Recientemente, la rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años se situó por debajo de la de los títulos a tres años. Es cierto que no se trata de la mejor señal para la economía estadounidense, ya que las curvas de rendimiento invertidas y, en consecuencia, la compresión de los diferenciales de plazo, han actuado históricamente como elementos que sirven para predecir recesiones. Sin embargo, las cosas solo suelen empeorar cuando la mayoría de los segmentos de la curva de tipos (2y/10y, 5y/30y y 3M/10y) se invierten al mismo tiempo. Así que no se precipiten.
Las recesiones son inevitables tras una fase de expansión económica. Son parte del ciclo económico natural. Sin embargo, es muy difícil predecir el momento en el que se van a producir. Es justo aquí donde entra en juego el término spread, ya que sirve como indicador del estado futuro de la economía.
Se trata de un término que se refiere a la diferencia de rentabilidad entre los bonos soberanos a corto plazo y los de largo plazo. Estas rentabilidades se sitúan en la curva, ya que los bonos a largo plazo ofrecen rendimientos más altos que los de corto plazo en un entorno económico saludable. Esto se debe a que los inversores que mantienen bonos a más largo plazo son compensados por el riesgo de inflación a largo plazo. En este caso, la curva de rendimiento es ascendente y el término spread es positivo.
Por el contrario, la curva de tipos se aplana o, incluso, se invierte cuando las perspectivas económicas se oscurecen o los bancos centrales suben los tipos de interés. Cuando los tipos a corto plazo superan a los de largo plazo, el diferencial del plazo se vuelve negativo. Esta es una situación que precedió a las recesiones de los últimos 60 años con diferentes desfases de tiempo.
Todavía es temprano
La curva de tipos de los bonos de 2 y 10 años no se ha invertido todavía en este ciclo y el de los rendimientos de los títulos de 5 y 30 años se está inclinando. Nuestro modelo de predicción estima actualmente una probabilidad de recesión en los EE.UU. del 17% en los próximos 12 meses.
Otro indicador ampliamente observado es el spread forward a corto plazo, que refleja las expectativas de los participantes en el mercado sobre la actual postura de la Reserva Federal. Es la diferencia entre la tasa forward implícita actual (18 meses a partir de ahora) en el tipo de 3 meses y el rendimiento actual de 3 meses. En este momento, esta relación se invierte, ya que la tasa actual de 3 meses supera la tasa proyectada de 3 meses en 18 meses.
Esto indica que el mercado espera recortes en los tipos de interés, ya que se prevé que la Reserva Federal está superando su objetivo de normalización monetaria, mientras que las perspectivas de crecimiento se han revisado a la baja.
No estamos de acuerdo con esta opinión. De hecho, desde nuestro punto de vista, la postura actual de la Reserva Federal de detener su ciclo de subidas de tipos es demasiado dovish. Esperamos que el crecimiento mundial se estabilice en China, Europa y también en los Estados Unidos.
EE.UU. está en una senda de normalización del crecimiento y no en una de contracción, ya que el crecimiento del 2,9% del año pasado simplemente no es sostenible a largo plazo. Como consecuencia, actualmente esperamos que se sitúe en el 2,2% este año y es más probable que se produzcan nuevas subidas de tipos (y no recortes) en los próximos 18 meses.
Europa y Suiza
Europa se beneficiará de la estabilización de China. Los principales datos económicos del Viejo Continente indican que el crecimiento se ha retrasado y no que se haya cancelado. La agenda política europea está repleta de situaciones como el Brexit, los inminentes aranceles a los automóviles, las elecciones parlamentarias de la UE y los levantamientos populistas como los chalecos amarillos en Francia.
Sin embargo, la mayoría de estos eventos tienen fechas de resolución más o menos fijas, por lo que los inversores deberían saber a qué se enfrentan con relativa rapidez. Además, es poco probable que el Banco Central Europeo ponga obstáculos al crecimiento, ya que las subidas de tipos no parecen estar en la agenda. Como resultado, esperamos que Europa crezca a niveles ligeramente más altos que EE.UU. a finales de 2019.
Las perspectivas económicas de Suiza son similares a las de sus vecinos europeos, que siguen siendo sus socios comerciales más importante. Los pesos pesados en el índice de renta variable líder del país son de naturaleza defensiva, lo que equipa bien a la economía para hacer frente a posibles tormentas y a períodos de incertidumbre transitorios. Es probable que el Banco Nacional Suizo siga de cerca las medidas adoptadas por el BCE, aunque con un ligero retraso.
Tribuna de Frank Häusler, estratega jefe de Vontobel Asset Management