Después de muchos años de bajo rendimiento, ¿es el momento para que el estilo value prepare su regreso? El posicionamiento por factores y el análisis de las valoraciones demuestran que los inversores están “comprando lo que funciona” de una forma más agresiva de lo habitual.
Rara vez los factores ‘momentum’ y ‘crecimiento’ han estado más caros que ahora. Lo mismo puede decirse del de baja volatilidad, ya que los inversores acudieron en masa a estrategias y segmentos del mercado defensivos ante el incremento de la incertidumbre y la aversión al riesgo causadas por la crisis financiera de 2008.
Los inversores se amontonaron en torno a las FANG, compañías de crecimiento de calidad, en un intento por estar bien posicionados ante una economía en desaceleración. Entonces, ¿podemos decir que la valoración ya no importa? ¿Qué podemos esperar para los activos ‘value’ de ahora en adelante?
Aunque el estilo ‘value’ pocas veces ha estado tan barato, sí necesita apoyo de los fundamentales desde la economía, una incertidumbre sobre las políticas más baja y el aumento de los rendimientos de los bonos para obtener un momentum sostenible.
Durante los últimos 10 años, los factores cíclicos, ‘value’ y de menor calidad (es decir, una rentabilidad más baja que la de la renta variable) han estado altamente correlacionados con la caída de rentabilidad de los bonos, el aplanamiento de las curvas de rendimiento y el aumento de la incertidumbre.
Hoy, las curvas de rendimiento son planas e incluso invertidas en numerosos países de todo el mundo, mientras que los bancos centrales parecen listos para relajar todavía más las condiciones monetarias y emprender un nuevo ciclo de recortes de tipos sincronizado globalmente.
Indudablemente, los tipos a corto plazo seguirán cayendo, pero también podría materializarse un escenario de curvas pronunciadas si los mercados finalmente creen que los estímulos monetarios (quizás seguidos después por estímulos fiscales adicionales) van a ser capaces de reavivar el motor del crecimiento.
Sí, algunas cifras macroeconómicas como los índices de gestores de compras del sector manufacturero (PMI) están cayendo rápidamente, pero el consenso es tan pesimista que las sorpresas posiblemente sean positivas. ¡Las caídas no ocurren cuando todo el mundo las espera!
También pueden esperarse avances en la guerra comercial, ya que nos acercamos a las elecciones presidenciales de Estados Unidos y la nueva Comisión Europea podría implementar reformas ambiciosas y planes de estímulo a través de Europa.
En pocas palabras, la incertidumbre política podría relajarse, mientras que los datos macroeconómicos podrían sorprender de forma positiva y las curvas de rendimiento ser más pronunciadas (incluso solo marginalmente) de ahora en adelante.
La valoración del estilo ‘valor’ ha ido alcanzando niveles poco habituales en los últimos 10 años. Esta alta dispersión de valoraciones entre los activos más baratos y los más caros ofrece un buen amortiguador para los meses que vienen y crean oportunidades para el value y los activos de mayor volatilidad.
Por el contrario, los factores momentum, calidad y crecimiento, que se han beneficiado del aumento de la incertidumbre y la aversión al riesgo, ahora parecen muy caros.
Como muestra el gráfico inferior, la brecha de valoración entre las acciones con baja volatilidad y las acciones valor nunca había sido tan amplia en la historia moderna. Si los datos macroeconómicos no cumplen las expectativas y ocurre lo peor, estos ganadores del pasado podrían recibir el impacto de la corrección, ya que los inversores recaudarían rápidamente sus beneficios. Sin embargo, también registrarían rendimientos inferiores si las condiciones macroeconómicas mejorasen mucho más rápido de lo anticipado.
Dicho de otra forma, el estilo ‘valor’ necesita o bien una re-aceleración global del crecimiento sostenida o, en el otro extremo, una verdadera recesión que fuerce una prima de revaloración y la caída del rendimiento del momentum del factor calidad.
No creemos que la tendencia alcista de las acciones de calidad, que están pasando a ser más caras debido a la caída constante de los rendimientos, vaya a terminar pronto. Pero existen catalizadores potenciales que podrían provocar un giro a favor del estilo ‘valor’ hacia final de año: la divergencia extrema en las valoraciones, el posicionamiento a favor de los sectores defensivos y los factores y estilos de calidad, el potencial infravalorado de sorpresas positivas en los frentes macroeconómicos y geopolíticos, así como la corrección táctica y el pronunciamiento de las curvas de rendimiento.
Como apuntó recientemente Exane, hay que recordar lo que ocurrió en los 70 con los denominados activos “Nifty Fifty”, los preferidos del mercado, que eran valores de crecimiento de calidad y buen momentum pero caros, con ingresos estables y baja volatilidad. Finalmente, registraron rendimientos inferiores una vez que el entusiasmo menguó y la burbuja estalló, aunque continuaron registrando lo que prometieron. Al final, la valoración relativa sí importó.
Tribuna de Philippe Denef, CIO de renta variable cuantitativa de DPAM