La lentitud de las negociaciones del TLCAN hasta el momento sugiere que la política entrará en juego empujando las negociaciones hasta 2019. La sexta ronda de negociaciones del TLCAN terminó en Canadá con leves progresos, pero sin abordar ninguno de los temas controvertidos planteados previamente por la delegación estadounidense. Destaca también que Estados Unidos no ha cambiado nada la métrica que utiliza para evaluar la equidad del acuerdo comercial: el déficit de la balanza comercial de bienes. Aunque no estamos de acuerdo con una métrica de este tipo, ya que establece acuerdos comerciales como un juego de suma cero (y Estados Unidos tiene un déficit comercial global con el mundo como consecuencia de consumir más bienes y servicios que los producidos en los Estados Unidos), cuando los beneficios reales son mayor empleo, precios más bajos, y mayores utilidades en ambos lados de la frontera. Sin embargo, el hecho innegable es que Estados Unidos tiene un déficit comercial con México.
Estados Unidos no puede cerrar un trato antes de las elecciones de noviembre que no parezca claramente ventajoso para ellos, cuando se espera que los republicanos pierdan la Cámara Baja. Trump hizo campaña con la premisa de que el TLCAN es un mal negocio para los trabajadores estadounidenses y debe ser modificado o cancelado. Por la misma razón, México no puede aceptar un trato que parezca una desventaja para México, ya que el Gobierno puede ser cuestionado severamente y afectar a su candidato en las elecciones presidenciales. Creemos que Trump no quiere retirarse del acuerdo antes de las elecciones mexicanas, ya que varios estudios estadounidenses sugieren que favorecerá al partido de izquierda en las elecciones mexicanas y sería preferible que Estados Unidos trate con un gobierno de derecha otros asuntos, como la inmigración, seguridad fronteriza y drogas. También creemos que Trump ha escuchado a los estados republicanos como Texas, la industria automotriz y las organizaciones agrícolas que favorecen el TLCAN.
Después de las elecciones mexicanas, Estados Unidos podría tratar de forzar un acuerdo ventajoso para ellos mismos con una amenaza real de retirada. En nuestra opinión, los temas y la probabilidad de que los demócratas avancen en ambas cámaras marcarán el tono de la agresividad de la postura de los Estados Unidos con respecto al TLCAN. En cualquier caso, creemos que también habrá presión del Presidente electo en México para posponer las negociaciones hasta que asuma el cargo. En ese caso, el escenario más probable es que el acuerdo se negocie en 2019, ya sea con (o sin) que los Estados Unidos ya se hayan retirado del acuerdo y vuelvan a la mesa de negociaciones antes de que expire el aviso de seis meses.
Columna de Finamex por Guillermo Aboumrad