Ya estamos en el mundo del año 2054 que describía Philip K. Dick en Minority Report: coches autónomos, algoritmos predictivos, interfaces entre hombres y máquinas… Las transformaciones se suceden. Por primera vez en la historia, la realidad tecnológica va más rápido que nuestra imaginación. Bienvenidos a la era de la inteligencia artificial, una revolución tecnológica emocionante que hace realidad tantas esperanzas como miedos, ¡pero que no deja indiferente a nadie!
De la medicina a la agricultura, del automóvil al arte, los algoritmos se vuelven imprescindibles. La inteligencia artificial se ha inmiscuido incluso en el mundo creativo (una agencia de comunicación japonesa ha hecho de la inteligencia artificial su orientación artística), compone obras musicales y escribe guiones. Los futuros posibles de la inteligencia artificial son infinitos y su auge irresistible no hace más que comenzar. Esperamos seguir participando en esta aventura extraordinaria, por supuesto con prudencia, pero también con buenas dosis de optimismo.
Aunque algunos temen que la inteligencia artificial tome el control de la humanidad, de momento contribuye a sanarla. Así sucede, por ejemplo, en China, donde la medicina generalista tal como la conocemos no existe. En efecto, los chinos acuden directamente a urgencias, preferentemente las de los mejores hospitales, los ‘Clase III’. Suponen casi del 8% del total de hospitales, pero tratan al 50% de los pacientes. Estos deben esperar tres horas de media a una consulta que apenas supera los 8 minutos.
Sin la ayuda de la tecnología, el acceso a la medicina sería un desafío imposible de afrontar en este país que cuenta con 4.800 médicos por millón de habitantes (comparado con los 12.000 de Estados Unidos). Así, la empresa china Ping An Healthcare & Technology ha lanzado una aplicación de teleconsultas, Good Doctor. En esta plataforma de servicios médicos, del paciente se ocupa inicialmente una inteligencia artificial que detalla toda la información, desde su identidad a sus síntomas, para identificar la patología, antes de pasar el testigo a un médico de carne y hueso. Con las 500.000 consultas diarias que registra la plataforma, la inteligencia artificial puede ya hasta ofrecer un diagnóstico, confirmado después por un profesional humano. La receta digital que se expide puede utilizarse en esta misma plataforma para pedir con un solo clic los medicamentos que se entregarán durante el día.
Cada mes, más de 265 millones de usuarios recurren a esta solución, que se integra en el desarrollo de un nuevo ecosistema, siendo el objetivo de Ping An Good Doctor crear una oferta que integre seguros de salud y oferta de atención para todas las situaciones médicas. La telemedicina (sanidad electrónica) ya no es, por tanto, ficción, sino una realidad en este país, uno de los que ha invertido de forma más masiva en inteligencia artificial y en el que abundan este tipo de aventuras empresariales origen de los grandes éxitos del futuro.
Saber detectarlos es un ejercicio apasionante en este mundo que avanza a toda velocidad y en el que es necesario ir varios pasos por delante. Se trata de identificar a las empresas capaces de crear estrategias que permitan desde ya beneficiarse del crecimiento formidable de estos nuevos mercados. Esta es la hoja de ruta de L’Echiquier Artificial Intelligence, cuyo equipo de gestión recorre el mundo en busca de proyectos innovadores. Con una rentabilidad del 11,3% desde que se creó el 20 de junio de 2018 (frente al 6,7% de su índice de referencia, el MSCI WORLD NR EUR) y del 29,5% desde el inicio del año (índice: 17,4% al 30 de junio de 2019), confirma su objetivo: ¡pionero y con éxito!
Tribuna de Olivier de Berranger, director de gestión de activos de La Financière de l’Echiquier.