Cuando los inversores establecen una asignación de activos para su cartera, a menudo comienzan con una estrategia «core» de bonos, normalmente referenciada al índice Bloomberg Barclays U.S. Aggregate como cimento de su componente de renta fija. El índice Agregado ofrece alta calidad crediticia ya que dos tercios del mismo se comprenden de valores del gobierno o relacionados con el gobierno.
Sin embargo, las características del índice agregado han cambiado a lo largo del tiempo. Como ilustra el gráfico, la duración efectiva del índice se ha ido extendiendo, y ahora está en 6,1 años, aproximadamente un 50% mayor que lo que era hace una década.
Al mismo tiempo, aunque las rentabilidades han subido últimamente, el índice no ofrece un elevado nivel de renta relativo a su sensibilidad a los tipos de interés. Esta combinación de rentabilidad y duración establece una relación desfavorable entre rentabilidad y riesgo para muchas asignaciones «core» de inversores en bonos.
Una subida de tipos ha supuesto grandes riesgos históricamente para este tipo de estrategias nucleares, reduciendo la rentabilidad los bonos de larga duración que son sensibles a los tipos de interés. De momento, el 2018 no constituye una excepción. Hasta el 20 de junio, el índice Agregado ha generado una pérdida de algo más de un 2%. Las clases de activos con menos sensibilidad y mayor rentabilidad se han comportado mejor, una vez más.
Para los que están preocupados porque continúen subiendo los tipos de interés, ¿hacia dónde pueden mirar entonces los inversores? Como hemos discutido recientemente, bajar la calidad crediticia y la duración en vehículos de inversión tales como high-yield, deuda investment grade, préstamos bancarios, y valores asimilables a renta variable es una estrategia que ha tenido éxito en períodos pasados de subidas de tipos.
Estas clases de activos generalmente ofrecen mayor rentabilidad, tienen una correlación baja o negativa con los bonos del Tesoro americano (ver Tabla 1) e históricamente, han generado mayores rentabilidades totales que el índice Agregado a lo largo del tiempo. Por supuesto, eso no significa que vayan a superar su comportamiento todos los años.
A largo plazo, los bonos high-yield han generado una rentabilidad atractiva ajustada por su riesgo, con mucha menor volatilidad que el índice S&P 500.
A pesar de este perfil de retorno, a algunos inversores les preocupa el potencial de riesgo crediticio y volatilidad de una asignación pura de high-yield, y eso les lleva a infraponderar esta clase de activo. Por ejemplo, de acuerdo con Morningstar, los inversores han retirado en los últimos 3 y 5 años 27.000 millones de dólares y 43.000 millones de dólares respectivamente de fondos de inversión y ETFs invertidos en high-yield.
Una tercera alternativa
En lugar de tomar uno u otro enfoque (la seguridad de los bonos del gobierno o el riesgo de una menor calidad crediticia), hay una tercera alternativa que los inversores podrían querer considerar: una estrategia multi-sectorial.
Dicho enfoque incluirá asignaciones a sectores del índice agregado así como varios sectores de crédito, incluyendo bonos high yield e investment grade, préstamos bancarios, y valores asimilables a la renta variable. Una cartera diversificada con un mix de estos activos podría generar una renta más elevada y un mayor retorno total en comparación con el índice agregado, pero con menor volatilidad que una cartera pura de high yield.
El gráfico 2 ilustra una cartera hipotética que mezclase al 50% de bonos high yield, 30% del índice agregado, así como un 10% de bonos corporativos de mercados emergentes y un 10% renta variable de EE.UU.
Durante el período que muestra el gráfico (del 1 de enero de 2002 a 31 de mayo 2018), este índice sintético habría generado un 87% de la rentabilidad del índice high yield (es decir, el índice ICE BofAML High Yield Master II), pero con un 30% menos de volatilidad. De hecho, este mix generó más de un 90% de la rentabilidad del S&P 500, pero con menos volatilidad que el mercado de renta variable.
En resumen
Predecir correctamente la dirección de los tipos de interés con cierto grado de certeza, es notoriamente difícil, así que no estamos sugiriendo que los tipos hayan de subir desde niveles actuales. Pero si los inversores revisan sus asignaciones, es importante reconocer la exposición a riesgos potenciales en sus carteras. Aquellos con grandes asignaciones «core» a bonos podrían estar sujetos a un mayor riesgo de tipos de interés que en el pasado.
Al invertir en áreas sensibles al crédito dentro del mercado de bonos, reduciendo así la sensibilidad a los tipos de interés, creemos que un enfoque multisectorial podría ofrecer mayor renta y más rentabilidad total, y al mismo tiempo, reducir la volatilidad de la cartera añadiendo potencialmente beneficios de diversificación.
Stephen Hillebrecht es especialista de producto de Renta Fija de Lord Abbett.