iniciativas europeas de investigación y desarrollo (I+D) están generando una abundante cosecha de empresas emergentes y empresas semilla (“spin-outs”). Así pues, Oxford Nanopore, por ejemplo, está desafiando a Illumina en secuenciación genética, un mercado cuyo crecimiento está previsto que se multiplique por siete a medio plazo.
Aunque Amazon y Alibaba controlan la distribución minorista en línea, las compañías europeas han sido pioneras en ámbitos como el reparto de comida a domicilio basado en aplicaciones móviles y están construyendo grupos internacionales tanto de forma orgánica como a través de adquisiciones. Just Eat y Takeaway.com (firmas constituidas en Dinamarca y los Países Bajos, respectivamente) lideran el proceso de consolidación europea. En comparación, Uber entró tarde en el mercado de reparto de comida a domicilio.
Líderes en tecnofinanzas y pagos
Si bien la naturaleza de los mercados de Estados Unidos y China ha ofrecido el mejor caldo de cultivo para la creación de determinados tipos de campeones tecnológicos, lo mismo cabría decir de Europa. En ciertos sectores, como las plataformas alimentarias, han surgido líderes nacionales y, solo a continuación, se han consolidado en grupos europeos con el fin de acceder a unas economías de escala más grandes.
En otros sectores, como los servicios financieros minoristas, los asuntos relacionados con la cultura y la regulación han impedido la expansión transfronteriza de las compañías. Con todo, no obstante, los principales operadores han construido negocios atractivos y sumamente rentables: Finecobank en Italia, Avanza en Suecia y Hargreaves Lansdown en el Reino Unido.
En el Viejo Continente, el desarrollo de servicios financieros basados en las tecnologías (y, sobre todo, la aparición de empresas emergentes respaldadas por capital riesgo) pone de manifiesto otra ventaja de la que goza Europa, a saber, la voluntad de sus autoridades reguladoras de permitir la innovación disruptiva. La regulación ha redundado en beneficio de las compañías tecnológicas europeas en el pasado.
En el segmento del juego en línea, los entrantes europeos lograron un temprano liderazgo después de 2000, mientras que las autoridades reguladoras estadounidenses reprimieron el juego por Internet. En los servicios financieros, la disposición de los reguladores europeos, sobre todo en el Reino Unido, por alentar la innovación con el objeto de satisfacer las necesidades de los clientes se tradujo en un floreciente sector tecnofinanciero.
Europa lleva la delantera en ámbitos como la banca móvil exclusivamente por aplicación, con firmas como Monzo, Revolut y N26 que captan millones de clientes entre los consumidores más jóvenes y que tienen previsto lanzar sus servicios en Estados Unidos; por otro lado, la compañía con sede en Londres Transferwise, fundada por dos estonios, ha creado una enorme plataforma de cambio de divisas para minoristas. OakNorth ha facilitado la toma automática de decisiones de crédito en relación con los préstamos a pequeñas empresas y, en la actualidad, figura entre las compañías tecnofinancieras europeas de mayor valor. Recientemente, anunció que había recibido una inversión de 440 millones de dólares procedente del Vision Fund de Softbank, lo que impulsará el valor de las compañías hasta 2.800 millones de dólares (6).
En otro sector financiero clave, el de pagos, Europa también ha cosechado diversos éxitos: en marzo, Worldpay, un importante operador europeo, fue adquirido por la firma estadounidense FIS en una operación valorada en 43.000 millones de euros, deuda incluida (7), mientras que la compañía neerlandesa de comercio electrónico y pagos en el punto de venta Adyen empezó a cotizar en la bolsa de Ámsterdam el año pasado y su valor asciende a casi 20.000 millones de euros (8).
Competencia satisfactoria
El sector tecnológico europeo podría no haber generado rivales para las plataformas empresariales estadounidenses dirigidas a los consumidores, según nuestra idea de cómo tiene que ser el éxito de una compañía tecnológica. Pero esto se debe a que Europa es diferente de Estados Unidos y de China. Son los rasgos distintivos del mercado europeo los que determinan dónde se hallarán los puntos fuertes de su sector tecnológico y, cuando las condiciones resultan favorables, los líderes europeos compiten satisfactoriamente a escala mundial.
Anotaciones:
(1) Bloomberg, 31 de mayo de 2019.
(2) Statista, junio de 2018.
(3) Reuters, «SAP CEO aims to double market value to 250-300 billion euros by 2023», 11 de abril de 2019.
(4) Análisis de Columbia Threadneedle Investments, mayo de 2019.
(5) Business Travel IQ, «Amadeus retains global lead», 8 de agosto de 2018.
(6) FT.com, «SoftBank’s Vision Fund to invest $440m in OakNorth», 7 de febrero de 2019.
(7) Bloomberg, «FIS’s Worldpay Deal Ratchets Up Race for Payments Companies M&A», 18 de marzo de 2019.
(8) Bloomberg, «Payment Startup Stripe Is Now a $20 Billion Company», 26 de septiembre de 2018