Cualquiera puede sucumbir a las emociones, lo cual sucede continuamente en los mercados financieros.
Los inversores emplean una variedad de modelos financieros para determinar el valor de los activos. Pero cuando observamos su comportamiento a la hora de invertir, está claro que el precio que están dispuestos a pagar por un activo se ve afectado por muchos otros factores.
Los acontecimientos políticos, las noticias en los medios de comunicación y el sentimiento general de los inversores pueden desencadenar movimientos significativos en los mercados. Las cotizaciones pueden subir o caer con rapidez, y los comentaristas de mercados suelen identificar una causa de forma unánime. Cuando ocurre lo anterior, deberíamos preguntarnos siempre si el valor subyacente de esos activos ha cambiado realmente, o si la evolución de los precios obedece al miedo o a la avaricia.
El entorno de inversión de los últimos años pone de relieve la naturaleza inconsistente de los mercados globales. En 2016, se caracterizaban por oscilaciones significativas de las cotizaciones, desencadenadas por la preocupación en torno al avance de los movimientos populistas en Estados Unidos y Europa. En 2017, los inversores se tomaron con calma los acontecimientos políticos. 2018 ha sido escenario de un retorno de la volatilidad, y los analistas mencionan los temores de una guerra comercial y la política de la eurozona entre las causas de las recientes caídas generalizadas.
¿Por qué respondieron los mercados de forma distinta a los acontecimientos en dichos periodos pese a la existencia de riesgos similares? Racionalizar no siempre es posible, pero el entorno general afecta de forma clara a las emociones de los inversores.
En nuestra opinión, el comportamiento irracional e inconsistente del mercado crea oportunidades para las gestoras activas. Toda decisión de inversión que tomamos parte de nuestro marco de valoración, con el que evaluamos activos en base a motores fundamentales de rentabilidad. A continuación, determinamos si los precios de los activos se han desviado de lo que consideramos su «valor justo». Si detectamos miopía en los mercados o la volatilidad parece injustificada, tratamos de sacar partido a tales situaciones, las cuales denominamos «episodios». Estos episodios pueden ser de corta duración y corregirse a corto plazo, mientras que en otros casos es probable que las cotizaciones cambien a lo largo de varios años. La historia reciente nos proporciona numerosos ejemplos.
Tras las elecciones estadounidenses de finales de 2016, los activos mexicanos sufrieron fuertes caídas al temerse los planes manifestados por Donald Trump de «construir un muro» y renegociar las condiciones con los demás países miembros del NAFTA. Esto atrajo una gran atención de los medios de comunicación, pero nosotros no recibimos información que pudiésemos emplear para reevaluar el valor fundamental de los activos mexicanos. El peso se depreció un 20% entre el anuncio de los resultados electorales y enero de 2017, pero a lo largo de los meses siguientes se recuperó hasta los niveles previos a los comicios cuando los mercados desviaron su atención a otras cuestiones.
Gráfico 1: Movimientos del peso mexicano
Sea cual sea el entorno de mercado, nosotros tratamos de ver más allá del «ruido» y concentrarnos en los fundamentales. La publicación de nuevos datos, los titulares en los medios de comunicación o incluso los movimientos de los precios pueden parecer información útil, pero no siempre nos informan sobre las rentabilidades futuras de un activo. Deberíamos resistirnos a narrativas seductoras que intenten simplificar la complejidad de una situación o predecir su desenlace; de este modo, tendremos más probabilidad de tomar mejores decisiones de inversión.
Columna de Juan Nevado, miembro del equipo Multi-Activos de M&G
Información importante:
Exclusivamente a inversores profesionales. Prohibida su posterior distribución. Ninguna otra persona o entidad debe utilizar la información contenida en el presente documento.Este documento se distribuye únicamente a efectos informativos y no constituye oferta u ofrecimiento alguno para la adquisición de participaciones de inversión en cualquiera de los fondos de M&G. Las acciones en los fondos M&G no han sido ni serán registradas bajo la Ley de valores de los Estados Unidos (United States Securities Act) de 1933, o sus posteriores modificaciones. Tampoco han sido ni serán registradas o calificadas bajo las leyes de valores de ningún Estado de los Estados Unidos, con lo que no podrán ofrecerse, venderse, transferirse o entregarse, ya sea directa o indirectamente, a ningún inversor dentro de los Estados Unidos, o a, o por cuenta de, ninguna persona de los Estados Unidos, a excepción de ciertas circunstancias limitadas en el marco de una operación exenta de tales requisitos de calificación o registro. Los fondos no se registrarán bajo la Ley de sociedades de inversión de los Estados Unidos (United States Investment Company Act) de 1940 o sus posteriores modificaciones. Toda oferta para vender o comprar cualquier participación en un fondo M&G debe realizarse de conformidad con las leyes locales de la jurisdicción en la que tenga lugar dicha oferta. Los fondos de M&G no están registrados para su distribución en Canadá. M&G no puede aceptar suscripciones en sus fondos de inversores residentes en Canadá. Promoción financiera publicada por M&G International Investments S.A. Domicilio social: 16, Boulevard Royal, L-2449, Luxembourg.