Desde que en 2006 la ONU estableció los Principios de las Naciones Unidas para la Inversión Responsable, la ISR (Inversión Socialmente Responsable) se ha consolidado como una nueva tipología de inversión en el mercado, que pone el foco del gestor en compañías que cumplen algunos, o todos, de los 21 criterios medioambientales, sociales y de ética en el gobierno corporativo establecidos por la ONU.
En abril de 2014, Inverco publicó una circular que establece que cada gestora define su propio ideario ISR, que no tiene por qué coincidir con el de las demás. Y que distingue entre la inversión ISR y la inversión solidaria, que cede parte de los ingresos por comisiones a proyectos solidarios.
Una inversión es ISR tanto si el gestor utiliza criterios excluyentes -evita empresas cuyo modelo de ingresos es contrario al ideario ISR- o incluyentes – apuesta por empresas acordes a este ideario-. Abarca un amplio universo de activos: activos monetarios (letras del Tesoro, pagarés de empresa, etc…), renta fija (deuda pública, bonos y obligaciones, etc…), renta variable (acciones, bonos convertibles, etc…), y otras instituciones de inversión colectiva.
Relevancia creciente
Hasta tal punto ha crecido la relevancia de la ISR que la Comisión Europea ha propuesto modificar la Directiva MiFID II para incluir el sesgo ISR en las preguntas del test de idoneidad a inversores. En concreto, quiere añadir una pregunta sobre si el inversor quiere que su cartera de fondos se diseñe con criterios socialmente responsables, además de sobre su perfil de riesgo, horizonte temporal, y preferencias.
¿Cómo es el día a día de un gestor de fondos ISR? Añade estos criterios al estudio, análisis y selección de valores, combinando análisis fundamental y gestión activa para lograr rendimientos a largo plazo, beneficiando al conjunto de la sociedad. Los tres ámbitos ISR en los que se fija el gestor son:
– Medio ambiente: busca o evita empresas con actividades positivas o negativas para el entorno medioambiental, como emisiones de gases de efecto invernadero, energías renovables, eficiencia energética, etcétera.
– Sociedad: identifica actividades relacionadas con la comunidad, tales como mejora de la salud y la educación, el respeto a los derechos humanos, o la no discriminación en el lugar de trabajo, así como la implicación de los stakeholders. Valora cuestiones como las normas del trabajo, relaciones con las comunidades locales, la gestión del talento, y otras.
– Buen Gobierno: detecta compañías gestionadas con calidad en aspectos como su cultura, el perfil de riesgo, la rendición de cuentas del consejo de administración, la dedicación al desempeño social y ambiental, o la ausencia de corrupción, entre otras.
¿Quién invierte en ISR?
Los gestores de fondos ISR solemos preguntarnos: ¿quiénes son nuestros inversores? La respuesta es fácil: los millennials, mucho más activistas en temas como la lucha contra el cambio climático, la eliminación de la corrupción en las empresas, o la defensa del talento. Y también, ¿qué valor aporta a las compañías cumplir criterios ISR? Respuesta, la menor exposición al riesgo y la mayor correlación positiva con ciclos alcistas. Las compañías gestionadas con criterios ISR están menos expuestas a riesgos por incumplimientos regulatorios y legislativos.
Empresas, por ello, con menores perspectivas de volatilidad, con un modelo productivo más “limpio”, menos expuesto a bajadas de ratings en sus bonos o a caídas de su acción.
La ISR ha llegado para quedarse
Apostar por ISR es asumir las tendencias de inversión que van a dominar el mercado en los próximos 25 años. ISR ha pasado de ser una moda a ser norma en la gestión de activos. Las compañías ISR nos gustan porque aportan calidad y presentan altas expectativas de crecimiento (quality growth).
La gestión ISR no es por tanto value. Gestionar fondos ISR es invertir en las compañías que cumplen más criterios socialmente responsables (fondos Best in-class), que apuestan por temáticas sostenibles (fondos temáticos) o que operan en los sectores con más sesgo ISR (fondos nicho), pero todo ello, a un precio razonable. Podríamos decir así que la gestión ISR se identifica más con el estilo GARP (growth at a reasonable price).
Sector en alza
En España, la inversión ISR ha superado los 30.000 millones de euros en activos en instituciones de inversión colectiva (IIC) tanto nacionales como extranjeras, con una tasa de crecimiento del 32% en los dos últimos años, según Spainsif. Aunque la mayoría de fondos ISR son extranjeros.
En Fidentiis Gestión SGIIC somos muy conscientes de la importancia de la inversión ISR para la industria, y para los inversores. Somos una de las pocas gestoras independientes españolas que ha lanzado un fondo ISR, el European Megatrends. Un fondo que invierte en compañías cuyo modelo de negocio se apoya en tendencias como la descarbonización de la economía, la calidad de vida, y la digitalización.
En conclusión, Fidentiis Gestión aporta a través del fondo ISR gestión activa en compañías de calidad y crecimiento. Que no significa gestión más cara, sino más beneficiosa.
Tribuna de Álvaro Llanza, gestor del fondo European Megatrends de Fidentiis Gestión SGIIC