En la última conferencia de mercados celebrada en CoreCapital Finanzas A.V., S. A. U., bajo el título “Situación de los mercados y perspectiva para final de año», se analizó en profundidad las perspectivas que tenemos para final de año.
Los últimos datos de actividad publicados a nivel mundial (crecimiento del PIB, empleo, producción industrial, etc.), así como la mayoría de indicadores adelantados (PMI, evolución de salarios, gasto personal, ventas minoristas, etc.) constatan la buena salud de la economía global. El FMI ha hecho públicas sus estimaciones de crecimiento, que siguen siendo sólidas, pero en las que señala la creciente desigualdad y asincronía entre los ritmos de expansión, señalando igualmente la aparición de algunos elementos novedosos de riesgo que sesgan a la baja las perspectivas en el medio plazo (incremento del precio del petróleo, ligeros incrementos de inflación como efecto de segunda ronda del alza del crudo, subida de tipos en Estados Unidos, tensiones comerciales, fin de la política monetaria acomodaticia en la eurozona).
Desde el punto de vista de cualquier inversor, en euros, cuyo objetivo sea la preservación del capital, la visión macroeconómica en el medio plazo no ayuda a acometer con garantías este objetivo. El BCE ya ha anunciado que los tipos de interés oficiales van a seguir sin cambios durante los próximos 12 meses, lo que invalida la acumulación de intereses sin riesgo; por otro lado, aunque sea mínimamente, la aparición de ciertas tensiones inflacionistas dibuja un panorama de alzas de rentabilidades a lo largo de los próximos trimestres de los bonos a largo plazo, con lo que la práctica de “sentarse encima” de los bonos a largo plazo a acumular sus rendimientos no sólo no parece ser muy rentable, sino que puede ser generador de pérdidas de capital.
En este contexto es donde hay que focalizar la inversión en renta fija hacia una perspectiva mucho más microeconómica: emisiones de empresas con sólido crecimiento e intachable historial crediticio, en plazos relativamente cortos que mitiguen el riesgo de tipo de interés.
En el conjunto del año (diciembre 2018) no variamos sustancialmente nuestras previsiones y recomendaciones, seguimos pensando que la renta variable debe ser el catalizador de la rentabilidad. Si vamos a planteamientos de preservación de capital, la fuente de rentabilidad no debe ser tan relevante. Todo esto siempre y cuando las políticas de los diferentes bancos centrales no varíen sustancialmente.
Esto nos lleva a ser moderadamente optimistas en renta variable americana evitando el riesgo divisa, sin dejar de lado la renta variable europea ya que ha sido excesivamente castigada y debería recuperar los niveles de principio de año, optando por los medios y cortos plazos en la renta fija.
Tribuna de Antonio Cillero Sánchez, director de Asesoramiento Patrimonial en CoreCapital Finanzas A.V., S.A.U.